Mentiras, terror y confabulaciones: la estrategia que dio luz al golpe militar en Argentina
En el semestre previo al golpe militar, durante el Gobierno constitucional de Isabel Per¨®n, ya funcionaban seis ¡°lugares de reuni¨®n de detenidos¡± controlados por las Fuerzas Armadas. Para entonces, el terror era p¨²blico
Las Fuerzas Armadas prepararon el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 en la Argentina con seis meses de anticipaci¨®n. Mientras juraban su ¡°fidelidad al orden constitucional¡± en el discurso p¨²blico y expresaban su ¡°prescindencia pol¨ªtica¡±, comenzaron a modificar el reglamento militar para legitimar internamente el sistema de aniquilamiento.
Seg¨²n los nuevos procedimientos que aplicar¨ªan, cuando los ¡°grupos de tareas¡± entraran en operaciones, no deb¨ªan aceptar rendiciones, a menos que lo estableciera una...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
Las Fuerzas Armadas prepararon el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 en la Argentina con seis meses de anticipaci¨®n. Mientras juraban su ¡°fidelidad al orden constitucional¡± en el discurso p¨²blico y expresaban su ¡°prescindencia pol¨ªtica¡±, comenzaron a modificar el reglamento militar para legitimar internamente el sistema de aniquilamiento.
Seg¨²n los nuevos procedimientos que aplicar¨ªan, cuando los ¡°grupos de tareas¡± entraran en operaciones, no deb¨ªan aceptar rendiciones, a menos que lo estableciera una orden castrense expresa. Para alojar a los detenidos se crear¨ªan los LRD (¡°lugar de reuni¨®n de detenidos¡±), donde se los interrogar¨ªa sin posibilidad de acceso a la defensa legal o a la justicia. A partir de entonces comenzaron a refaccionar las guarniciones para la instalaci¨®n de los citados LRD, luego conocidos como centros clandestinos de detenci¨®n o campos de concentraci¨®n.
En el semestre previo al golpe militar, durante el Gobierno constitucional de Isabel Per¨®n, ya funcionaban 6 LRD controlados por las Fuerzas Armadas. Para entonces, el terror era p¨²blico. Se sembraban los descampados con cad¨¢veres carbonizados lanzados por las bandas paraestatales, an¨¢rquicas e inorg¨¢nicas, de la AAA, Alianza Anticomunista Argentina.
En 1976, despu¨¦s del golpe, los LRD ya estaban en pleno funcionamiento, distribuidos en todo el pa¨ªs. Eran 365.
La Triple A hab¨ªa dejado de actuar: se disciplinaron bajo el mando del terror oficial. No hab¨ªa m¨¢s cad¨¢veres a la luz p¨²blica. El terror ahora era casi invisible, aunque la sociedad tampoco lo quer¨ªa ver.
La palanca que mov¨ªa la maquinaria de la aniquilaci¨®n -el secuestro, la desaparici¨®n y las tortura en los LRD-, estaba instalada el Batall¨®n 601, que concentraba a la elite de la inteligencia del Ej¨¦rcito.
En el s¨®tano de su sede -un edificio en el centro de Buenos Aires-, permaneci¨® secuestrado el cad¨¢ver de Evita en 1957, antes de que fuera trasladado clandestinamente a Italia.
Casi veinte a?os despu¨¦s, los agentes de la ¡°comunidad informativa¡± -muchos de ellos PCI, personal civil de inteligencia-, se infiltraban en f¨¢bricas, universidades, ambientes culturales y sociales, y produc¨ªan informes que se analizaban en la Sala de Reuni¨®n del 601, y de all¨ª se derivaban a cada cuerpo de Ej¨¦rcito, para continuar aceitando la maquinaria, y poblando los LRD de desaparecidos.
La inteligencia militar y el centro clandestino, fueron claves para la arquitectura de la represi¨®n ilegal. Adem¨¢s de sembrar un terror invisible, que paraliz¨® a la sociedad.
?Se pudo haber evitado el golpe de Estado de 1976 en la Argentina?
En la vor¨¢gine del caos y la violencia previa al golpe militar, hubo al menos cuatro factores que facilitaron la usurpaci¨®n del poder.
a) El acceso del general Jorge Videla a la jefatura del Estado Mayor Conjunto el 28 de agosto de 1975, por decisi¨®n de Isabel Per¨®n, quien cedi¨® a la presi¨®n de la ¡°l¨ªnea golpista¡±, enmascarada bajo la ¡°prescindencia pol¨ªtica¡±. A partir de ese d¨ªa ¡°la l¨ªnea golpista¡± domin¨® el Ej¨¦rcito.
b) El ataque de la guerrilla peronista (Montoneros) al Regimiento de Formosa poco m¨¢s de un mes despu¨¦s, el 5 de octubre. Tuvo como consecuencia la publicaci¨®n de un decreto, firmado por el gabinete de ministros, que autoriz¨® la intervenci¨®n militar para ¡°la lucha antisubversiva¡± en todo el pa¨ªs.
c) El apoyo de la corporaci¨®n empresaria al golpe militar para eliminar las comisiones internas de las f¨¢bricas -que relacionaban sin eufemismos con ¡°la subversi¨®n¡±-, y dificultaban el ¡°desarrollo del proceso productivo¡±; en febrero de 1976 la corporaci¨®n empresaria promovi¨® un lock-out masivo (¡°cierre de persianas¡±) para denunciar ¡°el agotamiento del gobierno¡±.
d) La actuaci¨®n de las autoridades de los partidos mayoritarios, Partido Justicialista (PJ) y Uni¨®n C¨ªvica Radical (UCR), quienes estuvieron m¨¢s atentos a las intrigas castrenses que a la b¨²squeda de un pacto institucional amplio para sostener la democracia.
En los meses previos al golpe, como consecuencia del vac¨ªo de poder, se fue degradando la pol¨ªtica partidaria, la justicia, el Parlamento. Hasta que en la noche del 23 de mayo de 1976, el ministro de defensa Jos¨¦ Deheza reuni¨® a los tres comandantes de las Fuerzas Armadas y les ofreci¨® un cambio de gabinete, o todo lo que quisieran, menos la renuncia de Isabel Per¨®n. La respuesta fue: ¡°Ya es tarde¡±. Pocas horas despu¨¦s comenzar¨ªa la movilizaci¨®n de las tropas. Y un grupo de militares subir¨ªan las escaleras de un edificio, irrumpir¨ªan en un departamento y tirar¨ªan desde el balc¨®n a la primera v¨ªctima, mientras un locutor de Radio Nacional le¨ªa el primer comunicado de la Junta Militar, en el que se recomendaba el estricto acatamiento de ¡°disposiciones y directivas que emanen de la autoridad militar, de seguridad o policial¡±, para evitar la intervenci¨®n ¡°dr¨¢stica¡± del personal en operaciones.
De este modo se consum¨® el golpe de Estado m¨¢s anunciado de la historia argentina.
Cuarenta y cinco a?os despu¨¦s, por el impulso de la Procurador¨ªa de Cr¨ªmenes contra la Humanidad, 254 causas llegaron a la sentencia, m¨¢s de mil personas fueron condenadas -la mayor¨ªa de ellos personal militar y fuerzas de seguridad-, se est¨¢n sustanciando veinti¨²n juicios orales, y muchos otros se encuentran en proceso de instrucci¨®n.
Y ya nadie piensa que las Fuerzas Armadas deben actuar internamente para salvar al pa¨ªs y guiar su destino. O acaso sean muy pocos.
Marcelo Larraquy es periodista e historiador argentino. Su ¨²ltimo libro es La guerra invisible. El ¨²ltimo secreto de Malvinas. @mlarraquy en Twitter.