El discurso del Rey
Lo que a cualquier dem¨®crata le costar¨ªa entender, es que ante los graves esc¨¢ndalos que rodean a la Casa Real, Felipe VI hiciera uso de cualquier subterfugio o mirara para otro lado
No es esta la primera vez que el discurso real de Nochebuena acapara la atenci¨®n para comprobar c¨®mo reacciona el monarca ¡ªsi es que lo hace¡ª ante asuntos inc¨®modos para la Casa Real. Fue en 2011 cuando Juan Carlos I, en relaci¨®n a la investigaci¨®n del caso Palma Arena que afectaba a su yerno, I?aki Urdangarin, dijo aquello de que ¡°la Justicia es igual para todos¡±. Desde entonces han cambiado varias cosas.
En primer lugar, los problemas y esc¨¢ndalos en torno a la Casa Real no han cesado, sino que han ido in crescendo. Aquello fue el principio. Luego llegar¨ªa la caza de elefantes en Botswana, las dudas sobre posibles negocios internacionales del em¨¦rito, y todo lo que ahora rodea a las tarjetas opacas, las posibles cuentas en para¨ªsos fiscales, etc¨¦tera. El c¨¦lebre ¡°Me he equivocado y no volver¨¢ a ocurrir¡± tuvo su momento, pero queda ya muy lejos.
La segunda cuesti¨®n que ha cambiado en estos a?os ha sido la propia sociedad espa?ola. Cuando Juan Carlos I proclamaba la igualdad de los espa?oles ante la ley, el nuestro era un pa¨ªs que se despertaba cada d¨ªa con una noticia se?alando indicios de corrupci¨®n en ¨¢mbitos importantes de poder. Unos a?os despu¨¦s, Espa?a vio c¨®mo sal¨ªa adelante una moci¨®n de censura presentada tras una sentencia que acusaba al partido en el Gobierno de graves episodios de corrupci¨®n. Estas cosas dejan huella.
Como consecuencia de lo anterior y de otros acontecimientos de calado, la valoraci¨®n que la sociedad hace de la monarqu¨ªa tambi¨¦n muestra nuevos datos, dignos de ser analizados. Si bien este sigue siendo un tema que divide a la sociedad espa?ola en cuanto a adscripci¨®n ideol¨®gica, territorial y, de forma cada vez m¨¢s importante, generacional, la Corona se interpreta hoy, en plena pandemia, como un signo de estabilidad frente a la algarab¨ªa pol¨ªtica. Esta es su mayor fortaleza.
Felipe VI no tiene ante s¨ª un discurso f¨¢cil, pero tampoco tan dif¨ªcil. Lo que a cualquier dem¨®crata, tanto mon¨¢rquico como republicano, le costar¨ªa entender es que, ante los graves esc¨¢ndalos que rodean a la Casa Real, se hiciera uso de cualquier subterfugio o se mirara para otro lado. No conviene olvidar que la Corona, por definici¨®n, es una instituci¨®n basada en la persona, a la que se accede por herencia.
Por el contrario, el Rey puede convertir este discurso en una oportunidad, si interpreta bien los cambios acontecidos en estos a?os ¡ªlos que aqu¨ª se se?alan y otros muchos¡ª, y se apoya en esa fortaleza que supone la percepci¨®n ciudadana de estabilidad. Esto le obligar¨ªa a construir enormes cortafuegos frente a los esc¨¢ndalos, aclarando cualquier duda sobre lo ocurrido en el pasado, y apostando de manera firme, sin que le tiemble la voz, por la transparencia m¨¢s radical y una rendici¨®n de cuentas ejemplar. @tinamonge
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