El desaf¨ªo de M¨¦xico
La detenci¨®n de Salvador Cienfuegos vuelve a cuestionar hasta qu¨¦ punto las instituciones mexicanas est¨¢n permeadas por el crimen organizado
La detenci¨®n del exsecretario de Defensa mexicano Salvador Cienfuegos en Los ?ngeles no solo es el golpe m¨¢s duro que las autoridades de Estados Unidos han dado contra un funcionario del pa¨ªs vecino; el arresto del general, al que se le imputan cinco cargos de narcotr¨¢fico, vuelve a cuestionar hasta qu¨¦ punto las instituciones mexicanas est¨¢n permeadas por el crimen organizado. Adem¨¢s, el hecho de que no hubiese una investigaci¨®n abierta en M¨¦xico contra Cienfuegos y que EE UU no avisara de la misma a sus pares del sur evidencia la poca confianza que hay en que se depuren responsabilidades por parte de las autoridades mexicanas.
Con el arresto del general a petici¨®n de la DEA, la todopoderosa agencia antinarc¨®ticos de EE UU, las Fuerzas Armadas mexicanas sufren el mayor golpe de su historia. Cienfuegos, un militar con un enorme prestigio entre la tropa, fue el encargado de liderar la lucha contra el narcotr¨¢fico al frente de las Fuerzas Armadas durante todo el sexenio de Enrique Pe?a Nieto, previo al actual Gobierno. Era, de alguna manera, el encargado de continuar con la evidentemente fallida estrategia emprendida por el presidente Felipe Calder¨®n en 2006, cuyo secretario de Seguridad, Genaro Garc¨ªa Luna, fue detenido tambi¨¦n en EE UU el pasado mes de diciembre. Ambos casos se dirimen en la misma Corte de Nueva York donde fue sentenciado Joaqu¨ªn El Chapo Guzm¨¢n, el mayor narcotraficante del mundo.
Las capturas de Garc¨ªa Luna y Cienfuegos ponen de manifiesto las alarmantes grietas que existen en las instituciones de seguridad de M¨¦xico, por las que ha permeado el narcotr¨¢fico en los ¨²ltimos gobiernos. Garc¨ªa Luna est¨¢ acusado de colaborar con el Cartel de Sinaloa. La detenci¨®n de Cienfuegos supone, tambi¨¦n, un golpe a la l¨ªnea de flotaci¨®n de una de las apuestas m¨¢s controvertidas de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. El actual presidente, que en campa?a prometi¨® que devolver¨ªa a los militares a los cuarteles, ha dado a las Fuerzas Armadas un poder casi omn¨ªmodo tras tomar posesi¨®n. L¨®pez Obrador ha asegurado que depurar¨¢ responsabilidades de cualquier cargo que se vea afectado por el proceso que afecta a Cienfuegos. Al tiempo, ha cerrado filas con el sucesor de este. El presidente mexicano deber¨ªa, por el contrario, abrir un debate sobre el papel del Ej¨¦rcito en la vida p¨²blica de M¨¦xico.
El golpe de la justicia estadounidense evidencia la fragilidad del Estado mexicano. Que dos hombres encargados de la seguridad al m¨¢ximo nivel hayan sido detenidos en otro pa¨ªs por v¨ªnculos con el crimen organizado no puede ser motivo de celebraci¨®n plena hasta que las autoridades mexicanas sean capaces de asumir un trabajo del que, hasta ahora, solo se ha hecho cargo EE UU.
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