Brotes descontrolados
Hay que tomarse los recientes contagios como una advertencia: no se puede bajar la guardia
A las dos semanas de haber finalizado el estado de alarma, 300.000 personas han tenido que ser aisladas mientras se sigue la evoluci¨®n de unos cincuenta brotes de distinto tama?o que podr¨ªan descontrolarse. El confinamiento perimetral de la comarca del Segri¨¤, que incluye Lleida y otros 37 municipios, tuvo que decretarse el s¨¢bado, apenas 24 horas despu¨¦s de que la consejera de Salud dijera que no era necesario, al comprobarse que entre los nueve brotes detectados hab¨ªa casos de transmisi¨®n comunitaria. Ayer eran ya 14 los brotes activos. Con la misma precipitaci¨®n se ha tenido que actuar en la comarca tur¨ªstica de A Mari?a, en Lugo, de 70.000 habitantes.
Lo ocurrido debe ser tomado como una advertencia sobre las consecuencias de bajar la guardia. Las comunidades aut¨®nomas son ahora las responsables del control de la pandemia y es necesario confiar en su buen hacer, pero la diversidad de respuestas y criterios aplicados plantea elementos de inquietud. En el caso de Lleida se ha decretado el confinamiento perimetral, lo que impide que entre y salga nadie, salvo por motivos de trabajo. La iniciativa pretende impedir que el brote se extienda a otras zonas, pero no parece que vaya a ser suficiente para evitar la propagaci¨®n interior, pues la ¨²nica medida adicional adoptada ha sido limitar los encuentros familiares o de otro tipo a diez personas. En las vecinas comarcas aragonesas del alto y bajo Cinca y La Litera, en cambio, con una afectaci¨®n similar, se decidi¨® volver a la fase dos del confinamiento, que implica restricciones internas, pero no de movilidad exterior. Seguimos teniendo un grave problema en la gesti¨®n de los datos y la opacidad sobre la evoluci¨®n de algunos de estos brotes hace crecer las sospechas de falta de control.
Todo ello revela la extraordinaria dificultad de gestionar la nueva situaci¨®n y anticipa el riesgo de una posible segunda oleada de contagios, que algunos expertos temen para el oto?o. La existencia de transmisi¨®n comunitaria indica que la estrategia basada en el control de los nuevos casos y sus contactos ha fracasado a este respecto. Y no es extra?o que ocurra habida cuenta de que, pese a las promesas, no se han reforzado como es necesario ni la asistencia primaria ni la red de vigilancia epidemiol¨®gica. Los centros de salud est¨¢n desbordados porque tienen que afrontar la atenci¨®n de los pacientes postergados durante la fase aguda de la epidemia, las secuelas de los pacientes de covid-19, que son m¨¢s importantes y frecuentes de lo que se pensaba, y ahora el control sanitario de las residencias de ancianos. Todo eso con plantillas que ya antes eran exiguas y que ahora est¨¢n adem¨¢s exhaustas. Si no se refuerza la red de control, los brotes se suceder¨¢n.
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