Negocios legales e ilegales de la Europa fortaleza

Hay una percepci¨®n generalizada e interesada de que la migraci¨®n se puede frenar. Pero cada euro que se invierte en dificultar un movimiento inevitable provoca consecuencias indeseables. La Europa Fortaleza no solo es un negocio colosal para las empresas, instituciones e ide¨®logos que conforman la industria del control migratorio, sino que sustenta a los grupos criminales que trafican con migrantes, cuyo negocio se incrementa a la misma velocidad que crece la inversi¨®n en el blindaje fronterizo. Son dos caras de una misma realidad que se retroalimentan. Un sistema que atrapa a las sociedades de origen, destino y tr¨¢nsito migratorio en una espiral reactiva en la que algunos ganan mucho y la mayor¨ªa perdemos.

Desde la franja del Sahel o la muralla del S¨¢hara, la frontera sur se despliega en sucesivos peajes o prefronteras, en cuyo tr¨¢nsito el 90% de los migrantes utilizan los servicios de facilitaci¨®n en alguna etapa de su ruta hacia Europa. En el contexto de la covid-19 y tras meses sin apenas movilidad, las redes criminales de tr¨¢fico de migrantes, ¨¢vidas por recuperar el tiempo perdido, ofrecen traves¨ªas mort¨ªferas reactivando rutas postergadas como Canarias o Portugal. Cinco a?os despu¨¦s de la crisis de acogida de 2015, el negocio de fortificar y sortear fronteras es una industria consolidada. Seg¨²n Naciones Unidas, en 2016 m¨¢s de 2,5 millones de migrantes fueron traficados con unas ganancias para las mafias de 5.000 millones de euros, lo que la UE gast¨® en ayuda humanitaria ese a?o en todo el mundo. El endurecimiento de las leyes y pol¨ªticas de control fronterizo no solo supone m¨¢s ganancias para los traficantes, sino que desencadena su proliferaci¨®n. Los movimientos secundarios de inmigrantes, demandantes de asilo y ap¨¢tridas que se desplazan irregularmente intramuros de Schengen son tambi¨¦n un negocio redondo para los traficantes, que entran en contacto con ellos a trav¨¦s de sus di¨¢sporas, en los centros de detenci¨®n o a trav¨¦s de las redes sociales.

Aunque los lazos ¨¦tnicos y ling¨¹¨ªsticos entre traficantes y migrantes son evidentes, esta coincidencia desaparece conforme se asciende en la cadena criminal. De 65.000 traficantes identificados en 2018, el 63% eran europeos. Tan s¨®lo en 2017 y 2018, los traficantes se habr¨ªan embolsado 299 millones de euros explotando el Mediterr¨¢neo central y occidental. Estas redes tienen una organizaci¨®n muy compleja que dificulta su persecuci¨®n. Las transacciones en met¨¢lico o mediante sistemas informales de pago (hawala) basados en la confianza, dificultan las investigaciones judiciales y el rastreo de unas cantidades que no llegan a circular. Seg¨²n Europol, es un mercado criminal grande, rentable y sofisticado, comparable a los mercados europeos de drogas. Pero no todos los facilitadores son grandes grupos criminales organizados. Seg¨²n Gabriella S¨¢nchez, investigadora del European University Institute, existe una percepci¨®n dominante de la facilitaci¨®n como una actividad exclusivamente explotadora, inherentemente criminal, violenta, masculina y no europea. Esta percepci¨®n oculta una realidad mucho m¨¢s compleja en la que esas interacciones con los migrantes en los corredores migratorios se convierten en modos de vida y sustento, sin apenas conexi¨®n con los grandes grupos criminales. La asimilaci¨®n interesada de estas redes locales a las de las mafias del tr¨¢fico, servir¨ªa para justificar las pol¨ªticas de blindaje fronterizo y criminalizaci¨®n de las migraciones.

Entre los ingentes recursos destinados a externalizar el control fronterizo, llama la atenci¨®n el apoyo al r¨¦gimen libio, donde el abuso sistem¨¢tico de personas migrantes y solicitantes de asilo para disuadirles de su intenci¨®n de llegar a Europa es financiado por la UE. El lobo cuida de las ovejas e interact¨²a con grupos criminales que reclutan, violan, extorsionan y atropellan los derechos de futuras v¨ªctimas de trata. Cuando los fondos europeos alimentan los intereses locales y tribales de un pa¨ªs devastado, el resultado es la normalizaci¨®n de la barbarie bajo el sagrado mantra de la seguridad. Un reciente informe de Naciones Unidas denuncia la comercializaci¨®n y tecnificaci¨®n de la gesti¨®n migratoria, causante del distanciamiento y deshumanizaci¨®n de las personas migrantes. La industrializaci¨®n del control migratorio influye no solo en las rutas y en un mayor sufrimiento, sino que aboca a los migrantes a recurrir a los traficantes, aumentando el riesgo de caer en redes de trata. Como se?ala Causa en su informe sobre la Industria del Control Migratorio 2020, se trata de un negocio legal que promociona otro criminal. Una simbiosis perfecta que se enriquece gracias a unas pol¨ªticas en claro desajuste con la realidad y las necesidades de los ciudadanos.

El cuento de ruido y furia en que se ha convertido la narrativa de las migraciones tiene una alternativa: concentrar el esfuerzo pol¨ªtico y financiero en materia de fronteras en las verdaderas amenazas para la sociedad como el terrorismo, la trata de seres humanos o el tr¨¢fico de armas y drogas. El estruendo del discurso del miedo y la antimigraci¨®n impide abordar de una vez el verdadero y necesario debate acerca de una mejor gesti¨®n de la migraci¨®n: el de la migraci¨®n legal, ordenada y regular.

Ana Gonz¨¢lez-P¨¢ramo es investigadora s¨¦nior en la Fundaci¨®n por Causa. @AnaGonzalez