Las palabras
El hervor convulso que emiten las noticias a trav¨¦s de la radio, la televisi¨®n, las redes y plataformas es semejante al bullicio que producen en la selva los animales
El enorme caudal de palabras que desde la ma?ana a la noche vierten los pol¨ªticos, los jerarcas eclesi¨¢sticos, los l¨ªderes de opini¨®n y cualquier pelanas de lengua larga con un micr¨®fono en la mano, constituye una selva oscura e intrincada en la que uno debe abrirse paso a machete a lo largo del d¨ªa para no perecer asfixiado. Lo llamamos informaci¨®n, pero nunca como hoy este derecho inalienable ha causado en los ciudadanos tanta angustia y confusi¨®n. Las noticias se han convertido en p¨®cimas inoculadas con una dosis de veneno y falsedad a partes iguales. Cualquiera que haya pasado alg¨²n tiempo en la selva virgen sabe que la jungla est¨¢ llena de sonidos que llegan de todos lados y de ninguno. El hervor convulso que emiten las noticias a trav¨¦s de la radio, la televisi¨®n, las redes y plataformas es semejante al bullicio que producen en la selva los insectos en busca de alimento, las aves de todos los colores que cantan para seducir a la pareja, los orgasmos de las alima?as cuando copulan, las fieras mientras persiguen y devoran a la presa, los monos que r¨ªen y gritan sin ning¨²n significado. Y Tarz¨¢n si le da por hacer g¨¢rgaras. En la selva algunas serpientes venenosas tambi¨¦n saben tocar el arpa. Las palabras son vibraciones del aire que se originan en diversas partes del cuerpo de quien las pronuncia. Las palabras que el ciudadano subalterno se ve obligado a o¨ªr cada d¨ªa como un castigo en la jaur¨ªa de los medios, todas llevan su sello de origen, de modo que no es dif¨ªcil discernir cu¨¢ndo un pol¨ªtico te habla desde el cerebro, el h¨ªgado o los genitales, o si un l¨ªder de opini¨®n lo hace desde la mente, el coraz¨®n, el est¨®mago o el intestino ciego. Una vez liberadas, a muchas palabras se las lleva el viento, pero las hay que matan cuando se disparan como balas y algunas forman un dogal alrededor del cuello de su due?o y acaban por estrangularlo.
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