Una diplomacia facciosa
Resulta muy llamativo el modo en que la pol¨ªtica exterior de los distintos pa¨ªses est¨¢ siendo modelada por afinidades ideol¨®gicas transnacionales
El precepto diplom¨¢tico de no intervenci¨®n en los asuntos internos de otro pa¨ªs ha tenido en Am¨¦rica Latina, a lo largo de los a?os, sobre todo en los de la Guerra Fr¨ªa, una observancia muy defectuosa. Recordar esos antecedentes es muy ¨²til para no caer en el error de creer que el esp¨ªritu partidista que est¨¢ determinando hoy en las vinculaciones entre Estados es una novedad.
A¨²n as¨ª, resulta muy llamativo el modo en que la pol¨ªtica exterior de los distintos pa¨ªses est¨¢ siendo modelada por afinidades ideol¨®gicas transnacionales. Este fen¨®meno, de car¨¢cter global, ha adquirido un relieve especial en la regi¨®n.
El brasile?o Jair Bolsonaro no tuvo inhibiciones en hacer campa?a a favor del argentino Mauricio Macri para las elecciones de este a?o. Del mismo modo que Alberto Fern¨¢ndez, el rival de Macri, se abraz¨® a la bandera de la libertad de Lula da Silva. Fern¨¢ndez intervino en el proselitismo uruguayo a favor del derrotado Frente Amplio. En adelante deber¨¢ convivir con el ganador, Luis Lacalle Pou.
Evo Morales alent¨® desde Bolivia la candidatura de Fern¨¢ndez, mientras, en su frustrada carrera hacia la reelecci¨®n, acusaba a sus rivales de querer convertir a su pa¨ªs en la Argentina de Macri. La renuncia de Morales agudiz¨® estos alineamientos. Para algunos Gobiernos, como el de Estados Unidos o Brasil, fue un restablecimiento de la democracia. Para otros, como el argentino o el mexicano, su colapso. La propensi¨®n facciosa de las relaciones internacionales se vuelve m¨¢s intensa en la medida en que la polarizaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica en cada pa¨ªs gana agresividad. La agenda externa se convierte en un insumo del conflicto interno.
Esta din¨¢mica acaba de producir una innovaci¨®n. Un pa¨ªs europeo qued¨® atrapado en la contradicci¨®n latinoamericana. Ese pa¨ªs es Espa?a. El misterioso incidente que protagonizaron el viernes pasado dos diplom¨¢ticos espa?oles en la embajada de M¨¦xico en La Paz enred¨® al Gobierno de Pedro S¨¢nchez en un enfrentamiento en el que se encolumnan fuerzas pol¨ªticas afines de ambas orillas del oc¨¦ano. La ¨²ltima consecuencia de esta trama es el pedido boliviano para que los representantes espa?oles y mexicanos sean retirados del pa¨ªs.
Los hechos son conocidos. La encargada de negocios de Espa?a en Bolivia, Cristina Borreguero, acompa?ada por el c¨®nsul ?lvaro Fern¨¢ndez, realiz¨® una visita, definida como ¡°de cortes¨ªa¡±, a la embajadora mexicana Mar¨ªa Teresa Mercado. Al cabo de la reuni¨®n los diplom¨¢ticos espa?oles buscaron los autom¨®viles en los que hab¨ªan llegado y ya no estaban. Hab¨ªan sido obligados a retirarse por manifestantes adversos a Evo Morales, que protestan frente a la Embajada de M¨¦xico, donde est¨¢n asilados nueve funcionarios del presidente renunciado, entre ellos su ministro del Interior, Juan Ram¨®n Quintana.
Entre los espa?oles que debieron abandonar el lugar estaban cuatro escoltas del Grupo Especial de Operaciones de la polic¨ªa, que hab¨ªan llegado a la zona despu¨¦s que los diplom¨¢ticos. El paso de esos agentes, que se cubrieron el rostro para no ser fotografiados, fue interrumpido por la polic¨ªa boliviana.
Estos episodios han desatado una crisis diplom¨¢tica. La embajadora mexicana sali¨® en defensa de los funcionarios espa?oles denunciando a trav¨¦s de un tuit, que despu¨¦s borr¨®, una violaci¨®n a la Convenci¨®n de Viena. El Gobierno de Espa?a, en cambio, no dio mayores precisiones. Solo consign¨® que la ministra de Defensa encargada de Exteriores, Margarita Robles, no ten¨ªa conocimiento de la visita de los diplom¨¢ticos a la Embajada de M¨¦xico. Desde Exteriores no se convoc¨® a Madrid a la encargada de negocios Borreguero, ni al c¨®nsul Fern¨¢ndez. Pero se dispuso una visita de inspecci¨®n a La Paz para esclarecer lo ocurrido.
El Gobierno boliviano, en cambio, constituy¨® otro relato. La ministra de Exteriores, Karen Longaric, reclam¨® a Espa?a por los incidentes. Y defendi¨® a la polic¨ªa boliviana, que no dej¨® avanzar a los agentes policiales espa?oles ¡°porque iban encapuchados¡±. Sin embargo, la interpretaci¨®n m¨¢s agresiva la produjo Jorge Tuto Quiroga, designado por el Gobierno provisorio de Bolivia como responsable ante la comunidad internacional para explicar el proceso institucional del pa¨ªs. Quiroga acus¨® a los diplom¨¢ticos espa?oles de tramar una operaci¨®n para sacar de la Embajada de M¨¦xico al exministro Quintana, acusado por las autoridades de Bolivia por sedici¨®n y terrorismo.
Quiroga tambi¨¦n sostuvo que ese rescate habr¨ªa sido dispuesto por el Gobierno espa?ol de S¨¢nchez por presi¨®n de sus aliados de Podemos. Seg¨²n ¨¦l, Quintana tiene informaci¨®n sobre complicidades econ¨®micas del Movimiento al Socialismo de Evo Morales con Podemos, que podr¨ªa ser embarazosa para los dirigentes de esta agrupaci¨®n espa?ola.
Alrededor de este delicado enredo hay una atm¨®sfera rar¨ªsima. El Gobierno boliviano divulga suspicacias sobre la presencia de los agentes del GEO. Deja trascender, por ejemplo, que sus pasaportes hab¨ªan sido renovados pocos d¨ªas atr¨¢s, el 20 de diciembre. Es dif¨ªcil de concebir, sin embargo, que la encargada de negocios Borreguero fuera a involucrarse en un operativo como el que denuncia Quiroga, sin una orden escrita de sus superiores en Madrid. Lo mismo cabe para el c¨®nsul Fern¨¢ndez, sobre el que los funcionarios bolivianos tambi¨¦n proyectan sospechas: ?Qu¨¦ tr¨¢mites consulares se realizar¨ªan en la Embajada de M¨¦xico?
Las autoridades bolivianas y, sobre todo, Quiroga, intentan complicar al socialista S¨¢nchez en el armado de su nuevo Gobierno, con Podemos como socio. Especulan con que S¨¢nchez ofrece una debilidad en esa coalici¨®n, sobre todo frente a Europa. La oposici¨®n a S¨¢nchez se asocia con el Gobierno de Bolivia: Vox y el PP pretenden interpelar en el Congreso a la ministra de Defensa para que aclare lo ocurrido. Los adversarios de Morales se unen, entonces, con los de S¨¢nchez, en una diplomacia transatl¨¢ntica facciosa.
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