?AI!

Chesterton se?al¨® que el mundo moderno est¨¢ lleno de ideas cristianas que se han vuelto locas. Dicho de modo m¨¢s laico, de ideas emancipadoras cuya hipertrofia las ha convertido en amenazas para la democracia. Una de ellas es la libertad de expresi¨®n. En esta ¨¦poca donde se castiga con la muerte civil cualquier broma antifeminista o racial, no digamos las cr¨ªticas a las modas ideol¨®gicas del d¨ªa (todas son ¡°fobias¡± repudiables), esa libertad es m¨¢s necesaria que nunca. Lo cual no quiere decir que deba ser irrestricta, como tampoco las dem¨¢s garant¨ªas democr¨¢ticas: ¡°Hasta la virtud necesita l¨ªmites¡±, estableci¨® Montesquieu. Considerar muestras de libertad de expresi¨®n la difamaci¨®n, las amenazas de muerte, las ofensas atroces a personas e instituciones, el aplauso a terroristas... es como reclamar el derecho a viajar a 150 Km/h y borracho por zonas urbanas. Si se tolera esa ¡°poes¨ªa¡± dedicada al p¨²blico juvenil ?por qu¨¦ perseguir la pederastia o las fake news en las redes? ?Por qu¨¦ no desterrar de la escuela la evoluci¨®n y sustituirla por el creacionismo? ?Por qu¨¦ recomendar a los estudiantes los derechos humanos en lugar de los sanos preceptos del c¨®digo de Hammurabi? Con mensajes as¨ª se motiv¨® a los invasores del Capitolio...

Creo que Pablo Has¨¦l merece prisi¨®n permanente revisable no por la letra de sus canciones sino por la m¨²sica. Pero no est¨¢ en la c¨¢rcel s¨®lo por lo que berrea sino por agresiones y matonismo reiterado. Pueden ignorarlo los doscientos buenistas que le apoyan, que no se enteran de lo que firman sin leer y cuando lo leen, tampoco. Pero Amnist¨ªa Internacional... ?por favor! Los convencidos que hemos colaborado con AI nos preguntamos ahora, a la vista de su campa?a pro-Has¨¦l, si tambi¨¦n en eso nos hemos equivocado. ?C¨®mo seguir siendo de los nuestros?