Una crisis de seguridad
El Gobierno de Colombia parece no entender los nuevos fen¨®menos criminales, pues a¨²n culpa a Juan Manuel Santos de los problemas de seguridad
Este fin de semana, en cuesti¨®n de pocas horas, se produjeron tres masacres en Colombia: una en el departamento de Arauca, lim¨ªtrofe con Venezuela. Apenas unos minutos despu¨¦s, el turno fue para el Cauca. All¨ª, en el municipio de El Tambo, fueron asesinadas seis personas. Al caer la noche del viernes, la noticia lleg¨® desde el municipio de Tumaco, ubicado en el departamento de Nari?o, que limita con Ecuador. El saldo fue de, al menos, seis j¨®venes asesinados. Estas noticias llegaron cuando el pa¨ªs se repon¨ªa de otras tres masacres ocurridas en d¨ªas anteriores. Tal vez, la de mayor impacto fue la ocurrida en el municipio de Samaniego, ubicado tambi¨¦n en Nari?o, donde ocho j¨®venes fueron masacrados.
La pregunta que ronda a todo el pa¨ªs es: ?Qu¨¦ est¨¢ pasando? Algunos analistas manifiestan que las masacres regresaron y que la situaci¨®n de seguridad se ha deteriorado en los ¨²ltimos d¨ªas. Para otros, es algo excepcional, donde la intensidad de estas acciones fue un poco m¨¢s frecuente, pero las masacres nunca desaparecieron en el pa¨ªs. Las autoridades han culpado al narcotr¨¢fico como eje explicativo de todo lo que pasa, y manifiestan que no hay deterioro en el gobierno del presidente Iv¨¢n Duque. Por el contrario, dicen que hay avances en materia seguridad. En todo caso, para la mayor¨ªa de los expertos y analistas la situaci¨®n cada d¨ªa es m¨¢s delicada, ya que, adem¨¢s de las masacres, se han visto, en las ¨²ltimas semanas, ataques a la fuerza p¨²blica que han dejado varios militares muertos o heridos, situaci¨®n que no se presentaban hacia varios a?os. Igualmente, los enfrentamientos entre organizaciones criminales se han prolongado durante d¨ªas, algo que no se ve¨ªa hac¨ªa un buen tiempo.
Lo que sucede actualmente en Colombia es m¨¢s complejo. Por un lado, en los ¨²ltimos dos a?os la situaci¨®n de seguridad no ha hecho m¨¢s que deteriorarse: las disidencias de la extinta guerrilla de las FARC pasaron de operar en 56 municipios en 2018 a 101 en 2020. La guerrilla del ELN pas¨® de 99 municipios a poco m¨¢s de 140. Los grupos armados organizados operan en la actualidad en, alrededor, de 200 municipalidades. Sin embargo, las marchas que cobijaron a Colombia en 2019 y la pandemia del 2020, ocultaron ese deterioro. Por ejemplo, en pleno inicio de la emergencia del coronavirus, en el mes de marzo, fueron asesinados varios l¨ªderes sociales, entre ellos, el veterano dirigente agrario Marcos Rivadeneira. Pero todo era noticia de unos pocos minutos, pues, el miedo al virus se tomaba toda la agenda medi¨¢tica. Algo que algunos ven como nuevo, ven¨ªa gest¨¢ndose de forma subterr¨¢nea desde hac¨ªa varios meses.
Este deterioro de la seguridad tiene una explicaci¨®n fundamental. Es lo que en Colombia se denomina ¡°empate t¨¦cnico negativo¡±, es decir, una situaci¨®n en la cual hay disputa entre dos o m¨¢s organizaciones criminales, pero despu¨¦s de un tiempo ninguna de ellas se impone sobre las dem¨¢s. Entonces, ante la imposibilidad de cooptarse entre ellas, la emprenden contra la poblaci¨®n civil, con el objetivo de lograr adhesi¨®n e impedir que esa poblaci¨®n preste ayuda a otra organizaci¨®n criminal. La extinta guerrilla de las FARC dej¨® las armas hace tres a?os, desde ese momento, como muchos esperaban, algunas zonas entraron en confrontaci¨®n entre organizaciones criminales. Una confrontaci¨®n concentrada en algunas zonas y que, en teor¨ªa, deb¨ªa tardar m¨¢ximo 18 meses, o al menos, ese era el promedio de los reacomodos criminales. Esta vez, las zonas se fueron ampliando y el reacomodo nada que termina.
A lo anterior se le suma un ingrediente que hace de la situaci¨®n de seguridad de Colombia la tormenta perfecta. Un auge simult¨¢neo de varias econom¨ªas ilegales. La econom¨ªa del narcotr¨¢fico, desde hace varios a?os, vive una bonanza producto de la revaluaci¨®n de d¨®lar. Ello ha provocado que al campesino se le pague a mejor precio la pasta base de coca. Por otro lado, con el aumento del precio del oro, la econom¨ªa de la miner¨ªa ilegal est¨¢ viviendo un verdadero boom, eso significa no solo un desastre ambiental para el pa¨ªs, sino mayores recursos econ¨®micos para las organizaciones criminales. A todo ello se suma el aumento de la econom¨ªa de la trata de personas, que viene en auge con el tel¨®n de fondo de la migraci¨®n venezolana.
Pero sumando a todo lo anterior, una serie de analistas y especialistas coincide en que el Gobierno de Colombia parece no entender los nuevos fen¨®menos criminales, pues a¨²n culpa al Gobierno de Juan Manuel Santos de los problemas de seguridad, una gesti¨®n que termin¨® hace m¨¢s de dos a?os. Tambi¨¦n parecen culpar al proceso de paz y solo ven al narcotr¨¢fico como el factor explicativo. Son evidentes los vac¨ªos en sus an¨¢lisis y la ausencia de estrategias para encontrar una salida a estos fen¨®menos que afectan la seguridad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.