A fuego lento
La Constituci¨®n est¨¢ siendo sutilmente reformada como se cocinan las ranas: de forma sigilosa, lentamente
Como es habitual en estas fechas del aniversario de la Constituci¨®n, me pregunta una periodista cu¨¢les son, en mi opini¨®n, las reformas que necesita su texto. Al contrario de otros a?os, en que siempre propon¨ªa reformas m¨ªnimas pero sustanciales, le contest¨¦ que en estos momentos ninguna, hay que dejar la Constituci¨®n tal como est¨¢, ha dado un gran rendimiento en sus 42 a?os de historia. Y a?ad¨ª: ¡°Estos no son momentos de modificar la Constituci¨®n sino de salvarla para que no acabe en ruinas. No hay que perder el tiempo hablando de reformas. De la actual crisis pol¨ªtica no es responsable el texto constitucional sino la manera en que la usan el Gobierno, la mayor¨ªa del Congreso que le apoya y ciertas comunidades aut¨®nomas que no la cumplen ni en su letra ni en su esp¨ªritu¡±.
El pasado domingo, D¨ªa de la Constituci¨®n, una cr¨®nica del diario La Raz¨®n titulada ¡°Un cambio de r¨¦gimen por la puerta de atr¨¢s¡± y firmada por A. Rojo, acertaba al comparar el actual momento constitucional con el ¡°s¨ªndrome la rana hervida¡±, aquel metaf¨®rico consejo seg¨²n el cual si quieres cocinar una rana no hay que echarla al cazo con el agua hirviendo porque inmediatamente saltar¨¢ para no morir escaldada, sino que debes introducirla en agua fr¨ªa, subir lentamente la temperatura hasta que, sin darse cuenta, acabar¨¢ perfectamente cocinada. Esto es lo que est¨¢ sucediendo con nuestro orden constitucional.
Todo empez¨® en junio de 2018 con una moci¨®n de censura adecuada a la Constituci¨®n desde el punto de vista del procedimiento pero conceptualmente inadecuada: con los grupos parlamentarios que votaron a favor de Pedro S¨¢nchez se pod¨ªa destituir al Gobierno de Rajoy pero no construir un Gobierno coherente, tal como se ha demostrado. Las mociones de censura son constructivas, ¨¦sta fue s¨®lo destructiva. Pero hab¨ªa sido el mismo Pedro S¨¢nchez quien hab¨ªa ganado unas primarias dentro de su partido defendiendo que se pod¨ªa pactar con los populistas, tanto los de Podemos como los independentistas catalanes y vascos. As¨ª pues, no pod¨ªa, ni seguro quer¨ªa, echarse atr¨¢s. Ahora el PSOE est¨¢ pagando, y lo pagar¨¢ mucho m¨¢s, las consecuencias de este grave error.
El Gobierno de coalici¨®n fue una primera etapa de este camino hacia ninguna parte razonable, s¨®lo a la destrucci¨®n, paso a paso, del sistema constitucional. No hay espacio para enumerar estos pasos, ya muy sabidos y explicados. S¨®lo observar c¨®mo el coste pol¨ªtico para aprobar la Ley de Presupuestos es directamente proporcional a la incoherencia entre los partidos que la han votado en el Congreso, m¨¢s o menos los de la moci¨®n de censura.
La Constituci¨®n, pues, est¨¢ siendo sutilmente reformada como se cocinan las ranas: de forma sigilosa y a fuego lento.
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