Temores como los de antes
Se juega mucho m¨¢s que la presidencia del BID. Estamos en uno de los primeros sets de un juego estrat¨¦gico de Trump por alinear a Am¨¦rica Latina tras ¨¦l en su confrontaci¨®n global con la China
Para el siguiente fin de semana -12 y 13 de setiembre- est¨¢ citada la asamblea de gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Punto medular de la agenda: elecci¨®n del presidente de la instituci¨®n para los pr¨®ximos cinco a?os. Quienes vengan siguiendo este tema, ya sabr¨¢n que las cosas se presentan ahora de manera muy distinta a todas las anteriores circunstancias en las que se eligi¨®, sucesivamente, a cuatro presidentes del BID en los ¨²ltimos 50 a?os.
Ya se ha escrito varios p¨¢rrafos sobre este asunto. Yendo a lo esencial hay cuatro asuntos medulares que hacen de esta elecci¨®n algo muy sensible ¨Cy diferente- de todas las anteriores, desde que fue elegido Felipe Herrera en 1960 como presidente de la instituci¨®n. Ninguno de estos puntos es ¡°ideol¨®gico¡±.
Primero, estamos ante la mayor crisis global de la regi¨®n desde la Gran Depresi¨®n de 1929, ello hace apremiante definir ¨Cy concertar- una nueva estrategia de desarrollo y de cooperaci¨®n. La magnitud del desastre generado llama a un sofisticado plan de inversi¨®n trat¨¢ndose de la principal entidad financiera para la regi¨®n. La polarizaci¨®n interna en la instituci¨®n sepultar¨ªa el potenciamiento de esta entidad ahora fundamental.
Segundo, est¨¢ en desarrollo una nueva guerra fr¨ªa. En ella el presidente Trump quiere involucrar a Am¨¦rica Latina y hacer del BID ¨Cen el que China es socia desde hace 12 a?os- una pieza en su juego de poder y de alineamiento con EE UU. El candidato que Trump est¨¢ imponiendo ¨CMauricio Claver-Carone- confronta de manera abierta y total la sostenida pol¨ªtica exterior y comercial de varios pa¨ªses latinoamericanos. Por ejemplo, sobre China, pa¨ªs con el cual el Per¨² tiene una fundamental relaci¨®n, para Claver es una ¡°relaci¨®n innatural¡± (?contranatura?).
Tercero, ya Joe Biden expres¨® su oposici¨®n a la elecci¨®n de Claver. De perder Trump el 3 de noviembre -como parece ocurrir¨¢- se dar¨ªa la paradoja de que el designado por el Gobierno de EE UU ser¨ªa un adversario de la Casa Blanca. Es decir, cero de interlocuci¨®n para la canalizaci¨®n de recursos financieros estadounidenses y desastre para el banco.
Cuarto, last but not least: se rompe el acuerdo no escrito con Eisenhower en 1959 de que presidir¨ªa el BID siempre un latinoamericano. Para el expresidente de Chile Ricardo Lagos ese acuerdo es ya ¡°derecho internacional consuetudinario¡± y su quebrantamiento acarrear¨ªa nulidad. ?Acabar¨¢ la hipot¨¦tica elecci¨®n de Claver en la Corte Internacional de Justicia?
Para la postergaci¨®n de la votaci¨®n bastar¨ªa con la convergencia, en ese sentido, del 25% del capital del banco. Ya se cuenta con la posici¨®n en¨¦rgica para postergar de Argentina, Chile, Costa Rica y M¨¦xico; suman 22,2%. Al a?adirse eventualmente Canad¨¢ (4%) y Espa?a (1,9%) se superar¨ªa ese 25% para postergar. Algunos han decidido, pero algunos Gobiernos latinoamericanos siguen deshojando margaritas cuando el ¡°proceso de evaluaci¨®n¡± genera incertidumbre en pa¨ªses europeos que quisieran ver definiciones y no seguir escuchando fofas vaguedades.
En este escenario se juega mucho m¨¢s que la presidencia del BID. Estamos, en realidad, en uno de los primeros sets de un juego estrat¨¦gico de Trump por alinear a Am¨¦rica Latina tras ¨¦l en su confrontaci¨®n global con la China. Un no alineamiento activo latinoamericano es fundamental como ¨²nico medio de mantener relaciones comerciales y financieras diversas, sin hacerse parte de estrategias que no expresan nuestros intereses nacionales.
En este contexto, la indefinici¨®n de la canciller¨ªa peruana preocupa de manera particular dada su sostenida trayectoria de seriedad e independencia institucional que podr¨ªa estar poni¨¦ndose en juego. No le tembl¨® la mano en varias ocasiones cr¨ªticas en las ¨²ltimas d¨¦cadas: sin esperar ¡°luz verde¡± de Washington, en 1947 el canciller Enrique Garc¨ªa Say¨¢n dict¨® el decreto estableciendo la soberan¨ªa sobre las 200 millas mar¨ªtimas; en 1960 el canciller Ra¨²l Porras se opuso a la separaci¨®n de Cuba de la OEA, o cuando los cancilleres Garc¨ªa Bedoya, primero, y Wagner, despu¨¦s, tomaron iniciativas relevantes por la paz centroamericana. Tampoco cuando el 2001 desde Per¨² impulsamos la Carta Democr¨¢tica Interamericana o el 2002 la Convenci¨®n Interamericana contra el Terrorismo.
Le¨ªdos por la historia, de no ser enmendados ciertos silencios e indefiniciones en curso, podr¨ªan ser considerados como abdicaci¨®n de esa trayectoria de pol¨ªtica exterior digna y soberana.
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