Una llave muy pesada
No hay trasvase de votos entre bloques, pero en los dos polos de la confrontaci¨®n han avanzado las dos fuerzas pol¨ªticas partidarias del di¨¢logo
Aunque una primera lectura de los resultados indica que el independentismo mantiene su hegemon¨ªa e incluso puede superar la barrera del 50% de los votos si se cuentan los cosechados por el PDeCAT, el escenario pol¨ªtico catal¨¢n ha cambiado. No hay trasvase de votos entre bloques, pero en los dos polos de la confrontaci¨®n han avanzado las dos fuerzas pol¨ªticas partidarias del di¨¢logo. El virtual empate entre las tres primeras fuerzas pol¨ªticas hace posible, al menos sobre el papel, la conformaci¨®n de dos posibles mayor¨ªas de gobierno, una en torno al eje identitario, de ERC, Junts y la CUP, y otra de signo progresista, formada por ERC, el PSC y los comuns. La llave la tiene Esquerra Republicana. El partido republicado ha logrado por fin el ansiado sorpasso sobre Junts, que ya esperaba en 2017, pero no ha sido un vuelco contundente. La decisi¨®n no ser¨¢ c¨®moda ni exenta de peligros.
Si forma gobierno con Junts se arriesga a repetir la nefasta experiencia de inestabilidad y bronca permanente de la ¨²ltima legislatura, con un aliado que seguir¨¢ compitiendo por la representaci¨®n del espacio independentista y que est¨¢ dispuesto a mantener la pol¨ªtica de confrontaci¨®n que supone una enmienda a la totalidad al giro hacia el realismo pol¨ªtico con el que ERC trata de superar el fracaso del proc¨¦s. Si a ello se a?ade la necesidad de contar con la CUP, un partido antisistema, asambleario e imprevisible, la posici¨®n de ERC al frente de la Generalitat puede llegar a ser inc¨®moda y dif¨ªcil. No hay que olvidar que estas elecciones se han celebrado por la incapacidad de los dos partidos soberanistas de sostener la coalici¨®n y de llegar a un acuerdo para investir a un nuevo presidente tras la inhabilitaci¨®n de Joaquim Torra. ERC ha sido hasta ahora prisionero de Junts per Catalunya y si no marca distancias, lo seguir¨¢ siendo.
La otra posible mayor¨ªa de gobierno no resulta m¨¢s f¨¢cil. Tanto a ERC como al PSC podr¨ªa llegar a interesarles encontrar puntos de encuentro, una f¨®rmula que garantice la estabilidad pol¨ªtica en Catalu?a y en Espa?a al mismo tiempo. Se tratar¨ªa de intercambiar un apoyo socialista a un Gobierno presidido por ERC en Catalu?a a cambio de un apoyo de este partido al Gobierno de Pedro S¨¢nchez. El hecho de que no haya elecciones a la vista y el debilitamiento del PP abre una ventana de oportunidad para un cambio de este tipo. Pero choca con dos grandes obst¨¢culos. En primer lugar, las resistencias internas en el PSOE. Pedro S¨¢nchez tendr¨ªa que dar pasos significativos que permitan a ERC demostrar que la v¨ªa del di¨¢logo da frutos. Y tambi¨¦n choca con la estrategia seguida hasta ahora por Oriol Junqueras, que pretende convertir a ERC en el gran partido nacionalista catal¨¢n, al estilo del Partido Nacionalista Escoc¨¦s. Pero si el partido de Nicola Sturgeon ocupa la posici¨®n de dominio en Escocia es por el hundimiento del laborismo. En estas elecciones se ha visto que el socialismo catal¨¢n no est¨¢ precisamente en retroceso, de modo que esa estrategia tal vez no sea la m¨¢s adecuada.
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