El a?o de la ciencia

La ciencia ha tenido muchas cosas que celebrar durante el ¨²ltimo siglo y pico. La mec¨¢nica cu¨¢ntica y la relatividad se descubrieron entre 1900 y 1905, y son ahora los dos pilares fundamentales de la f¨ªsica. El esclarecimiento de la doble h¨¦lice del ADN, en 1953, revel¨® el secreto de la vida en que ahora se fundamenta la mayor parte de la biolog¨ªa. La demostraci¨®n de la deriva continental revolucion¨® la geolog¨ªa y la biolog¨ªa evolutiva, el modelo est¨¢ndar de la f¨ªsica de part¨ªculas redujo a un pu?ado de componentes y fuerzas la jungla subat¨®mica de la que estamos hechos, la neurolog¨ªa ha revelado la magnitud inmensa del transatl¨¢ntico cerebral en el que nuestra consciencia no es m¨¢s que un mero pasajero y los planetas extrasolares nos han colocado por fin en nuestra humilde posici¨®n en el cosmos. Ninguno de esos enormes avances, sin embargo, alcanzaron ni de lejos el impacto social que ha tenido la ciencia en este a?o pand¨¦mico.

El p¨²blico suele estar muy atento a la persona del a?o que elige cada diciembre la revista Time, que lo mismo puede ser el papa de Roma (2013) que el a?orado presidente saliente de la Casa Blanca, Donald Trump (2016). Los cient¨ªficos tienen su versi¨®n en la revista Nature, que tambi¨¦n hace su selecci¨®n en estas fechas, aunque no de una sola persona, sino de 10.

Por primera vez en la historia de este ranking, siete de los diez elegidos lo son por una ¨²nica causa, la pandemia de covid. Es esa gente la que ha convertido 2020 en el a?o de la ciencia, 12 meses en los que la opini¨®n p¨²blica de medio mundo no ha logrado centrarse en otra cosa m¨¢s que en la epidemiolog¨ªa, la virolog¨ªa, la farmacolog¨ªa y sus aleda?os pol¨ªticos y econ¨®micos. Un a?o entero que empez¨® con la p¨¦sima noticia de la pandemia y acaba con un hito cient¨ªfico sin precedentes, la llegada de unas vacunas que han batido todos los r¨¦cords de velocidad sin perjudicar la seguridad ni la eficacia del producto. Un logro que pasar¨¢ a la historia del siglo XXI.

En esa lista muy corta figura el doctor Tedros, director general de la OMS, que ha tenido que soportar los ataques venenosos del lado oscuro de la econom¨ªa y, sobre todo, del ya casi expresidente Trump, que ha puesto m¨¢s empe?o en suprimir los fondos al organismo de la ONU que en entender lo que le estaba diciendo. Tambi¨¦n Gonzalo Moratorio, el vir¨®logo que ha conseguido que Uruguay haya contenido la epidemia con ¨¦xito. Zhang Yongzhen, que hizo p¨²blica la secuencia del coronavirus (gatacca¡­) en el mismo momento en que la ley¨®, all¨¢ por enero, cuando los occidentales segu¨ªamos sumidos en un sopor autocomplaciente. Fue esa secuencia la que permiti¨® ponerse a trabajar a los investigadores en vacunas de medio mundo. Li Lanjuan, la primera cient¨ªfica que recomend¨® un cerrojazo en la ciudad china de Wuhan, el foco de la pandemia, o Kathrin Jansen, la jefa de vacunas de Pfizer que apost¨® de inmediato por un producto (el ARN mensajero) que jam¨¢s se hab¨ªa probado en humanos. Y, por supuesto, tambi¨¦n est¨¢ Anthony Fauci, la ¨²nica persona que ha logrado torear al b¨²falo de la Casa Blanca.