Desconfianza

El ¨²ltimo y m¨¢s autorizado de los diagn¨®sticos sobre la econom¨ªa mundial, el informe de perspectivas globales del Fondo Monetario Internacional (FMI), dibuja un panorama desolador en lo que todav¨ªa es un balance provisional de los da?os econ¨®micos derivados de la pandemia. Espa?a destaca en ¨¦l negativamente por encaminarse a la peor contracci¨®n del PIB en 2020 de las econom¨ªas avanzadas. El escenario que dibuja el FMI viene marcado por la incertidumbre que produce la nueva ola de coronavirus que est¨¢ afectando de forma significativa a gran parte de las econom¨ªas desarrolladas, de forma particular a las europeas. Por eso, la advertencia principal que transmite esa instituci¨®n no es otra que el cuidado en no retirar los est¨ªmulos monetarios y fiscales antes de tiempo. Las previsiones de recuperaci¨®n del crecimiento econ¨®mico en el pr¨®ximo a?o quedan as¨ª muy condicionadas por la persistencia de la incertidumbre y la correspondiente inhibici¨®n de las decisiones de gasto, incluida la inversi¨®n de las empresas. Esta ¨²ltima es esencial para la completa normalizaci¨®n de la actividad econ¨®mica y, en su asentamiento, la confianza es la pieza esencial.

Ese es el atributo del que la econom¨ªa espa?ola es hoy m¨¢s deficitaria. La tasa de contracci¨®n del PIB que prev¨¦ el FMI para este 2020 es del 12,8%, la peor en las econom¨ªas avanzadas; el ascenso del desempleo llega hasta el 16,8%, segundo peor dato en ese grupo detr¨¢s de Grecia. La recuperaci¨®n del crecimiento prevista para el a?o que viene, del 7,2%, queda condicionada a que los nuevos contagios no aumenten m¨¢s y, en todo caso, ser¨¢ insuficiente para restaurar el bienestar perdido. En esta segunda ola de contagios, Espa?a vuelve a poner de manifiesto serios problemas de gesti¨®n y coordinaci¨®n entre los diferentes niveles de la Administraci¨®n p¨²blica cuyo resultado final no es otro que la desconfianza de los ciudadanos y de los agentes econ¨®micos, espa?oles y extranjeros. Finalmente, pero no menos importante, la confianza es d¨¦bil porque Espa?a es el pa¨ªs europeo donde la confrontaci¨®n pol¨ªtica es m¨¢s intensa e invasiva en todos los ¨¢mbitos, incluidos la salud y el bienestar econ¨®mico.

La persistencia de esas amenazas puede comprometer la disposici¨®n a tiempo de las ayudas europeas y, con ellas, la renovaci¨®n de los atractivos de Espa?a como destino inversor. Lo que est¨¢ en juego va mucho m¨¢s all¨¢ de los nada despreciables 140.000 millones de euros que le corresponder¨ªan a Espa?a de ese fondo de recuperaci¨®n. Sin esos recursos, adem¨¢s de que la recuperaci¨®n ser¨ªa m¨¢s lenta, la econom¨ªa espa?ola perder¨ªa una oportunidad para acelerar su modernizaci¨®n. Fortalecer su patr¨®n de crecimiento es una de las condiciones necesarias para que no vuelva a ser una de las m¨¢s vulnerables frente a futuras crisis. Tambi¨¦n es necesaria para la emergencia de empresas con mayor base tecnol¨®gica, con mayor calidad del capital humano y con aspiraciones a dimensiones medias superiores. No menos relevante, ese apoyo europeo resulta necesario para que pol¨ªticamente seamos capaces de afrontar reformas. Los p¨¦simos datos comparativos de Espa?a con respecto a las otras econom¨ªas avanzadas reclaman una honda reflexi¨®n sobre las debilidades sist¨¦micas de este pa¨ªs y sobre la gesti¨®n pol¨ªtica de la crisis en todos los niveles, desde el Gobierno central hasta las autoridades regionales y locales.