El enga?o de lo que somos
Mario Draghi, que prometi¨® hacer todo lo necesario (¡®wathever it takes¡¯) para salvar al euro, se propone ahora la reconstrucci¨®n de Italia
La palabra es un formidable instrumento de acci¨®n pol¨ªtica. El buen pol¨ªtico sabe encontrar la palabra precisa para el momento exacto. Para frenar una crisis monetaria o para obtener su investidura como jefe de un Gobierno, que es lo que hizo Mario Draghi el 26 de julio de 2012 en plena crisis monetaria europea y ha hecho ahora este 17 de febrero para solicitar el voto a los senadores italianos.
El primer discurso, pronunciado en Londres, ha pasado a la historia por dos frases que conjuraron los fantasmas que se cern¨ªan sobre la Uni¨®n Europea aquel verano nefasto: Grecia iba a abandonar el club monetario, Espa?a e Italia se hallaban al borde del rescate y el euro carec¨ªa de credibilidad en los mercados. ¡°El BCE har¨¢ todo lo necesario para sostener el euro. Y, cr¨¦anme, ser¨¢ suficiente¡±, dijo, e inmediatamente subieron las Bolsas, bajaron las primas de riesgo de los pa¨ªses m¨¢s endeudados y cesaron los ataques especulativos contra el euro. Sus efectos todav¨ªa reverberan en la solidez actual de la moneda europea.
En el segundo, el de esta semana en el Palazzo Madama de Roma, sede del Senado, estaba asegurada la confianza parlamentaria, pero era imprescindible la persuasi¨®n para obtener tambi¨¦n la confianza de los ciudadanos. Siendo una f¨®rmula salida de las maniobras partidistas, en especial las protagonizadas por el ex primer ministro Matteo Renzi, hab¨ªa que despejar las sospechas tecnocr¨¢ticas. ¡°Es, simplemente, el Gobierno del pa¨ªs, no necesita de adjetivo alguno que lo defina¡±, dijo Draghi.
El programa, profundamente pol¨ªtico, es el que corresponde al de un gobierno de unidad nacional ante una emergencia. Solo la extrema derecha le ha negado el apoyo parlamentario. Draghi ha repetido la jugada. Su Gobierno har¨¢ todo lo necesario ¡ªwhatever it takes, como en el discurso sobre el euro¡ª para la nueva reconstrucci¨®n de Italia, emulaci¨®n de la reconstrucci¨®n tras el desastre de la II Guerra Mundial.
Vale la pena sopesar sus palabras, que trascienden el ¨¢mbito estricto italiano y devienen un mensaje para los europeos: ¡°Sin Italia no hay Europa. Pero fuera de Europa hay menos Italia. No hay soberan¨ªa en la soledad. Solo hay el enga?o de lo que somos, el olvido de lo que hemos sido y la negaci¨®n de lo que podemos ser¡±. Sirven para Espa?a. Tambi¨¦n para Catalu?a: ¡°Hoy la unidad no es una opci¨®n, la unidad es un deber. Pero es un deber guiado por lo que estoy seguro nos une a todos: el amor a Italia¡±.
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