La mochila de Salvador Illa
?Puede alg¨²n ciudadano catal¨¢n contrario a la independencia dar el voto a un partido socialista cuyo objetivo, aunque no lo confiese, sea pactar con ERC?
Se dice en los medios de comunicaci¨®n y, a¨²n m¨¢s, entre los pol¨ªticos socialistas, que la sustituci¨®n de Miquel Iceta por Salvador Illa como cabeza de lista del PSC en las elecciones catalanas ser¨¢ un ¡°revulsivo electoral¡± para mejorar de forma decisiva los resultados de su partido. Incluso los m¨¢s optimistas creen que puede ser la lista m¨¢s votada. Este es, sin duda, el objetivo del cambio de candidato. Sin embargo, pensando fr¨ªamente, en la situaci¨®n actual estos p¨ªos deseos m¨¢s parecen el resultado de un optimismo voluntarista y propagand¨ªstico que de un razonamiento basado en la realidad.
No tengo dudas sobre la capacidad de Illa, de su integridad personal y, por supuesto, de la notoriedad adquirida en los ¨²ltimos 10 meses, no tanto por su gesti¨®n en el Ministerio de Sanidad, que es discutida y discutible, sino por su talante como pol¨ªtico: sin estridencias ni ataques burdos e infundados al adversario, argumentando sus decisiones, admitiendo que puede equivocarse y, si se da el caso, reconocerlo y modificar de criterio. ?Ya me gustar¨ªa que todos nuestros pol¨ªticos adoptaran estas formas de actuaci¨®n! Adem¨¢s, dentro de un PSC todav¨ªa muy impregnado de nacionalismo, el nuevo candidato es una excepci¨®n: proviene de una escuela, la de Rom¨¤ Planas, tarradellista y no identitaria.
Pero al mismo tiempo, Illa arrastra una pesada mochila que sin duda lastra sus posibilidades de acci¨®n: estar¨¢ inevitablemente condicionado por las necesidades pol¨ªticas de Pedro S¨¢nchez, especialmente cuando le presione para que el futuro Gobierno de la Generalitat sea un calco del Gobierno central, es decir, producto de un pacto entre ERC, Podemos (Comunes) y el PSC. Tampoco es algo muy diferente a lo que el PSC ya practica en Catalu?a, desde los tripartitos de la ¨¦poca de Zapatero hasta hoy, en Ayuntamientos y Diputaciones, lo que ha supuesto siempre un claro refuerzo para el independentismo o, en la actualidad, para Podemos, como se demuestra en la nula influencia de los socialistas en el actual Ayuntamiento de Barcelona que preside Ada Colau.
Se suele decir que Aragon¨¨s, el discreto candidato de ERC, es una persona moderada. Pues bien, lean sus propuestas en EL PA?S de hace un par de domingos: ¡°V¨ªa hacia la independencia, superar el 50 por ciento, poner fin a la represi¨®n y forzar al Estado a aceptar el derecho de autodeterminaci¨®n y la amnist¨ªa como ¨²nica v¨ªa posible para los presos y exiliados¡±. Analicen bien este p¨¢rrafo: es el lenguaje que utilizan los previsibles compa?eros del PSC y que siempre cumplen lo que dicen.
?Puede alg¨²n ciudadano catal¨¢n contrario a la independencia dar el voto a un partido socialista cuyo objetivo, aunque no lo confiese, sea pactar con tales socios?
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