Urge actuar

El mercado laboral sufri¨® un serio rev¨¦s el pasado mes de febrero. Los datos se?alan que, por primera vez en cinco a?os, m¨¢s de cuatro millones de personas est¨¢n ya en paro. Las cifras de afiliaci¨®n tampoco fueron buenas. Adem¨¢s, hay m¨¢s de 900.000 trabajadores afectados por los expedientes de regulaci¨®n temporal de empleo (ERTE), el mecanismo sobre el que el Gobierno ha cimentado el escudo social para ayudar a empresas y trabajadores a superar esta crisis y evitar despidos masivos. Los cr¨¦ditos ICO avalados por el Estado tambi¨¦n han servido para que las empresas pudieran encajar mejor el golpe hasta ahora. Pero el mercado laboral muestra s¨ªntomas de que esta red de seguridad para proteger el tejido productivo resulta insuficiente.

A pesar del batacazo inicial tras el estallido de la pandemia, el mercado laboral hab¨ªa sorprendido durante los ¨²ltimos meses por su resistencia. Hasta ahora, las cifras de paro y empleo mejoraban incluso las de algunos ejercicios anteriores, en los que Espa?a estaba en pleno proceso de recuperaci¨®n tras la crisis financiera. Pero la tercera ola de la pandemia ha golpeado al mercado laboral m¨¢s de lo que lo hizo la segunda. Las restricciones de movilidad impuestas por las comunidades aut¨®nomas para tratar de frenar los contagios de coronavirus han asestado un severo golpe.

Tras un a?o de resistencia, el sufrimiento de las empresas y familias m¨¢s expuestas es extremo. Cada vez son m¨¢s los comercios que tienen que bajar la persiana. Y cada d¨ªa son m¨¢s largas las colas en los bancos de alimentos. Los datos del mercado de trabajo de febrero publicados ayer no son un oscuro espejismo aislado: la Autoridad Fiscal (Airef) pronostic¨® ayer mismo una ca¨ªda del PIB del 1,3% durante el primer trimestre de este a?o. En el segundo, no es de esperar una Semana Santa de gran actividad. Esto se acumula a un 2020 en el que Espa?a se situ¨® en el furg¨®n de cola europeo en cuanto a desempe?o econ¨®mico.

Ante este escenario, se hace evidente que el Gobierno debe intensificar los apoyos ¡ªy que va con retraso en esa tarea¡ª. En el plano social urge mejorar la gesti¨®n del ingreso m¨ªnimo vital para que la prestaci¨®n llegue por fin a m¨¢s familias que la necesitan y evitar un sufrimiento social que no es aceptable. En el plano econ¨®mico, al igual que est¨¢n haciendo otros pa¨ªses europeos, es preciso dar un fuerte apoyo al sector privado, incluidas ayudas directas a las empresas que sean solventes. Aumenta el riesgo de que las empresas exhaustas y sin apenas fuerzas para retomar la actividad (y la contrataci¨®n) no puedan recuperarse cuando se despeje el horizonte conforme se disipe la tercera ola y se avance en la vacunaci¨®n.

El Gobierno deber¨ªa concretar cuanto antes en qu¨¦ consiste el plan de ayudas de 11.000 millones que anunci¨® ¡ªdesafortunadamente, sin tenerlo atado al parecer¡ª el presidente Pedro S¨¢nchez la semana pasada en el Congreso, e incluir en ¨¦l ayudas directas para las empresas solventes. Ya no hay margen para titubeos, se hace tarde. Un a?o de pandemia ha agotado los m¨¢rgenes de resistencia de tantas familias y empresas, y los meses de sufrimiento que quedan por delante pueden acarrear un precio muy elevado. El colapso econ¨®mico espa?ol no es culpa del Gobierno; pero suya es la responsabilidad principal en aliviarlo. Lo hecho hasta ahora es insuficiente.