Lo que nos dice el puercoesp¨ªn
Los pron¨®sticos econ¨®micos, las proyecciones epidemiol¨®gicas y los sondeos de opini¨®n son err¨®neos y tendenciosos. Una mala mezcla
El suspiro de alivio ha silenciado por un instante las alarmas que empezaron a sonar la semana pasada. Los votantes de Estados Unidos han elegido a un nuevo presidente, pero no han repudiado el trumpismo. Aunque los sondeos acertaron en el resultado binario, se equivocaron en todo lo dem¨¢s. Al igual que los pron¨®sticos econ¨®micos, los sondeos de opini¨®n ya no funcionan.
La estad¨ªstica es, al mismo tiempo, la m¨¢s potente y la m¨¢s peligrosa de las modernas disciplinas matem¨¢ticas. Los m¨¦todos estad¨ªsticos ayudan a los m¨¦dicos a detectar c¨¢nceres en granulosas im¨¢genes cl¨ªnicas y a los analistas de se?ales a rastrear terroristas. Pero tambi¨¦n pueden llevarnos a enga?o. Como es sabido, los sondeos pol¨ªticos tienen problemas t¨¦cnicos asociados, por ejemplo, una muestra demasiado peque?a. Y, por supuesto, cabe incluso la posibilidad de que algunos entrevistadores y pronosticadores sean deshonestos. Pero las teor¨ªas de la conspiraci¨®n no pueden explicar los errores de bulto de las predicciones y los sondeos. Los entrevistadores no solo se equivocan, sino que cometen una y otra vez los mismos errores. Los autores de los sondeos subestimaron a Donald Trump y a los republicanos en 2016, y han vuelto a subestimarlos en 2020. No han aprendido.
Mi explicaci¨®n es que las divisiones pol¨ªticas de nuestra ¨¦poca han contagiado a los profesionales, quiz¨¢ de manera inconsciente. Me he dado cuenta de que los mercados de apuestas de Estados Unidos lo han hecho mejor. No creo que los participantes estuviesen mejor informados, pero que te vaya algo en el juego act¨²a como contrapeso.
Como es sabido, el psic¨®logo del comportamiento Daniel Kahneman ayud¨® al Ej¨¦rcito israel¨ª a mejorar la calidad de su reclutamiento introduciendo un proceso de selecci¨®n an¨®nimo. Descubri¨® que los altos mandos ten¨ªan prejuicios sobre qui¨¦n iba a ser un buen soldado y qui¨¦n no. En cuanto se eliminaba el prejuicio de la ecuaci¨®n, la calidad del reclutamiento mejoraba.
Los sondeos se encuentran en la fase en la que se encontraba el Ej¨¦rcito israel¨ª antes de contratar a Kahneman. Si uno odia a Trump y todo lo que representa, es menos probable que dirija a sus entrevistadores a los sectores de poblaci¨®n que Trump consigue movilizar.
Lo mismo ocurri¨® con los sondeos en Reino Unido. El Brexit moviliz¨® a un sector de la poblaci¨®n hasta entonces apol¨ªtico a ambos lados del debate. Por eso los entrevistadores subestimaron el apoyo a la salida de la Uni¨®n Europea en 2016, el empuje de Jeremy Corbyn en 2017, y el triunfo de Boris Johnson en las elecciones de 2019. Todav¨ªa hoy se siguen publicando sondeos que dan una ventaja considerable a los partidarios de la permanencia en la UE. Una vez tras otra, cometen el mismo error.
La pertinacia es tambi¨¦n el azote de las previsiones econ¨®micas. Uno de nuestros gr¨¢ficos favoritos es el del puercoesp¨ªn, en el que los picos hacia arriba representan las previsiones de inflaci¨®n del Banco Central Europeo. El problema es el mismo que en los sondeos: el sesgo persistente. Las previsiones de inflaci¨®n del BCE siempre pecan de optimismo. El modelo de predicci¨®n tiene incorporada la reversi¨®n a la media. Se ha dise?ado para pronosticar que la inflaci¨®n volver¨¢ al objetivo del 2%.
Siendo as¨ª, m¨¢s valdr¨ªa consultar a un vidente o, sencillamente, lanzar un dado. Lo m¨¢s racional ser¨ªa tirar el modelo a la basura. Pero hacerlo significar¨ªa repudiar la corriente macroecon¨®mica dominante en los ¨²ltimos 40 a?os y admitir que el objetivo de inflaci¨®n del BCE ha perdido agarre. Detr¨¢s de muchos errores de los sondeos y de las predicciones, lo que hay es falta de honestidad.
La pandemia ha dado lugar a un enga?o estad¨ªstico parecido, a saber, la idea de que se puede comparar la propagaci¨®n del virus entre pa¨ªses y entre ciclos de contagio en un mismo pa¨ªs en tiempo real. El problema es que los datos, lisa y llanamente, son inservibles. Algunos pa¨ªses, como Reino Unido, apenas hicieron pruebas durante la primera ola, mientras que Alemania se la hizo a todo el que lo pidi¨®. Los datos que manejamos tienen un margen de error del 1.000% o m¨¢s. No me sorprende ver a los economistas, en calidad de blogueros y tuiteros, extender sus malas artes a la epidemiolog¨ªa.
En este punto, es necesario que dirija la cr¨ªtica a mi propia profesi¨®n. Los periodistas de datos deber¨ªan haber cuestionado estas pr¨¢cticas en vez de amplificarlas con elaborados gr¨¢ficos.
Lo que todos los ejemplos tienen en com¨²n es el autoenga?o. Esto me lleva a hacer un pron¨®stico yo mismo: las t¨¦cnicas de aprendizaje autom¨¢tico son el futuro de la demoscopia. Superar¨¢n a los sondeos y a los pronosticadores por el simple hecho de que les es absolutamente indiferente que Trump gane o pierda.
Wolfgang M¨¹nchau es director de eurointelligence.com
Traducci¨®n de News Clips.
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