Irresponsabilidad c¨ªvica
A los poderes p¨²blicos ya solo les queda amenazar con nuevos confinamientos. La consecuci¨®n del fin, el combate a la pandemia, ahora depende de nosotros. Y los resultados ya vemos que no son buenos
¡°El Estado liberal secular vive de presupuestos que ¨¦l mismo no puede garantizar¡±. Esta cr¨ªptica frase es de un iuspublicista alem¨¢n, E. W. B?ckenf?rde, y ha sido interpretada en distintos sentidos. A la postre, viene a decir que los medios de los que se valen los Estados para imponer sus fines ¡ªla coerci¨®n del derecho, fundamentalmente¡ª acaban encontrando siempre un l¨ªmite en la propia libertad y las actitudes de los ciudadanos. Si estos no colaboran en el mantenimiento de las instituciones, las dotan de confianza y propician una vida civil cohesionada y participativa no es mucho lo que aquel puede hacer. Lo intentar¨¢, pero no est¨¢ en sus manos el que los ciudadanos se comporten de una determinada manera. Como con casi todo, Arist¨®teles lo supo decir de manera mucho m¨¢s clara y simple: la virtud de la polis se sustenta sobre las virtudes de sus ciudadanos.
He vuelto a recordar al viejo B?ckenf?rde con motivo de la extensi¨®n de los rebrotes de la covid en algunos lugares de nuestra geograf¨ªa. De poco sirve tanto estado de alarma, tanta llamada a la responsabilidad de los ciudadanos si luego estos hacen de su capa un sayo. A partir de un cierto momento a los poderes p¨²blicos ya solo les queda amenazar con nuevos confinamientos. La consecuci¨®n del fin, el combate a la pandemia, ahora depende de nosotros. Y los resultados ya vemos que no son buenos.
?Por qu¨¦ esta irresponsabilidad? Quiz¨¢ porque las democracias han tendido a fijarse exclusivamente en los derechos de los ciudadanos, no en los deberes c¨ªvicos. No hay pol¨ªtico que no haga la pelota a la gente, que no le diga lo que quiere o¨ªr. Como el Zelig de Woody Allen, se mimetizan con lo que creen que son los deseos de los electores. Y esto es lo que explica el fracaso de los l¨ªderes populistas a lo largo de esta crisis.
Entre las ense?anzas de la covid, hay dos que me parecen cruciales. Una es la importancia del liderazgo, el saber transmitir a los ciudadanos cu¨¢l es el inter¨¦s general y conseguir su complicidad. Y otra, la propia cultura c¨ªvica que favorece el establecimiento de esa cooperaci¨®n que proporciona la adecuada combinaci¨®n de derechos y obligaciones ciudadanas, donde, por ejemplo, la salvaguarda de la libertad de los unos no se confronta al deber de preservar la seguridad sanitaria de los otros. (Por cierto, a lo que ahora mismo estamos asistiendo es a la refutaci¨®n emp¨ªrica de esa esperanza en que la pandemia iba a hacernos a todos m¨¢s solidarios y comunitarios, m¨¢s propensos a abandonar nuestro ¡°individualismo capitalista¡±).
Pero no nos distraigamos. Dec¨ªamos que sin virtudes ciudadanas, sin ese componente esencial del republicanismo c¨ªvico, no hay fortaleza institucional. Por eso no basta con acusar solo a los pol¨ªticos, nosotros somos tambi¨¦n corresponsables. Y sin embargo, ya hemos visto que la cosa no es solo de abajo-arriba, sino tambi¨¦n top-down. Si quienes ostentan ¡ªu ostentaban¡ª las m¨¢s altas instituciones del Estado dejan de ser virtuosos o se les acaba pillando en graves faltas de moralidad p¨²blica se rompe tambi¨¦n esa delicada fibra que sustenta a los cuerpos democr¨¢ticos. La ejemplaridad de los de arriba importa. ?Y mucho!
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