¡®President¡¯ del caos
Ninguno de los alegatos lanzados ayer en Madrid contra el Tribunal Supremo por Quim Torra vale ¡ªni jur¨ªdica, ni pol¨ªtica, ni moralmente¡ª nada de nada
Ninguno de los alegatos lanzados ayer en Madrid contra el Tribunal Supremo por Quim Torra vale ¡ªni jur¨ªdica, ni pol¨ªtica, ni moralmente¡ª nada de nada.
Alega el reo que se le juzga por hacer uso del derecho fundamental a la libre expresi¨®n.
Falso. Se le juzga por desobedecer a la junta electoral, aunque tambi¨¦n apur¨® el desaire con el m¨¢ximo tribunal catal¨¢n. Por colocar una pancarta partidista no en su domicilio particular, sino en el edificio p¨²blico por antonomasia de los catalanes. Por violar el deber de neutralidad al que est¨¢ afectado el Palau de la Generalitat, y mellar por ende los derechos de todos los ciudadanos, los contrarios a la pancarta y los partidarios de la misma.
Alega el reo que se le juzga por encabezar el Gobierno de la Generalitat, pues el tribunal ¡°quiere hacer caer a otro president¡±. A la petulancia de compararse con el m¨¢s emp¨¢tico e imaginativo Carles Puigdemont, a?ade Torra la falsedad de que el Supremo provocase la ca¨ªda de este ¨²ltimo: ni le dio tiempo, ya hab¨ªa huido a Waterloo, v¨ªa Bruselas.
Pero adem¨¢s, al hollar la neutralidad de la sede de la instituci¨®n, el reo no ejerci¨® de presidente de todos los catalanes, sino de s¨ª mismo. No se le juzga por ser titular de la presidencia, sino por ¡ªpresuntamente¡ª delinquir en su ejercicio.
Alega el reo que el tribunal es parcial, que el proceso es ¡°aberrante¡± y que el Estado (al que precisamente ¨¦l representa en Catalu?a) ¡°pisotea¡± la democracia y nos somete a la ¡°arbitrariedad judicial¡±. Desprecia as¨ª un principio elemental de la democracia: es el poder judicial el que controla al poder ejecutivo y no a la inversa. Y al a?adir que el sistema naci¨® de ¡°una transici¨®n¡± que ahora descubre como ¡°heredada del franquismo¡±, repudia al partido por el que fue elegido diputado, pues era hereu de un puntal de esa transici¨®n, que contribuy¨® como el primero al Estatut y a la Constituci¨®n. Si Miquel Roca es un heredero del franquismo, ?c¨®mo es que logr¨® nacer en el exilio, el de verdad?
Alega el reo que se prometi¨® a todos la libertad de poder decir cuanto quisieran, tambi¨¦n sobre la secesi¨®n, y que en cambio ahora se les impide a algunos ese ejercicio democr¨¢tico mediante persecuciones judiciales: vuelve a confundir la libre expresi¨®n, de la que todos disponen ¡ª¨¦l mismo la emple¨® ayer ad nauseam¡ª, con actos ejecutivos de una autoridad que contrar¨ªen el ordenamiento legal vigente.
Yerra en fin el reo hasta en detalles nimios. Pues su inhabilitaci¨®n no supondr¨ªa la ¡°ca¨ªda¡± de su Gobierno, ya lo ha da?ado ¨¦l hace poco despoj¨¢ndole de soberanistas librepensadores como Miquel Buch o ?ngels Chac¨®n, y en todo caso podr¨¢ continuar bajo un president m¨¢s reflexivo, como su rival Pere Aragon¨¨s.
Ni inhabilitarle es sin¨®nimo del ¡°fin¡± de esta legislatura, que ¨¦l mismo certific¨® el 29 de enero y que se comprometi¨® a ejecutar, en claro perjurio pol¨ªtico.
Ni hay ¡°castigo a un pa¨ªs¡± en medio de una pandemia: el trauma para la naci¨®n catalana es verse sometida a tanto desvar¨ªo.
En todo eso demuestra el activista que desprecia tanto el mundo de las reglas democr¨¢ticas ¡ªque ¨¦l debiera conocer en tanto abogado que fue, aunque sin ¨¦xitos¡ª como otros iluminados populistas, del estilo Boris Johnson o Donald Trump; a su lado, unos gigantes.
Pero hay m¨¢s, al intentar perpetuarse en el cargo y negarse de nuevo a convocar las elecciones que prometi¨® ¡ªahora con la excusa de la pandemia, barata pues ha sido casi tan desastroso frente a ella como Isabel D¨ªaz Ayuso¡ª, propugna la confrontaci¨®n desde la pretendida defensa de la figura de la presidencia.
Es el mismo desprecio institucional demostrado contra el Govern, al que remodela seg¨²n caprichos partidistas; el Parlament, al que buscar enfangar en la ilegalidad, y el resto de instituciones y entidades del autogobierno. ?President? Del caos.
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