El retraso en las vacunaciones es un peligro letal para la UE
Los problemas en la distribuci¨®n son una amenaza pol¨ªtica adem¨¢s de sanitaria
Los incumplimientos de las farmac¨¦uticas en el suministro de vacunas contra el coronavirus han abierto una grave crisis en el seno de la Uni¨®n Europea. A las dificultades de Pfizer para asegurar la producci¨®n se ha a?adido el anuncio de AstraZeneca, que pretende reducir m¨¢s del 60% la cantidad de vacunas que iba a entregar en el primer trimestre. El acuerdo firmado en agosto prev¨¦ la compra de al menos 300 millones de dosis, con opci¨®n para otros 100 millones. Muchos pa¨ªses europeos confiaban en dar un impulso a la inmunizaci¨®n en febrero gracias a esta vacuna, mucho m¨¢s barata y f¨¢cil de administrar que las de Pfizer y Moderna, pues no exige ultracongelaci¨®n. Lo ocurrido es de una gravedad extrema, no solo porque del cumplimiento de estos contratos depende la vida de cientos de miles de personas y la recuperaci¨®n econ¨®mica de Europa, sino porque el fracaso del plan de vacunaciones desatar¨ªa una crisis de confianza en la competencia de las instituciones europeas dif¨ªcilmente reparable.
Esta situaci¨®n propicia varias consideraciones. En cuanto a las compa?¨ªas, resulta imprescindible el m¨¢ximo nivel de transparencia en un asunto en el que hay tantas vidas en juego. La decisi¨®n de exigir una notificaci¨®n previa sobre todas las exportaciones de las vacunas que salgan del territorio europeo apuntan a que la Comisi¨®n Europea sospecha que el incumplimiento podr¨ªa estar motivado por el desv¨ªo inapropiado de parte de la producci¨®n a otros compradores. La compa?¨ªa lo niega, recuerda que su producto se vende pr¨¢cticamente a coste de elaboraci¨®n y asegura que el fallo reside en problemas imprevisibles de capacidad de f¨¢brica. La empresa sostiene estar obligada a dar preferencia al Reino Unido en el suministro de las vacunas que se fabrican en este pa¨ªs, porque su contrato es previo, y se?ala adem¨¢s que el acuerdo con la UE solo le exige ¡°hacer el mejor esfuerzo¡± por garantizar el suministro. Con el Brexit reci¨¦n ocurrido, esta cuesti¨®n es material pol¨ªticamente inflamable. Dada la gravedad de la situaci¨®n, las empresas deben dar explicaciones con el m¨¢s alto est¨¢ndar de transparencia.
En un segundo orden de reflexi¨®n, el conjunto de la situaci¨®n cuestiona la actuaci¨®n de la UE. El incumplimiento compromete el objetivo de tener el 70% de la poblaci¨®n vacunada antes del verano. El varapalo se suma adem¨¢s a un inicio de campa?a decepcionante. En Europa apenas se ha vacunado al 2% de la poblaci¨®n, frente al 7% de Estados Unidos, el 10% del Reino Unido o el 44% de Israel. A nadie se le puede escapar el enorme da?o reputacional ¡ªadem¨¢s de sanitario y econ¨®mico¡ª que la UE sufrir¨ªa ante su ciudadan¨ªa de quedar sustancialmente rezagada en este esfuerzo.
La compra centralizada de vacunas ha sido un gran avance. Evit¨® que Europa se deslizara por la pendiente del nacionalismo sanitario, tan ineficiente como injusto. Pero esta crisis obliga a reflexionar sobre los errores cometidos. Si se compara con la acci¨®n de otros Ejecutivos, la UE ha actuado con cierta lentitud, con contratos firmados m¨¢s tarde, lo que ahora resulta ser un problema. Por el otro, ha habido cierta tibieza de inversi¨®n en las compras y en el esfuerzo para garantizar una mayor capacidad de fabricaci¨®n en la propia UE, utilizando plantas de producci¨®n de otras farmac¨¦uticas, como ahora se propone hacer, quiz¨¢ demasiado tarde. Toca remontar. Es vital, en sentido f¨ªsico, econ¨®mico y pol¨ªtico.
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