Vacunas y sanciones: las mentiras de Maduro
Mientras las naciones de la regi¨®n avanzan con sus planes de vacunaci¨®n, en Venezuela no ha arrancado a¨²n alguna campa?a digna de ese nombre
Nicol¨¢s Maduro llam¨® ¡°armas bi¨®logicas de Iv¨¢n Duque¡± a los refugiados venezolanos que, desde Colombia, apenas comenzada la pandemia y derrotados por las vicisitudes, decidieron regresar en masa a su pa¨ªs el a?o pasado.
Los ¡°albergues¡± destinados para que los m¨¢s de 160.000 retornados cumpliesen cuarentena preventiva resultaron ser pocilgas insalubres en las que se encerr¨® a familias enteras de infelices desplazados. Sin mediar prueba cl¨ªnica alguna se les presumi¨® contagiados y el trato degradante que recibieron fue el castigo por haber alguna vez hu¨ªdo del socialismo del siglo XXI. El infernal r¨¦gimen interno de esas zah¨²rdas era el mismo de nuestras infames prisiones.
Sin supervisi¨®n m¨¦dica, sin agua corriente ni servicios sanitarios, hacerse de alimento y medicinas para sus hijos los forz¨® a someterse a extorsiones de todo tipo, incluyendo las sexuales, a cambio de ser ¡°dados de alta¡± como asintom¨¢ticos con la misma ligereza epidemiol¨®gica con que fueron internados. Decenas de miles de desplazados fueron de ese modo secuestrados por la proterva Guardia Nacional hace poco menos de un a?o. El resto de la poblaci¨®n no recibe un trato diferente.
Un muy autorizado estudio de condiciones de vida, coordinado por la Universidad Cat¨®lica Andr¨¦s Bello y dado a conocer el a?o pasado, asienta que el 96.2% de los venezolanos son pobres en alg¨²n grado y el 79.3% se halla inmerso en la pobreza extrema.
De acuerdo a otro estudio, citado por la Fundaci¨®n Petr¨®leo por Venezuela, el pa¨ªs figura en el puesto 176 de un grupo de 195 naciones evaluadas en t¨¦rminos de su capacidad para afrontar brotes epid¨¦micos.
Luego de dos d¨¦cadas de socialismo bolivariano y despecho de los err¨¢ticos, aunque muy publicitados, programas de atenci¨®n primaria en el barrio, adelantados con Cuba a un costo de milles de millones de d¨®lares, Venezuela, con 28 millones de habitantes ¨Cse calcula que casi 6 millones han dejado el pa¨ªs desde 2017¡ª, cuenta con menos de una cama hospitalaria ( 0.8) por cada mil habitantes, en tanto que el promedio latinoamericano es de 2.2 y el mundial pasa de tres camas por mil.
Tal grado de indefensi¨®n, sin embargo, no ha atemperado la arrogancia con que Maduro propala cada noche colosales mentiras en cadena televisada mientras la pandemia hace estragos ya inocultables entre la poblaci¨®n.
Las mentiras no se limitan a cifras que pretenden acreditar un manejo inveros¨ªmilmente exitoso de la emergencia. Las cifras de Maduro hablan de unos 155.000 contagios y poco m¨¢s de 1500 decesos desde que comenz¨® la emergencia. Diversos observatorios, sin embargo, entre ellos Human Rights Wacth, han refutado convincentemente esas cifras.
Mientras las naciones de la regi¨®n, muy encomiablemente Chile y Uruguay, avanzan con sus planes de vacunaci¨®n, en Venezuela no ha arrancado a¨²n campa?a alguna digna de ese nombre.
La desverg¨¹enza con que Maduro anunci¨® la llegada de un lote de vacunas rusas, destinadas privilegiadamente a ¨¦l, su esposa y los caimacanes militares y del PSUV dizque por hallarse todos en primera l¨ªnea de combate contra el virus, indign¨® a los venezolanos. El vicario de Hugo Ch¨¢vez en la Tierra no cesa de insultar la inteligencia de sus compatriotas mientras se calcula que la comunidad m¨¦dica y el cuerpo de sanitario del pa¨ªs han perdido en un a?o el 25% de su recurso humano.
Maduro alaba un cocimiento de aceite de culebra salido de un laboratorio de garaje manejado por protegidos suyos como quien presenta el b¨¢lsamo de Fierabr¨¢s que vencer¨¢ a la covid-19. Facebook suspendi¨® la cuenta de Maduro por ese anuncio enga?oso. Un trabajo period¨ªstico de Florantonia Singer, publicado en este diario, da cuenta de la criminal charlataner¨ªa de esos ¡°remedios¡± que solo encubren negocios.
En las ¨²ltimas dos semanas se ha registrado en Venezuela un alza significativa de las muertes causadas por el virus que ninguna martingala comunicacional del r¨¦gimen puede ya minimizar. Pese a ello, Maduro se da el lujo de rechazar un lote considerable ¨C12 millones de dosis¡ªde la vacuna Aztra Seneca asignada a Venezuela en virtud de la iniciativa Covax de la OMS.
Maduro arguye que la vacuna, cuestionada hasta hace poco por la Uni¨®n Europea, no se aviene a los est¨¢ndares venezolanos. Y prefiere aplazar la campa?a de vacunaci¨®n masiva ?hasta junio!, cuando presuntamente llegar¨¢ a Venezuela una milagrosa vacuna cubana todav¨ªa en fase de pruebas. Las unidades de cuidado intensivo venezolanas colapsaron a mediados de la semana pasada en medio de una alarmante ola de fallecimientos en todos el pa¨ªs.
Al parecer, la vacuna agenciada por Covax iba a ser pagada con recursos venezolanos en el exterior intervenidos por las sanciones de Estados Unidos y descongelados a pedido de la ¡°presidencia opositora¡± de Juan Guaid¨®.
Esto ¨²ltimo como parte de un trabajoso acuerdo humanitario entre el r¨¦gimen y el ¡°interinato de Leopoldo L¨®pez¡±. El acuerdo habr¨ªa sido alcanzado en octubre pasado.
Maduro culpa de su iliquidez a las sanciones gringas y ofrece pagar la vacuna ¡°con petr¨®leo¡±, ¡°sin mendigar¡±. Invoca como ejemplo el programa de petr¨®leo por alimentos que permiti¨® a Saddam Hussein sortear sanciones en los a?os 90. En cualquier caso, no permitir¨¢ que la oposici¨®n se acredite el logro de un acuerdo humanitario.
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