Aqu¨ª no hay quien pacte
Se impone el flujo de vetos cruzados, las l¨ªneas rojas, los cordones sanitarios, la provocaci¨®n hostil para alejar cualquier voluntad de entendimiento
El Gobierno se lamenta de los vetos cruzados entre partidos, entre la derecha y la izquierda, entre los partidos nacionales y nacionalistas, exhibidos ante los micr¨®fonos no ya con resignaci¨®n, sino con el galleo maximalista de los integristas ufanos. La Moncloa se situar¨ªa as¨ª au-dessus de la m¨ºl¨¦e, como ¨¢rbitro entre el trincherismo polarizado. Es una impostura con el sello Iv¨¢n Redondo. Todo ese fest¨ªn de vetos es cierto, pero la principal responsabilidad negociadora es siempre del Gobierno. Y Pedro S¨¢nchez invita a negociar, pero no hay indicios de un trabajo serio para lograr objetivos. Resulta parad¨®jico que se elogie la voluntad negociadora, el esfuerzo extenuante, la determinaci¨®n para el acuerdo en la UE, pero no se practique en Espa?a. Nadie imagina aqu¨ª a S¨¢nchez, como a ning¨²n otro, sent¨¢ndose cinco d¨ªas intensos en un pulso negociador. El exministro Carlos Westendorp, que ejerci¨® de primer mentor del presidente, cuenta que ense?¨® a S¨¢nchez a negociar con culo de hierro. Pero lo de culo di ferro, apodo del contumaz Enrico Berlinguer, est¨¢ muy lejos de lo que se ha visto y se ve en Espa?a. No hay margen para pasillos de aplausos.
En este teatro, al PP se le invoca a pactar previsiblemente para poner los focos en su rechazo ¨¢spero. Y los populares tienen una respuesta de manual: si usted abandona a sus socios, s¨ª. S¨¢nchez ya ha dejado claro, en Il Corriere della Sera, su aversi¨®n a la gran coalici¨®n. El noesno¨ªsmo de 2016 sigue vigente en 2020, salvo por necesidad puntual. Casado, como estableci¨® tras las generales, se niega a que Vox quede liderando la oposici¨®n. Y los socios de la investidura, peor, precisamente por ser los socios. ERC habla del ¡°Juan Palomo del PSOE con el PP¡± y apela a las barricadas contra ¡°el 15M facha y la Internacional Cayetana¡±. Y ¨¦ste ¡ªm¨¢s all¨¢ de la l¨®gica de la Regional Rufiana¡ª es el aliado de m¨¢s peso. El otro aliado clave, PNV, vot¨® contra de tres de las cuatro patas de la reconstrucci¨®n. Bildu y otros denuncian que si no es por la izquierda, no es la salida; y ese es el mensaje del propio socio de Gobierno. Echenique ya ha dicho que no se pueden pactar los presupuestos: ¡°Si lo apoyase el PP es porque ser¨ªan de derechas¡±. A ese sectarismo excluyente se suma Iglesias; y no parece que el PP vea ah¨ª una oportunidad de pactar y tensar la coalicion. Lo de Podemos se repite en el extremo contrario con Vox, otro nacionalpopulismo hijo de la indignaci¨®n. Esto es lo que hay. Decenas de miles de muertos, millones de parados por venir, y esto es lo que hay.
?De verdad no han entendido, como Merkel et al., que la situaci¨®n excepcional requiere actitudes excepcionales para alcanzar acuerdos excepcionales? ?No han entendido, incluso resignadamente, la importancia del consenso transversal? Salvo Ciudadanos, que busca ox¨ªgeno entre los bloques, esto evidencia que no existe voluntad de consenso m¨¢s all¨¢ de alguna performance oportunista. Se impone el flujo de vetos cruzados, las l¨ªneas rojas, los cordones sanitarios, la provocaci¨®n hostil para alejar cualquier voluntad de entendimiento: vetocracia ad nauseam. Y con eso hay que arar en el paisaje devastado de la pandemia.
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