Los impl¨ªcitos de la democracia
Las instituciones importan, pero nunca debemos descuidar el peso que tienen los consensos informales
Juan Linz, padre de la ciencia pol¨ªtica espa?ola, siempre abog¨® que el presidencialismo era un sistema que hac¨ªa m¨¢s probable el colapso de la democracia. El caudillismo de la figura presidencial y el ¡°Gobierno dividido¡± (con diferentes partidos en legislativo y ejecutivo) pod¨ªa arrastrar al sistema a una tensi¨®n insoportable. De hecho, este ¨²ltimo elemento hac¨ªa m¨¢s probable el golpe militar. De ah¨ª que fuese preferible el modelo parlamentario; si el Ejecutivo perd¨ªa sus apoyos en el legislativo, era reemplazado con una moci¨®n y se quemaba ese fusible. Por el contrario, en el modelo presidencial la colisi¨®n entre dos poderes leg¨ªtimamente electos quebraba la democracia en su conjunto.
La gran excepci¨®n a esa tesis siempre fue el caso de EE UU. Y, de hecho, pese a los aparatosos eventos del Capitolio, lo sigue siendo. Los retrocesos autoritarios de la ¨²ltima d¨¦cada los hemos visto en democracias de todo pelaje (golpes en Honduras o Bolivia, pero tambi¨¦n la erosi¨®n de la democracia en Turqu¨ªa, Hungr¨ªa y Polonia), por lo que probablemente tengamos dos caminos diferentes al despotismo. De un lado, la v¨ªa parlamentaria, donde un Ejecutivo con mayor¨ªa en las c¨¢maras retuerce los contrapesos liberales a su poder. Del otro, la presidencial, donde el choque de poderes es m¨¢s directo. El primer camino m¨¢s incremental, el segundo m¨¢s violento.
Con todo, las instituciones de Estados Unidos funcionan y en dos d¨ªas Joe Biden ser¨¢ presidente. Ahora bien, lo que ha cambiado en ese pa¨ªs es la posici¨®n de los actores principales. La democracia no solo marcha gracias a reglas formales, sino tambi¨¦n consensos t¨¢citos. El reconocimiento del pluralismo, no retorcer las reglas en beneficio propio y aceptar la reversibilidad del poder. Dicho de otro modo, aceptar que hoy eres la minor¨ªa, pero que puedes ser la mayor¨ªa ma?ana, que podr¨¢s intentar persuadir a gente para tu causa en un tiempo.
El cuestionamiento electoral de Trump, desde antes de la misma elecci¨®n, apunta que la prueba de estr¨¦s para la democracia ni de lejos est¨¢ superada. Los republicanos, escindidos entre los que sigan o los que no este camino, quiz¨¢ dividan su base electoral y pierdan la oportunidad de volver al poder a corto plazo. Sin embargo, esto es compatible con din¨¢micas de violencia de baja intensidad como la que vimos el otro d¨ªa. Grup¨²sculos radicales que consideren que la legitimidad de la administraci¨®n dem¨®crata nace manchada por un fraude.
Esta situaci¨®n hace pensar que las instituciones importan, pero que nunca debemos descuidar el peso que tienen los consensos informales. Tener partidos para los que la democracia es meramente instrumental no es infrecuente. Seguiremos hablando mucho de polarizaci¨®n, pero no vaciemos ese t¨¦rmino para enmascarar una falsa equidistancia entre quien es dem¨®crata y quien no lo es.
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