Democracia en Bolivia
Las elecciones presidenciales, con la victoria del partido de Morales y el inmediato reconocimiento de las otras fuerzas, representan un paso importante para las instituciones bolivianas
La celebraci¨®n de elecciones presidenciales en Bolivia sin incidentes rese?ables, con una alta participaci¨®n ciudadana y el tono conciliador del vencedor, constituyen de por s¨ª una excelente noticia para un pa¨ªs que hace un a?o se asomaba a un peligroso abismo institucional y un enfrentamiento civil.
La contundente victoria del candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), Luis Arce, supone un mandato claro de la sociedad boliviana para retomar la senda de la estabilidad pol¨ªtica y el crecimiento econ¨®mico que son quiz¨¢s la parte m¨¢s importante del legado del expresidente Evo Morales. Este, refugiado en Argentina, tiene abiertos cargos por terrorismo a ra¨ªz de los incidentes vinculados con su salida del poder en noviembre de 2019 ¡ªuna acusaci¨®n calificada de ¡°desproporcionada¡± por la organizaci¨®n de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch¡ª. El MAS controlar¨¢ adem¨¢s el Congreso y el Senado, lo que le permitir¨¢ afrontar con plena legitimidad la tarea de reconstruir puentes en una sociedad muy polarizada, paso imprescindible para el futuro del pa¨ªs.
Por eso hay que resaltar los llamamientos a la calma, tanto del vencedor como de la presidenta, Jeanine ??ez, quien no ha esperado a los resultados oficiales para reconocer la victoria de Arce y pedir unidad a la ciudadan¨ªa, lo que hace prever un traspaso de poderes sin sobresaltos. Carlos Mesa, principal competidor de Arce, tambi¨¦n reconoci¨® la derrota antes de que terminara el recuento. Asimismo, es de destacar la primera intervenci¨®n de Arce, quien ha apelado, lejos del revanchismo, a esa misma unidad y ha prometido cumplir con su programa reconociendo y aprendiendo de los errores del pasado, una autocr¨ªtica que marca una notable diferencia con el tono utilizado por Morales mientras era mandatario.
La gesti¨®n del MAS con Morales, iniciada en 2006, ha tenido luces y sombras. La peor de estas ¨²ltimas fue el empecinamiento por conservar el poder cambiando para ello las reglas del juego institucional y generando una tensi¨®n social que lleg¨® a su punto ¨¢lgido con las controvertidas elecciones de octubre de 2019, marcadas por acusaciones de fraude. El pa¨ªs se vio entonces sumido en disturbios que culminaron con la dimisi¨®n de Morales por presiones del Ej¨¦rcito, su salida del pa¨ªs y un periodo de alta tensi¨®n pol¨ªtica, con una presidencia interina que acab¨® prolong¨¢ndose durante un a?o y muy determinada por pol¨¦micas acciones judiciales contra el MAS.
Pero Morales tambi¨¦n lider¨® un proyecto de crecimiento econ¨®mico y de inclusi¨®n de los grupos ind¨ªgenas. Es a este proyecto, sin el personalismo de Morales, al que los bolivianos han dado su apoyo. Los comicios no son el final del proceso, sino un paso imprescindible. Es preciso culminarlo con un traspaso pac¨ªfico y la entrada en funcionamiento de las instituciones elegidas en las urnas.
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