La medicina de Europa
El hemiciclo se ha convertido en un terreno pantanoso donde no se habla de lo que nos importa, sino de lo que les importa. No hay nada m¨¢s triste, ni m¨¢s peligroso
Hubo un tiempo en el que ver una bandera azul con estrellas, en mitad del campo, en medio de la nada, era anticipo de progreso. No hace tanto que las tierras extreme?as, castellanas, gallegas o andaluzas vieron c¨®mo los fondos de cohesi¨®n hac¨ªan realidad las infraestructuras que llevaban siglos esperando. El europe¨ªsmo espa?ol puede medirse en kil¨®metros de carretera.
Ahora estamos en v¨ªsperas de una lluvia de dinero incluso superior, si descontamos el rescate bancario, al saldo neto de las inversiones europeas desde la adhesi¨®n de Espa?a en 1985. 140.000 millones de euros para objetivos concretos, proyectos que respondan a transformaciones muy determinadas, como la digitalizaci¨®n o la transici¨®n verde.
Pero antes de que se examinen los proyectos, hay dos ex¨¢menes previos a los que debe someterse Espa?a. Uno es la simple presentaci¨®n de los proyectos, en tiempo y forma. La experiencia de atasco vivido con los ERTE y sobre todo con el ingreso m¨ªnimo vital, la dificultad burocr¨¢tica y el cuello de botella en las Administraciones, deber¨ªan servir de se?al de alarma sobre lo que tenemos por delante.
Y el segundo examen es, en realidad, previo. Comprobar si, al menos para evitar la ruina que tenemos encima, los dirigentes pol¨ªticos son capaces de poner a salvo el proyecto pa¨ªs. O si vamos a seguir asombrando al mundo con nuestro grado de cainismo pand¨¦mico. Si esta crisis sanitaria, con su balance de muerte y miedo, no ha podido esquivar el enloquecido clima pol¨ªtico espa?ol, es dif¨ªcil que lo logre el reparto de un paquete millonario de ayudas directas y cr¨¦ditos ventajosos. Ya hemos escuchado a algunos presidentes auton¨®micos abrir la subasta. Y a qu¨¦ extremos estaremos llegando para que resulte deseable que esa tarea se mantenga alejada del hemiciclo del Congreso de los Diputados, el lugar donde descansa la soberan¨ªa nacional, como repiten pomposamente nuestros l¨ªderes. Pero es que el hemiciclo se ha convertido en un terreno pantanoso donde no se habla de lo que nos importa, sino de lo que les importa. No hay nada m¨¢s triste, ni m¨¢s peligroso. Con la extrema derecha recogiendo los frutos, no de su proyecto, sino del espect¨¢culo ajeno.
Manuel Mar¨ªn, uno de los mu?idores del acuerdo de adhesi¨®n espa?ola a la entonces CEE, dec¨ªa que la medicina europea siempre le ha sentado bien a Espa?a. A ver si obra el milagro.
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