Recuperaci¨®n, si la crispaci¨®n no lo impide
Varios factores favorecen las perspectivas econ¨®micas pr¨®ximas respecto a 2020: desde las vacunas al contexto internacional. Pero es clave que la confrontaci¨®n no malogre las oportunidades que se abren
El mundo tiene ahora mejor pinta, a pesar de que la renovaci¨®n de las amenazas derivadas de la nueva ola de contagios y a la reciente mutaci¨®n del virus en las ¨²ltimas semanas del a?o han nublado las evidencias estad¨ªsticas de recuperaci¨®n de las principales econom¨ªas en el tercer trimestre del a?o, la espa?ola incluida. Sin menoscabo de los da?os sobre la salud de las personas, que seguir¨¢n siendo significativos, los estrictamente econ¨®micos durante estos meses finales se a?adir¨¢n a un balance desolador para el conjunto del a?o. Asumir esas dificultades sobrevenidas no puede, sin embargo, limitar la percepci¨®n de elementos en el entorno internacional inequ¨ªvocamente favorables a la recuperaci¨®n del crecimiento y del empleo. Su completo aprovechamiento requerir¨¢, en el caso de nuestro pa¨ªs, una voluntad de concertaci¨®n pol¨ªtica muy distante de los enfrentamientos que siguen dominando la gesti¨®n de la propia pandemia.
La econom¨ªa espa?ola, en mayor medida que la mayor¨ªa de las avanzadas, desde luego de aquellas con las que comparte moneda, banco central y la mayor¨ªa de sus intercambios, despedir¨¢ este a?o con una contracci¨®n sin precedentes en el valor de su producci¨®n de bienes y servicios. Las razones que explican ese sufrimiento diferencial son ampliamente asumidas: un contagio y confinamiento prematuros, una estructura productiva basada en los servicios m¨¢s afectados por las restricciones a la movilidad, un censo empresarial dominado por microempresas con unas reducidas defensas frente a desplomes de la demanda y, no menos importante, una escasa capacidad de maniobra de las finanzas p¨²blicas para compensar esos da?os. En consecuencia, y tambi¨¦n en mayor medida que el resto, la recuperaci¨®n de nuestra econom¨ªa depende de que el entorno internacional sea m¨¢s propicio al crecimiento. Y 2021 inicia su andadura con fundamentos para que as¨ª sea.
La posibilidad de neutralizar la propagaci¨®n del virus es la m¨¢s importante de esas palancas. La disposici¨®n de vacunas en menos de un a?o, la diversidad de dichas vacunas y el aumento de la poblaci¨®n que cree en su eficacia, adem¨¢s de fortalecer la confianza en el progreso cient¨ªfico, asientan unas expectativas m¨¢s favorables. Sus efectos empezar¨¢n a percibirse en la primera mitad del a?o, de forma m¨¢s clara en los pa¨ªses desarrollados, como ya est¨¢n se?alando algunos indicadores adelantados, que reflejan las intenciones de los agentes econ¨®micos, y en las correspondientes previsiones de crecimiento para 2021.
La anticipaci¨®n de un entorno geopol¨ªtico menos adverso que el vigente hasta ahora es otra de las circunstancias favorables. Est¨¢ estrechamente asociada al relevo en la presidencia de EE UU y a la reducci¨®n de incertidumbre sobre las condiciones de salida de la UE del Reino Unido. De la primera puede deducirse, adem¨¢s de las decisiones de est¨ªmulo ya convenidas, una mayor normalizaci¨®n en los flujos de comercio internacional y un respeto a las organizaciones multilaterales, como la OMC o la OMS. Pero tambi¨¦n el retorno al Acuerdo de Par¨ªs sobre la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Los t¨¦rminos acordados para el Brexit, por su parte, permiten despejar importantes inc¨®gnitas sobre aspectos centrales para las econom¨ªas del resto de Europa, la nuestra incluida.
El tercer fundamento que permite anticipar un horizonte menos adverso es la inequ¨ªvoca disposici¨®n de las instituciones europeas a evitar males peores a los observados. El BCE ha dado se?ales suficientes de que mantendr¨¢ la adecuaci¨®n de sus decisiones a ese prop¨®sito favoreciendo la disposici¨®n de liquidez suficiente y un nivel reducido de los tipos de inter¨¦s, que encuentran respaldo adicional para seguir haci¨¦ndolo en la ausencia de inflaci¨®n en el conjunto del ¨¢rea. La flexibilidad de las reglas de disciplina presupuestaria o la amplitud de las posibilidades de inversi¨®n asociadas al nuevo esquema de presupuestaci¨®n plurianual de la propia Comisi¨®n seguir¨¢n complementando el papel de la pol¨ªtica monetaria. La instrumentaci¨®n en los pr¨®ximos a?os del fondo Next Generation EU, dotado con 750.000 millones de euros, es la manifestaci¨®n m¨¢s expl¨ªcita de ese empe?o, pero tambi¨¦n lo es de los cimientos de una uni¨®n fiscal. A ello, es de rigor admitirlo, han contribuido las propuestas del Gobierno espa?ol.
La econom¨ªa espa?ola es una de las potencialmente m¨¢s favorecidas por esas decisiones. En primer lugar, porque, adem¨¢s de ser la que m¨¢s ha sufrido la recesi¨®n, es la que m¨¢s necesita del apoyo financiero externo. En segundo, porque las condiciones de acceso a este, en especial a la financiaci¨®n de los fondos europeos, no son muy distintas a las que deber¨ªan presidir la reconstrucci¨®n y transformaci¨®n de nuestra econom¨ªa con el fin de reducir las vulnerabilidades que ahora se han puesto de manifiesto. Acelerar la transici¨®n energ¨¦tica y la digitalizaci¨®n son las dos grandes prioridades de esas inversiones europeas llamadas a contribuir a la modernizaci¨®n de las econom¨ªas receptoras. La nuestra puede recibir unos 140.000 millones de euros, m¨¢s de la mitad en concepto de transferencias. La primera de las condiciones asociadas a la normal disposici¨®n de esos recursos es un riguroso sistema de asignaci¨®n y un mecanismo de gobernaci¨®n eficiente y transparente. La segunda es su acompa?amiento con un plan de acci¨®n a medio plazo que, adem¨¢s de incorporar un cat¨¢logo de reformas que amplifiquen los efectos de las inversiones, favorezcan ese objetivo de modernizaci¨®n. Junto a ello, ser¨ªa muy conveniente la concreci¨®n de un plan de reducci¨®n a medio plazo del d¨¦ficit y de la deuda p¨²blica, no necesariamente mediante pol¨ªticas de austeridad a ultranza. Esas condiciones puede y debe garantizarlas el Gobierno en ejercicio, pero sus favorables efectos sobre las instituciones europeas y sobre los inversores privados, espa?oles y extranjeros, se ver¨ªan notablemente fortalecidos si tuvieran un mayor respaldo pol¨ªtico. Comprometer que, con independencia de quien gobierne, esas reformas y planes de saneamiento de las finanzas p¨²blicas se mantendr¨¢n contribuir¨ªa a fortalecer las credenciales de la econom¨ªa espa?ola y a reducir la incertidumbre.
Es mucho lo que est¨¢ en juego. El BCE no dispondr¨¢ siempre de la capacidad para abaratar los costes de financiaci¨®n privada y p¨²blica de nuestra econom¨ªa, hasta el l¨ªmite de esos tipos de inter¨¦s negativos y una prima de riesgo en m¨ªnimos de la deuda p¨²blica con los que despedimos el a?o. Las contribuciones de la Comisi¨®n, por su parte, pueden ser amplificadas por la inversi¨®n privada si se acierta a transmitir la credibilidad necesaria. Y eso requiere un amplio respaldo pol¨ªtico a esas intenciones para modernizar este pa¨ªs, al mismo tiempo que frenar el m¨¢s severo deterioro de las condiciones de vida de amplios segmentos de la poblaci¨®n.
Las oportunidades son suficientemente expl¨ªcitas como para que la leg¨ªtima confrontaci¨®n pol¨ªtica no ponga en riesgo ese prop¨®sito m¨¢s inmediato de aprovechamiento de un entorno que dif¨ªcilmente volver¨¢ a tener una conformaci¨®n tan favorable para Espa?a, para alejar los riesgos de quedar marginada del progreso que presidir¨¢ Europa. No dejar¨ªa de ser cuando menos parad¨®jico que la mayor cooperaci¨®n entre los pa¨ªses constituya uno de los fundamentos de la recuperaci¨®n global y en el seno del nuestro fu¨¦ramos incapaces de articularla para recuperar los destrozos de la mayor crisis desde la Gran Depresi¨®n y evitar un mayor avance de la pobreza.
Emilio Ontiveros es presidente de Afi.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.