Generaci¨®n covid
Muchos de los males intergeneracionales en Espa?a son anteriores a una crisis, pero la pandemia ha vuelto a golpear justo a los m¨¢s damnificados en la Gran Recesi¨®n
En Espa?a la juventud nunca ha tenido demasiada buena prensa y durante esta pandemia se ha convertido en un conveniente chivo expiatorio. Es verdad que gracias a las redes sociales los tontos tienen un cascabel y cualquier irresponsabilidad se hace viral al instante. Sin embargo, la cruda realidad es que los j¨®venes son, de lejos, los m¨¢s damnificados por las consecuencias sociales y econ¨®micas de la crisis actual.
El pasado mi¨¦rcoles 10 de marzo se presentaron las conclusiones del Informe de Juventud 2020, en cuya elaboraci¨®n particip¨¦ como investigador. Este estudio incorpora dos encuestas, una en 2019 y otra posterior a la primera ola de covid-19, lo que permite contrastar algunos de los cambios en actitudes y comportamiento de los j¨®venes durante la pandemia. La conclusi¨®n general es que este virus ha profundizado en nuestros problemas estructurales de equidad intergeneracional.
Sin ERTE que les cubra, su precariedad laboral ha hecho que la destrucci¨®n de empleo se cebe particularmente en los menores de 35 a?os. Esto ha sido especialmente as¨ª entre aquellos con menor nivel formativo y empleos manuales, justo los mismos que no han podido teletrabajar y est¨¢n m¨¢s expuestos a los confinamientos. Ello apunta c¨®mo la tard¨ªa emancipaci¨®n juvenil en Espa?a (hoy en 29.5 a?os) tiene visos de retrasarse a¨²n m¨¢s; desde que comenz¨® la pandemia el deseo de abandonar el hogar familiar ha ca¨ªdo hasta 15 puntos.
En paralelo, los j¨®venes escolarizados han visto mermado su rendimiento durante el periodo de confinamiento, especialmente los de hogares m¨¢s vulnerables o donde alg¨²n progenitor ha perdido el empleo. Felicit¨¦monos por haber reabierto las escuelas o solo se hubiese profundizado en este problema.
El clich¨¦ de unos j¨®venes insolidarios tampoco encaja bien con los datos de la encuesta; casi la mitad de los j¨®venes declaran haber ayudado a vecinos o gente de su entorno durante la pandemia y el 90% declara cumplir con las reglas de los estados de alarma. Dudo que los j¨®venes sean seres de luz, pero tampoco creo que sean m¨¢s insolidarios o incumplidores que el resto de la poblaci¨®n espa?ola.
Quiz¨¢ su principal rasgo distintivo es el fatalismo; el 66% de los j¨®venes consideran que, tras la pandemia, sus oportunidades laborales y econ¨®micas ser¨¢n peores. No es un temor infundado vistos los datos. Normal as¨ª que, solo en la primera ola, ya se viera c¨®mo uno de cada tres j¨®venes se declaraba estresado y hasta el 25% bajo de moral o con dificultad para conciliar el sue?o, especialmente si eran mujeres.
Muchos de los males intergeneracionales en Espa?a son anteriores a una crisis, pero la covid-19 ha vuelto a golpear justo a los m¨¢s damnificados en la Gran Recesi¨®n. Ojal¨¢ esto ocupara el tiempo que merece en el debate p¨²blico, pero todo apunta que, en un pa¨ªs en el que todo parece urgente, seguiremos postergando lo importante.
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