Ciegos
Como otros que han padecido problemas con la vista desde la m¨¢s tierna infancia, siento a la vez fascinaci¨®n y p¨¢nico por la ceguera
Como otros que han padecido problemas con la vista desde la m¨¢s tierna infancia, siento a la vez fascinaci¨®n y p¨¢nico por la ceguera. Paso tiempo sin acordarme de ella y de repente vuelve a hostigarme con cualquier pretexto. Ahora ha sido al recaer en estas deliciosas noches cin¨¦filas de la pandemia en uno de mis thrillers favoritos, A 23 pasos de Baker Street de Henry Hathaway, con Van Johnson, Vera Miles y el estupendo Cecil Parker como estereotipo de mayordomo ingl¨¦s. El protagonista, un ciego amargado, recobra el inter¨¦s vital al emprender una investigaci¨®n criminal que puede costarle la vida. Inmediatamente record¨¦ otras pel¨ªculas con invidentes, como Sola en la oscuridad de Terence Young, con la exquisita Audrey Hepburn como ciega hostigada por el feroz Alan Arkin. O Profumo di donna de Dino Risi, con Vittorio Gassman husmeando a Agostina Belli... Sin olvidar a Daredevil, el h¨¦roe ciego de Marvel hoy en la pantalla que cuando yo le¨ª el c¨®mic se llamaba Dan Defensor. Si tuviera que elegir a mi invidente preferido de ficci¨®n ser¨ªa Max Carrados, el ¨²nico detective ciego de ese g¨¦nero literario, tan infalible observador como Holmes o Poirot pero m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa: ?sin ayuda de la vista! (Los mejores casos de Max Carrados, por Ernest Bramah, ed. Siruela). Despu¨¦s de Poe, Orwell lo consider¨® el mejor de todos.
La ceguera se presta a la alegor¨ªa, como demuestran ad nauseam S¨¢bato y Saramago. Yo creo que no hay peor ciego que el que no quiere ver, por eso Trump no ve su derrota electoral y aqu¨ª otros creen que el peligro antidemocr¨¢tico no est¨¢ en Otegi y dem¨¢s sat¨¦lites gubernamentales sino en la cruel Isabel Ayuso, verdugo de los ni?os pobres de Madrid que Carmena mimaba. ?Vaya linces...!
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.