Psicofon¨ªas
El PP vive en un presente continuo, vive en ¡°esa persona de la que usted me habla ya no est¨¢¡±
Igual que la mecha de un petardo, el pasado del PP se convierte en cenizas a medida que avanza hacia el futuro. El PP de la ¨¦poca del dinero negro ya no existe, lo mismo que dej¨® de existir el que estuvo en contra de la ley del divorcio, el refractario a la regulaci¨®n del aborto o el enemigo del matrimonio homosexual. Puras pavesas son el PP de la guerra de Irak, el de Rato, el de Cascos, el de las mentiras sobre el 11-M, el de Rita Barber¨¢, el de Cospedal y el de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, con 12 de sus 14 ministros implicados en esto o en lo otro. No existe el PP de las indemnizaciones en diferido, ni el de los sobresueldos millonarios ni el de Cristina Cifuentes, quiz¨¢ est¨¦ a punto de desaparecer tambi¨¦n el de D¨ªaz Ayuso.
El PP vive en un presente continuo, vive en ¡°esa persona de la que usted me habla ya no est¨¢¡±. Se trata de un neonato permanente, con la mecha de la brasa pegada al culo, dispuesta a carbonizar tambi¨¦n a la generaci¨®n de Casado. Es un cigarrillo encendido, a punto de llegar al filtro podrido por los alquitranes. Teodoro Garc¨ªa Egea, cuando habla, da la impresi¨®n de estar fum¨¢ndose a s¨ª mismo con resultados estupefacientes. El PP se borra al tiempo de dibujarse. En su largo viaje al centro desgast¨® los zapatos, luego los pies y los tobillos y ahora camina sobre los mu?ones de las rodillas, de ah¨ª la jibarizaci¨®n que en poco tiempo lo ha convertido en un grupo de poco m¨¢s de 80 diputados, cuando ven¨ªa de 186.
Lo de B¨¢rcenas, en fin, son psicofon¨ªas, voces muertas procedentes de un tiempo fenecido. Nosotros estamos otra vez en el futuro, como el que quema las p¨¢ginas de un libro a medida que lo lee. Ni nos acordamos ya ni del t¨ªtulo de esa novela de la que usted me habla.
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