Impulso clim¨¢tico

Como hab¨ªa prometido, una de las primeras ¨®rdenes firmadas por el nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha sido el reingreso inmediato en el Acuerdo de Par¨ªs sobre el cambio clim¨¢tico. Es un paso de gran trascendencia, pues la decisi¨®n de Donald Trump de abandonarlo puso en riesgo los objetivos fijados hace cinco a?os. No solo dej¨® sin efecto la mayor parte de las medidas de protecci¨®n ambiental impulsadas por Barack Obama, sino que propici¨® que otros pa¨ªses reluctantes como Brasil, Australia o M¨¦xico se pusieran a rebufo de EE UU. El Acuerdo de Par¨ªs prev¨¦ que cada pa¨ªs fije sus propios objetivos de reducci¨®n de las emisiones de gases de efecto invernadero. EE UU es el segundo mayor emisor despu¨¦s de China. Con poco m¨¢s del 4% de la poblaci¨®n mundial, es responsable de casi un tercio de todo el exceso de CO2 que hay en la atm¨®sfera. Ahora, el presidente Biden se propone impulsar un nuevo Green New Deal al que destinar¨¢ dos billones de d¨®lares en diez a?os. Un cambio muy positivo.

La decisi¨®n llega en un momento crucial. El calentamiento est¨¢ siendo m¨¢s r¨¢pido y sus efectos m¨¢s graves de lo que se hab¨ªa previsto en 2015. El a?o pasado se bati¨® un nuevo r¨¦cord de huracanes y fen¨®menos clim¨¢ticos extremos, desde incendios devastadores a tormentas torrenciales. La temperatura media del planeta ha subido ya 1,2 grados cent¨ªgrados y si no se act¨²a, a final de siglo superar¨¢ los 3,2 grados, lo que nos abocar¨ªa a un escenario catastr¨®fico. Europa se ha comprometido a alcanzar la neutralidad del carbono (cero emisiones o suma cero entre emisiones y su eliminaci¨®n) en 2050, un objetivo al que se han adherido un centenar de pa¨ªses, incluida China, en su caso para 2060. Resulta esperanzador, pero es un objetivo a largo plazo y existe el riesgo de que mientras tanto se incumplan los objetivos m¨¢s inmediatos. Solo cinco pa¨ªses han presentado su nuevo plan de emisiones y a¨²n no se ha desarrollado el art¨ªculo 6 del Acuerdo de Par¨ªs sobre el mercado del carbono.

La opini¨®n p¨²blica est¨¢ cada vez m¨¢s concienciada y exige a los gobernantes pasos efectivos y concretos. Abundan los gestos, como el del presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, que acaba de proponer un refer¨¦ndum para que la protecci¨®n ambiental figure en el art¨ªculo 1? de la Constituci¨®n. Algunos juristas observan que el gesto es in¨²til, ya que la Carta del Medio Ambiente de 2004 ya forma parte del cuerpo constitucional franc¨¦s. Sea o no una maniobra electoralista, lo relevante es que se trata de una petici¨®n de la Convenci¨®n Ciudadana por el Clima, un novedoso sistema de deliberaci¨®n cuyos miembros se eligieron por sorteo, y puede servir para reforzar la agenda clim¨¢tica. El Acuerdo de Par¨ªs necesita un nuevo impulso. El liderazgo de la UE y la reincorporaci¨®n de EE UU pueden d¨¢rselo.