Mi trinchera
El ataque contra la democracia pluralista se ha globalizado, como todo lo dem¨¢s
El discurso con el que Santiago Abascal abri¨® su moci¨®n de censura fue un collage de la Internacional Nacional-Populista. Desde Trump hasta Le Pen, pasando por la extrema derecha latinoamericana, y recogiendo alg¨²n que otro matiz de la otrora gloriosa Lega de Salvini. Algunos hicieron m¨¦ritos compartiendo retazos en las redes. Otros, particularmente PP y Cs en sede parlamentaria, marcaron diferencias. Esa era la intenci¨®n: delimitar, retratar. Que la moci¨®n era un show destinado a que el resto de actores a la derecha del espectro se retratasen era algo que sab¨ªamos desde el principio, pero pens¨¢bamos que era algo restringido a Espa?a.
El ataque contra la democracia pluralista se ha globalizado, como todo lo dem¨¢s. De la misma forma que Ch¨¢vez constru¨ªa alianzas y listas que tambi¨¦n alcanzaron a la Pen¨ªnsula, ahora los reaccionarios tratan de forjar un discurso coherente que funciona como reto a los moderados: un ¡°de qu¨¦ lado est¨¢s¡±. Es una prueba para filtrar a quienes est¨¦n dispuestos a renunciar al pluralismo para defender la victoria de sus preferencias ideol¨®gicas. Es una l¨ªnea en la arena que cruza el mundo entero.
?Quieren dibujar trincheras? Perfecto. Personalmente, me he cansado de difuminar las que otros hacen, as¨ª que voy a pintar la m¨ªa. Considerar¨¦ de mi (de nuestro) lado a quien defienda una ampliaci¨®n del per¨ªmetro democr¨¢tico, quien ponga el pluralismo por encima de todo. Quien entienda que cuando Isaiah Berlin hablaba de ¡°bienes incompatibles¡± entre s¨ª, como libertad absoluta e igualdad completa, lo hac¨ªa para rese?ar que lo m¨¢s importante para la convivencia, para el progreso, es que encontremos maneras de cambiar la proporci¨®n de cada uno de ellos incluida en las leyes, en las instituciones. No de fijarla, no: de modificarla. Necesitamos maneras mejores de habitar el desacuerdo.
El senador trumpista Mike Lee dec¨ªa hace dos semanas que ¡°la democracia no es el objetivo: libertad, paz y prosperidad lo son¡±. Mucho se parece esta l¨®gica a la nostalgia franquista (ah, los pantanos y la unidad territorial) en la que Vox florece, o a la que cobija a reg¨ªmenes como el venezolano, el cubano o el chino porque (supuestamente) acabaron con la corrupci¨®n, la pobreza, la pandemia.
Fuera de mi trinchera quedar¨¢n todos ellos: quienes se consideren tan sabios, ego¨ªstas o poderosos como para definir de manera categ¨®rica en qu¨¦ consiste el bien. @jorgegalindo
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