Pandem¨®nium
El optimismo ser¨¢ imposible mientras el sistema de partidos siga secuestrado por el arribismo y el despojo del Estado, y las crisis tengan que resolverse incendiando las calles
Pocas esperanzas puede haber en la regeneraci¨®n pol¨ªtica de Am¨¦rica Latina cuando los encargados de promoverla act¨²an como meritorios de La Comisi¨®n ideada por Lucky Luciano para regular las actividades de la Cosa Nostra en Estados Unidos. Lejos de celebrarse como un triunfo contra la corrupci¨®n, la destituci¨®n del presidente de Per¨², hace una semana, por una mayor¨ªa parlamentaria que le declar¨® incapacitado moralmente, induce el desaliento porque descalabr¨® la divisi¨®n de poderes al estar impulsada por razones ajena al inter¨¦s general. La violenta contestaci¨®n social revent¨® una operaci¨®n que hubiera debido ser atajada por las instituciones.
La exhumaci¨®n de la ley 27375 del a?o 2000, promulgada poco despu¨¦s del interinato del presidente del Congreso, Valent¨ªn Paniagua, tras la fuga de Fujimori a Jap¨®n permiti¨® el acuerdo parlamentario que hace una semana origin¨® los disturbios callejeros. Su ¨²nico art¨ªculo establece que si el titular del Legislativo asume la jefatura del Estado por impedimento permanente del presidente de la Rep¨²blica, aquel retiene esca?o y Gobierno: Ejecutivo y Legislativo bajo control. Defenestrado Mart¨ªn Vizcarra, aqu¨ª paz y despu¨¦s gloria y negocios; pero llegaron los muertos, la renuncia del sustituto y el pandem¨®nium del Congreso.
Salvo los fiscales que combaten la inmoralidad en el ejercicio de funciones p¨²blicas, las protestas contra la desnaturalizaci¨®n de los esca?os y la democracia recuerdan el linchamiento del comendador de Fuenteovejuna por una pueblada harta. ?Qui¨¦n mat¨® al Comendador? Fuenteovejuna, se?or. ?Qui¨¦n acab¨® con el presidente de Per¨²? El pueblo, no; lo acabaron grupos y personas enlodadas en el mundo de los contratos con la Administraci¨®n, la reasignaci¨®n de recursos, los cohechos y el populismo. M¨¢s de la mitad de los diputados que lo expulsaron es investigada por la justicia.
Casi todos los diputados a una, como en la obra teatral, pero no contra las crueldades del tirano, sino contra el molesto Vizcarra, cuya supuesta aceptaci¨®n de sobornos cuando era gobernador regional hubiera debido ser investigada y juzgada antes de ser sometida a la censura del hemiciclo. Asombra que para deponerlo fuera suficiente el testimonio incriminatorio de reos aspirantes a los beneficios penales y procesales establecidos en la categor¨ªa de colaborador eficaz de la justicia.
La destituci¨®n de un centrista tenido como decente hasta su imputaci¨®n resulta deprimente por cuanto no vindica las demandas de una sociedad sepultada por la desverg¨¹enza, sino que imanta sospechas y descr¨¦dito. Las consecuencias m¨¢s graves son el desenga?o, la facciosa concentraci¨®n de poder y el mercadeo de la parte al¨ªcuota en la designaci¨®n de ministros y aprobaci¨®n de las legalidades convenidas con los patrocinadores del golpe de mano.
La adulteraci¨®n de la representaci¨®n popular evidencia subdesarrollo institucional y ausencia de consensos para rehabilitar la pol¨ªtica. El optimismo ser¨¢ imposible mientras el sistema de partidos siga secuestrado por el arribismo y el despojo del Estado, y las crisis tengan que resolverse incendiando las calles.
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