El posuribismo
Desde hace casi 20 a?os que la agenda electoral de Colombia pasa por el expresidente ?lvaro Uribe. Las presidenciales de 2022 pueden cambiarlo
Colombia se encuentra en lo que se podr¨ªa denominar el posuribismo. La crisis del uribismo viene al comp¨¢s de tres grandes dificultades. Por un lado, los problemas judiciales del expresidente ?lvaro Uribe y el relato social que se ha creado en torno a ¨¦l. Si bien un sector de la poblaci¨®n sigue creyendo que es un salvador, lo cierto es que la narrativa en la poblaci¨®n m¨¢s joven es de cuestionamientos por temas de corrupci¨®n e ilegalidad. Su imagen positiva apenas llega al 30% y su imagen desfavorable est¨¢ en m¨¢s del 60%. La segunda crisis es la negativa calificaci¨®n que hace la ciudadan¨ªa de la gesti¨®n del presidente Iv¨¢n Duque, el cual se encuentra en sus peores n¨²meros. Por ¨²ltimo, el cansancio de los partidos de derecha de elegir ¡°al que diga Uribe¡±. Por ejemplo, el partido Conservador lleva m¨¢s de 20 a?os sin candidato presidencial, siempre votan al que diga Uribe y eso se acab¨®. Igual pasa con otras colectividades de la derecha.
Estas tres crisis, sumadas a la edad del expresidente, hacen prever que el 2022 ser¨¢ la ¨²ltima vez en que Uribe haga pol¨ªtica de forma directa. De hecho, debido a sus m¨²ltiples problemas judiciales parece imposible que juegue en la pol¨ªtica electoral de nuevo. Lo que intentar¨¢ es poner sus fichas, quienes deber¨¢n proyectar su influencia pol¨ªtica y, con ello, la garant¨ªa de impunidad. Toda esta situaci¨®n est¨¢ pateando el tablero pol¨ªtico.
Cuando ?lvaro Uribe lleg¨® a la pol¨ªtica nacional en el a?o 2002 caus¨® un verdadero cataclismo pol¨ªtico, incluso fue posteriormente creado un partido en su nombre: el Partido de la U o Partido Social de Unidad Nacional. Sectores de los partidos Liberal y Conservador se pasaron a sus filas. A?os m¨¢s tarde, el expresidente cre¨® el Centro Democr¨¢tico y desde all¨ª sigui¨® con su influencia pol¨ªtica. Lo cierto es que, desde su primera elecci¨®n en 2002 hasta el 2018, la agenda electoral pasaba por Uribe. Sin embargo, para el 2022, veinte a?os despu¨¦s de su llegada, el mundo pol¨ªtico da por hecho su salida. Por ende, en la actualidad se vive otro cataclismo.
Hay por lo menos una decena de ejemplos que dejan ver este terremoto, pero mencionar¨¦ tres de ellos. Por un lado, la casi segura desaparici¨®n del Partido de la U y la migraci¨®n de sus senadores a otras colectividades. Igual sucede con Cambio Radical. En segundo lugar, la derecha no uribista est¨¢ haciendo reuniones e intentos de coaliciones por fuera de la l¨ªnea del Centro Democr¨¢tico. Dilian Francisca Toro reunida con el expresidente C¨¦sar Gaviria son un buen ejemplo. Pero el ejemplo por excelencia es la reuni¨®n que se present¨® en las ¨²ltimas horas entre los exalcaldes de Bogot¨¢, Enrique Pe?alosa; de Barranquilla, Alex Char; y de Medell¨ªn, Federico Guti¨¦rrez. Todos salieron de sus administraciones con detractores fuertes y algunos con delicados cuestionamientos. A pesar de ello, los tres exalcaldes parecen tener aire pol¨ªtico.
El mapa del posuribismo ser¨¢ totalmente diferente al que ha predominado en los ¨²ltimos 20 a?os, todo el juego pol¨ªtico se encuentra abierto y no hay claridad en absolutamente nada. Como nunca, el tablero tiene altos grados de incertidumbre. Hasta hace unas semanas se pronosticaban tres consultas presidenciables, ahora, se podr¨ªan dar hasta cinco consultas en el mes de marzo de 2022. Lo ¨²nico claro es que el pr¨®ximo presidente no ser¨¢ del uribismo. Podr¨ªa ser de derecha, pero no de la derecha uribista, aunque las que tienen m¨¢s opciones son las fuerzas alternativas que, por primera vez en la historia del pa¨ªs, tienen una opci¨®n real de poder. La era del posuribuismo esta llena de incertidumbres y tal vez la situaci¨®n comience a clarificarse en el mes de noviembre, no antes.
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