Superjueves
El ocio, el consumo y la cuota de Netflix son los nuevos opios del pueblo. Con raz¨®n expuls¨® Jes¨²s a los mercaderes del templo
De cr¨ªa, intensa y concernida como es una desde el ¨²tero, las procesiones me produc¨ªan una mezcla de miedo, verg¨¹enza y anhelo. Llevada a la fuerza de la costumbre por mis padres ¡ªella, beata; ¨¦l, ateo¡ª, iba una ya crecidita a ver los pasos como quien iba al matadero. Qu¨¦ yuyu. Esa m¨²sica de fin del mundo. Ese silencio de entierro. Ese arrastrar de cadenas. Esos ojos alucinados de los nazarenos bajo el capirote. Esos suspiros de las manolas con el r¨ªmel corrido por las l¨¢grimas y el crucifijo botando sobre la pechuga puesta en bandeja. Ese aroma de cera, incienso y gladiolos ornando los palios de v¨ªrgenes y santos me provocaba, no s¨¦, una congoja en el pecho, una calentura en el bajo vientre y unas ganas locas de salir corriendo de all¨ª a¨²n no sab¨ªa ad¨®nde. Daba igual. Esos d¨ªas no se sal¨ªa. Jes¨²s estaba muerto; Espa?a, de luto, y, despu¨¦s del atrac¨®n de potaje de vigilia y bacalao con tomate, nos trag¨¢bamos el tostonazo del p¨¦plum de la tele tirados toda la sant¨ªsima tarde en el tresillo mientras o¨ªamos c¨®mo las torrijas se nos sedimentaban en las caderas para los restos. Qu¨¦ feliz era sin saberlo.
He tenido que pasar d¨¦cadas de pasiones, traiciones, ca¨ªdas del caballo, y viacrucis de todos los colores para apreciar esa hondura, esa belleza, esa celebraci¨®n de la vida a trav¨¦s de la muerte de un barbudo idealista hace 2000 a?os que es la Semana Santa. Sigo atea, no obstante, o no tanto. Hoy, Jueves Santo, confinada sin playa ni palios por un virus microsc¨®pico, har¨¦ mi propia estaci¨®n de penitencia. Como es el primero del mes, hoy es Superjueves en el outlet donde me agencio los pingos y est¨¢ todo al 70%. M¨¢ximo respeto para quienes estos d¨ªas son sagrados. ?Qui¨¦n es una para juzgar al pr¨®jimo cuando se consuela poni¨¦ndole velas a San Amancio Ortega? El ocio, el consumo y la cuota de Netflix son los nuevos opios del pueblo. Con raz¨®n expuls¨® Jes¨²s a los mercaderes del templo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.