El turismo no despega
Si el estrangulamiento tur¨ªstico persiste, el Gobierno podr¨ªa verse obligado a intensificar las maniobras de reanimaci¨®n econ¨®mica.
Concluido casi el mes de julio puede decirse que la recuperaci¨®n tur¨ªstica discurre a un ritmo notablemente lento; de hecho, para algunas zonas y sectores, brilla por su ausencia. El arranque posconfinamiento de finales de junio parec¨ªa prometedor, pero la tendencia ha empeorado notablemente a partir de la segunda semana de julio. Los turistas nacionales est¨¢n sosteniendo casi en solitario la temporada, la afluencia de los extranjeros es muy baja, y la tasa de ocupaci¨®n de las grandes cadenas hoteleras est¨¢ ligeramente por debajo del 60%, cuando deber¨ªan contar en estos momentos con tasas superiores al 75%. La patronal Exceltur ha calculado unas p¨¦rdidas de 83.000 millones para este a?o si la situaci¨®n no remonta. El n¨²mero de ERTE aplicados a los trabajadores tur¨ªsticos ha repuntado. Las calles vac¨ªas de ciudades tur¨ªsticas por excelencia o la escasa recuperaci¨®n del tr¨¢fico a¨¦reo son la mejor demostraci¨®n de que el sector no acaba de arrancar y esta par¨¢lisis siembra muchas dudas sobre la recuperaci¨®n global de la econom¨ªa.
Hay una explicaci¨®n para este estrangulamiento del mercado. La proliferaci¨®n de los rebrotes de la covid-19 ha multiplicado el n¨²mero de cancelaciones de reservas. En un mercado tan sensible a la seguridad sanitaria, los nuevos focos v¨ªricos son t¨®xicos para los negocios tur¨ªsticos directos e indirectos. Desde el primer momento de la pandemia se sab¨ªa que la recuperaci¨®n tur¨ªstica depender¨ªa de la seguridad sanitaria ofrecida por los destinos espa?oles; y tambi¨¦n que el sector tendr¨ªa que hacer un gran esfuerzo inversor para garantizar la ausencia total del virus en alojamientos o restaurantes y, lo que es m¨¢s importante, para evitar la p¨¦rdida de reputaci¨®n de Espa?a como tercera potencia tur¨ªstica mundial.
La gesti¨®n inicial de la crisis tur¨ªstica se enfrentaba a complicaciones que, a la vista de las malas expectativas de julio, se han resuelto a medias. El dilema radicaba en acelerar la apertura de fronteras y las condiciones de confinamiento para reducir las p¨¦rdidas de ingresos, o bien prolongar las pol¨ªticas preventivas, con el coste econ¨®mico correspondiente, hasta asegurar la erradicaci¨®n de la pandemia. Los turistas no tienen hoy esa seguridad y la excelencia de los destinos espa?oles puede resultar da?ada para los pr¨®ximos a?os.
Si el estrangulamiento tur¨ªstico persiste, el Gobierno podr¨ªa verse obligado a intensificar las maniobras de reanimaci¨®n econ¨®mica. Probablemente tendr¨ªan que llegar incluso a reducciones tributarias temporales. Y, por cierto, a modificar la gesti¨®n pol¨ªtica actual de los rebrotes. Existen diferencias absurdas entre autonom¨ªas, incomprensibles para los visitantes en potencia, en los protocolos de contenci¨®n v¨ªrica. Tal dispersi¨®n es un factor de desconfianza en la seguridad sanitaria del pa¨ªs.
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