Pat¨¦tico ¡®putsch¡¯
La conspiraci¨®n golpista en Per¨² abort¨®. Es interesante que la salida de la crisis no haya sido violenta sino por cauces pol¨ªticos, institucionales y constitucionales
A los acontecimientos pol¨ªticos ocurridos en el Per¨² en la ¨²ltima semana les viene como anillo al dedo lo que dijo Marx a prop¨®sito del ¡°putsch¡± de Luis Napole¨®n Bonaparte -Napole¨®n III, luego- en 1851: ¡°La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa¡±.
En una vor¨¢gine de episodios concatenados, alimentados por unos audios de conversaciones poco felices del presidente Mart¨ªn Vizcarra, se puso en marcha la semana pasada un intento ¨Cfrustrado- de derrocamiento inconstitucional del presidente. Utilizando, eso s¨ª, el ropaje de una norma de la Constituci¨®n -la ¡°incapacidad moral permanente¡±- como alegada causal.
En un sistema presidencialista -como el peruano-, hacer malabares a partir de esa norma que lleva a valoraciones subjetivas y pretender usarla como ariete para inventar una causal ¡°objetiva¡± de destituci¨®n est¨¢ fuera del marco constitucional. Sobre los audios corresponder¨ªa, en todo caso, al ministerio p¨²blico investigar y determinar si hay o no hechos delictivos. Si los hubiere corresponder¨ªa un proceso, pero luego de concluir en pocos meses su mandato, como lo establece la Constituci¨®n.
Lo claro es que se concatenaron, atropelladamente, acciones para destituir al presidente utilizando como pretexto esos audios, de los que no fluye necesariamente algo delictivo. Y en plena pandemia, con la econom¨ªa en colapso y cuando ya est¨¢n convocadas para abril del 2021 las siguientes elecciones presidenciales.
?Qui¨¦n reemplazar¨ªa a Vizcarra de ser destituido? El presidente del Congreso, Manuel Merino, instalando un autodenominado ¡°gobierno de transici¨®n¡±, copiando el nombre del exitoso y fundamental gobierno de transici¨®n democr¨¢tica ¨Cese s¨ª- que presidi¨® el 2000-2001 Valent¨ªn Paniagua luego del colapso de la autocracia de Fujimori. Se especula que ahora se apuntaba, m¨¢s bien, a otra ¡°transici¨®n¡±: postergar las elecciones con el pretexto de la pandemia. Todo eso, por cierto, contra el 80% del sentimiento nacional que respalda la estabilidad de Vizcarra ante las movidas golpistas.
No funcion¨®. Tres piezas convergieron en el montaje de esta ¡°miserable farsa¡±, conjurada institucionalmente a medida que se fueron conociendo los entretelones.
Primero, la b¨²squeda de impunidad frente a investigaciones de corrupci¨®n. Gatillado todo por un congresista en busca de su propia impunidad que fue quien public¨® la semana pasada los audios de Vizcarra. Edgar Alarc¨®n, ex Contralor General (destituido por corrupci¨®n) y actualmente nada menos que presidente de la Comisi¨®n de Fiscalizaci¨®n del Congreso; aunque parezca broma de mal gusto, el ¡°gato de despensero¡±. Tiene que comparecer ante la justicia por graves delitos de corrupci¨®n. La fiscal¨ªa ha pedido, desde inicios de julio, 17 a?os de prisi¨®n para el multifac¨¦tico congresista. ¡°Cortina de humo¡±, que le llaman¡
Segundo, el presidente del Congreso, Manuel Merino. Le dio a Alarc¨®n camino para prescindir raudamente de los procedimientos reglamentarios. Pasando a una inmediata e histri¨®nica presentaci¨®n de los audios en la plenaria del Congreso y se convocara, de inmediato, a sesi¨®n para destituir al presidente de la rep¨²blica. Pasos acelerados que incluyeron llamadas telef¨®nicas del propio Merino a los altos mandos militares. ?stos, correctamente, revelaron al gobierno las gestiones conspirativas en marcha de Merino.
Tercero, intrigas y ambiciones de personas en la secretar¨ªa de palacio de gobierno. Fue uno de esos personajes quien hizo las grabaciones ¨C?oh, casualidad! - desde inicios de julio, cuando Alarc¨®n ya estaba siendo acusado por la fiscal¨ªa. La m¨¦dula de esto: juegos palaciegos, intrigas menudas de poder y lo ocurrido en torno a un oscuro y anecd¨®tico personaje ¨CRichard ¡°Swing¡±- al que le dieron, como hombre del espect¨¢culo, varios contratos irregulares en el ministerio de cultura.
No son las ¨²nicas piezas que movieron las cosas en el Congreso en esta "miserable farsa; pero s¨ª las m¨¢s notorias. Convergieron en estos movimientos varios componentes.
Desde el movimiento pol¨ªtico UPP, que dirige desde la c¨¢rcel el condenado Antauro Humala (hermano del ex presidente Ollanta Humala), hasta el movimiento pol¨ªtico Podemos, ¡°propiedad¡± de cuestionados propietarios de universidades privadas, con fines de ¡°mucho lucro¡±, clausuradas en riguroso proceso por no cumplir est¨¢ndares m¨ªnimos de calidad. Ambos grupos con presencia en el Congreso.
Fuera del Congreso algunos analistas han sindicado a intereses de la extrema derecha pol¨ªtica y empresarial, agrupados en una autodenominada ¡°coordinadora republicana¡±. No hay elementos suficientes para concluir que fueron parte activa de la conspiraci¨®n, pero, en todo caso, s¨ª entusiastas consortes de un proceso para sacar de la escena cualquier vestigio de reforma pol¨ªtica y, en especial, de continuidad de los procesos contra la corrupci¨®n.
La conspiraci¨®n golpista, pues, abort¨®. Mientras, va quedando claro que no habr¨ªa mayor¨ªa en el Congreso para apoyar la destituci¨®n de Vizcarra. Es interesante que la salida de la crisis no haya sido violenta sino por cauces pol¨ªticos, institucionales y constitucionales. El gobierno ha recurrido al Tribunal Constitucional que admiti¨® hoy jueves la ¡°demanda competencial¡± presentada; el tribunal podr¨¢ acotar a afinar para adelante lo de la llamada ¡°incapacidad moral permanente¡±.
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