Un pa¨ªs sin oposici¨®n
Son muchas las preguntas no formuladas por una derecha que cree que puede alcanzar el poder dedic¨¢ndose solo a machacar al Gobierno
Si hubiera oposici¨®n, ay, si la hubiera. Si cont¨¢ramos con esa oposici¨®n que comprende la importancia de una labor fiscalizante y correctora, todas esas preguntas que pudieron surgirnos tras escuchar los planes del Gobierno para los pr¨®ximos tres a?os ser¨ªan de alguna manera respondidas. Y hab¨ªa muchas preguntas que formular a ese cat¨¢logo de buenas intenciones. Si hubiera una oposici¨®n que hiciera su trabajo estar¨ªa exigi¨¦ndole al Gobierno concreci¨®n, se le pedir¨ªa que rindiera cuentas antes de gastar, que explicara, por ejemplo, de qu¨¦ manera 72.000 millones se traducen en transformar el pa¨ªs, en conectarlo de arriba abajo para facilitar la producci¨®n rural, para que no perdamos la oportunidad de ser pioneros de la transici¨®n ecol¨®gica y podamos permitirnos otro modelo productivo menos fr¨¢gil, no tan dependiente del turismo. Son las grandes preguntas que alimentan hoy el debate europeo. Estaban ya sobre la mesa antes de la covid-19, pero ahora se han convertido en cuestiones urgentes. Es exasperante c¨®mo en Espa?a la estrategia de la derecha de enmara?ar la vida p¨²blica para esconder sus pecados nos desv¨ªa continuamente de aquello que nos concierne. Estamos tan atrasados que hasta seguimos creyendo que la inversi¨®n verde es un camelo de la izquierda, sin advertir que es nuestra ¨²nica salida. Mientras las ciudades europeas aprovechan el par¨®n para estudiar c¨®mo reducir los gases contaminantes y favorecer la vida de barrio, eso que llaman la ciudad de los quince minutos, aqu¨ª la derecha se aferra al autom¨®vil en aras del ego¨ªsmo individual; no de la libertad, como suelen decir. Es ins¨®lito tambi¨¦n observar c¨®mo escasean voces intelectuales que entiendan la universalidad de ciertas causas. Las actitudes arrogantes, sarc¨¢sticas, nihilistas, responden al resentimiento por haber perdido la conexi¨®n con la realidad, y solo sirven para alimentar la inercia destructiva de una oposici¨®n que no pregunta, y que al no preguntar elude asuntos esenciales como la educaci¨®n y la investigaci¨®n, los dos ejes sobre los que repensar un pa¨ªs que ya ha quedado maltrecho con el batacazo de esta segunda crisis. No seremos nada si este pa¨ªs se llena de parados, si la mujer trabajadora da un paso atr¨¢s, si no garantizamos una buena educaci¨®n para los humildes. Estaremos condenados al atraso. Pero no existe una oposici¨®n a la que eso interese, ni con af¨¢n de cr¨ªtica ni para arrimar el hombro. Andan ahora engolfados con el caso Dina, que nadie acaba de entender y no tiene mucho fuste por m¨¢s que corran r¨ªos de tinta. Parece un asunto que compete a S¨¢lvame m¨¢s que a un tribunal, aunque ahora cualquier asunto acabe sometido a lo jur¨ªdico, lo cual aumenta la popularidad de los jueces, pero tal vez est¨¦ disminuyendo su prestigio.
En otro momento podr¨ªamos calificar esta actitud de la oposici¨®n como una cierta inclinaci¨®n ca?¨ª a la marruller¨ªa, pero en este presente no hay tiempo para el casticismo: la falta de compromiso con el futuro es peligroso. Esta semana el rector de la Universidad de Sevilla abroncaba al Gobierno de la Junta de Andaluc¨ªa por haber desviado un dinero destinado a paliar los efectos de la covid-19 en las aulas a shows del Canal Sur (entre ellos, el de Bert¨ªn). El buen discurso del rector Castro nos representaba a todos los que creemos que ahora m¨¢s que nunca debe haber mecanismos de control del gasto que indiquen d¨®nde es prioritario invertir. Entre los planes del Gobierno que anunci¨® el presidente S¨¢nchez se nombr¨® la inversi¨®n en el sistema educativo. Se me ocurren preguntas: ?c¨®mo paliar¨¢ esta inyecci¨®n europea la creciente desigualdad entre clases sociales y entre zonas de Espa?a?, ?se velar¨¢ el camino de cada euro para que llegue a donde debe?, ?este amparo econ¨®mico nos har¨¢ al fin menos fr¨¢giles?
Son muchas las preguntas no formuladas por una oposici¨®n que cree que puede alcanzar el poder dedic¨¢ndose solo a machacar al Gobierno. A ver si va a ser verdad lo que preconiza Iglesias y resulta que as¨ª no van a llegar a ninguna parte.
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