Blanco crimen
Con el asesinato de Miguel ?ngel Blanco naci¨® el esp¨ªritu de Ermua, ahora con el de Samuel Paty puede nacer en Francia un ¡®esprit de Conflans¡¯
Las vidas color negro han de importarnos a todos, sin olvidar por ello a quienes mueren por el matiz distinto de sus ideas. Leyendo prensa francesa y hablando con amigos del pa¨ªs vecino me he acordado de nosotros mismos. No ya de los atentados sangrientos que Espa?a, como Francia, ha sufrido en lo que va de siglo, sino de un solo muerto anterior: la degollaci¨®n de Samuel Paty me trajo a la memoria el tiro en la nuca a otro inocente, Miguel ?ngel Blanco, un 13 de julio de 1997. El asesinato del joven edil del PP en Ermua tuvo, como el del profesor de Conflans-Sainte-Honorine, el apoyo clerical que nunca le falt¨® a ETA. Las manos ciudadanas levantadas tras el tiroteo en 1996 del jurista Tom¨¢s y Valiente volvieron a pintarse de blanco un a?o despu¨¦s, sobre la piel de las ideolog¨ªas, en toda Espa?a. Naci¨® entonces el esp¨ªritu de Ermua, y ahora puede nacer un esprit de Conflans.
Dec¨ªan los etarras que el pueblo vasco estaba oprimido, y en m¨¢s de un p¨²lpito bramaba como predicador de este falso serm¨®n el gudari por gracia divina; su equivalente en Francia es la figura del im¨¢n-c¨®nsul de un Estado que no existe aunque se rige por mandamientos. Uno de ellos ordena matar al infiel. Una mayor¨ªa de musulmanes de buena voluntad cree en ese dogm¨¢tico Estado supranacional, pero no mata. Hay, sin embargo, una quinta columna mundial, un yihadismo ambiental en palabras de Gilles Kepel, que ya se deja o¨ªr contra el esp¨ªritu de Conflans, criticando las acertadas palabras de Macron sobre el separatismo islamista dentro de una rep¨²blica de libertades. Ermua supuso el principio del fin de ETA. El cierre de mezquitas contaminadas de odio y el desenmascarar a quienes con el pretexto de la exclusi¨®n social (real) hacen la guerra santa es preciso, con tal de que los pecadores justos dejen de ser objeto de venganza, blanco de la matanza.
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