Juego sucio
Trump se precipita al nombrar a la sustituta de Ruth Bader Ginsburg
A menos de 40 d¨ªas para la elecci¨®n presidencial, Donald Trump propondr¨¢ un candidato para sustituir a Ruth Bader Ginsburg, fallecida el viernes, como uno de los nueve jueces vitalicios que conforman el Tribunal Supremo de Estados Unidos, el ¨¢rbitro de la Constituci¨®n que tendr¨¢ la ¨²ltima palabra en los litigios que puedan producirse en la votaci¨®n y el escrutinio, como ya sucedi¨® en 2000, cuando fueron los votos de los magistrados quienes dieron la presidencia a George W. Bush frente a Al Gore. Este solo hecho deber¨ªa inducir a la Casa Blanca a abstenerse de tal decisi¨®n y dejarla en manos del titular de la presidencia en el siguiente mandato. Llevarla a cabo ser¨ªa perfectamente legal, pero muy discutible desde el punto de vista pol¨ªtico, alumbrando un Supremo con una fuerte mayor¨ªa conservadora alejado de los equilibrios pol¨ªticos reales. Gracias al sistema electoral, Trump accedi¨® en 2016 a la Casa Blanca con tres millones de votos menos que Hillary Clinton, y los 53 senadores republicanos, que ahora deben ratificar el nombramiento, han sido elegidos con 13 millones de votos menos que los 47 senadores dem¨®cratas.
Hace cuatro a?os, los republicanos bloquearon el nombramiento de un juez a propuesta de Barack Obama a 10 meses de la elecci¨®n presidencial, esgrimiendo como una exigencia democr¨¢tica su nominaci¨®n por el siguiente presidente. A pesar de la precipitaci¨®n y de la doble vara de medir, no es seguro que consigan la sustituci¨®n antes del 3 de noviembre, en cuyo caso el embrollo podr¨ªa empeorar con un nombramiento en el interregno entre la elecci¨®n presidencial y la toma de posesi¨®n, antes de que pudieran entrar en funciones un presidente dem¨®crata y un Senado sin mayor¨ªa republicana.
Es probable tambi¨¦n que las maniobras de los republicanos les den finalmente la victoria, gracias al arbitraje de los numerosos litigios que se esperan con el voto por correo, pero a estas alturas ya es inmenso el da?o al prestigio y a la autoridad de las instituciones democr¨¢ticas, especialmente a los equilibrios y contrapoderes que caracterizan al sistema constitucional estadounidense. Las maniobras republicanas para una r¨¢pida sustituci¨®n en el Supremo van m¨¢s all¨¢ de las elecciones y tienen como finalidad consolidar una mayor¨ªa conservadora para garantizar en las pr¨®ximas d¨¦cadas el control a trav¨¦s de los jueces de las decisiones presidenciales y parlamentarias. El objetivo, muy popular entre las bases m¨¢s radicales del republicanismo, es revertir los avances sociales y las pol¨ªticas de igualdad y protecci¨®n de los derechos de las minor¨ªas, especialmente el derecho al aborto, y conseguir as¨ª, por encima del resultado de las urnas, una aut¨¦ntica contrarreforma contra el legado constitucional de Ruth Bader Ginsburg, la juez feminista desaparecida.
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