Diez lecciones de la covid-19
Un a?o y tres oleadas despu¨¦s del primer caso de covid en Espa?a, es momento de echar la vista atr¨¢s y hacer balance de lo que hemos aprendido, as¨ª como de lo que mucho que a¨²n nos queda por aprender
Un a?o y tres oleadas despu¨¦s del primer caso de coronavirus en Espa?a, es momento de echar la vista atr¨¢s y hacer balance de lo que hemos aprendido a lo largo de esta pandemia, as¨ª como de lo que mucho que a¨²n nos queda por aprender. Es necesario reconocer que esta crisis sanitaria sin precedentes nos ha dejado lecciones...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
Un a?o y tres oleadas despu¨¦s del primer caso de coronavirus en Espa?a, es momento de echar la vista atr¨¢s y hacer balance de lo que hemos aprendido a lo largo de esta pandemia, as¨ª como de lo que mucho que a¨²n nos queda por aprender. Es necesario reconocer que esta crisis sanitaria sin precedentes nos ha dejado lecciones muy claras. Y tambi¨¦n que nos ha tra¨ªdo cambios y nuevas formas de hacer que quiz¨¢s ya se ven¨ªan intuyendo, pero que ahora est¨¢n aqu¨ª y adem¨¢s parece que han llegado para quedarse. Todo ello analizaremos con detenimiento en el II Congreso Nacional Covid-19, con las aportaciones de 80 sociedades cient¨ªficas que agrupan a m¨¢s de 200.000 profesionales sanitarios. A continuaci¨®n, anticipo algunas cuestiones que con toda probabilidad surgir¨¢n en el debate.
1. Salud P¨²blica. Si algo nos ha ense?ado esta crisis es que las pol¨ªticas de salud p¨²blica son prioritarias y no pueden demorarse, y que, si actuar cuesta, la inacci¨®n cuesta m¨¢s. Hay que promover un concepto mucho m¨¢s proactivo de la salud, al tiempo que m¨¢s transversal, y hacerlo de forma efectiva, sin quedarnos en planteamientos te¨®ricos y abstractos. Y esto implica un compromiso frente al que los profesionales sanitarios no podemos volver la cara. Es necesario salir de nuestros entornos sanitarios, de nuestros hospitales y centros de salud, y comprender que nuestro trabajo est¨¢ tambi¨¦n de puertas afuera, influyendo sobre los h¨¢bitos de la poblaci¨®n, sobre la regulaci¨®n de las administraciones, haciendo en realidad en suma eso de que ¡°la salud es lo m¨¢s importante en nuestras vidas¡±. Si lo es, debemos todos actuar de forma coherente con esa convicci¨®n.
2. Atenci¨®n Primaria. Ha quedado claro igualmente que debemos reforzar los primeros niveles de atenci¨®n, as¨ª como la coordinaci¨®n dentro del sistema. El papel de la Atenci¨®n Primaria ha sido, es y ser¨¢ fundamental para evitar el colapso del sistema. No podemos seguir midiendo la calidad del sistema por la atenci¨®n que logremos brindar en el entorno hospitalario. Recurriendo a una met¨¢fora deportiva, podr¨ªamos decir que el sistema debe robustecer sus defensas en los primeros niveles, para que el rival no nos genere tantas ocasiones, porque cuando defendemos tan cerca del ¨¢rea, lo normal es que acabemos encajando goles.
3. Atenci¨®n sociosanitaria. Del mismo modo, ha quedado muy evidenciada la importancia de volver a unir lo social con lo sanitario. Hubo un momento en que pareci¨® que las pol¨ªticas p¨²blicas fueron en Espa?a en esa direcci¨®n, pero de pronto ralentizamos y retrocedimos. El dram¨¢tico impacto de la primera oleada en las personas mayores de 70 a?os fue un revulsivo que hizo tomar conciencia a todos de que algo as¨ª no pod¨ªa volver a suceder. Ser¨ªa deseable que el aprendizaje se extendiera al d¨ªa despu¨¦s de la pandemia y nos hiciera m¨¢s conscientes del contexto social de envejecimiento progresivo de la poblaci¨®n, aumento de la prevalencia de las enfermedades cr¨®nicas e incremento de la dependencia. No podemos atender las necesidades sociales con recursos sanitarios, pero tampoco ignorar que la desatenci¨®n social tiene severas consecuencias sanitarias. Es necesario un enfoque integrador e inversi¨®n p¨²blica que lo apoye.
4. Coordinaci¨®n territorial. Debemos hacer posible la pluralidad de las competencias sanitarias con la necesaria coordinaci¨®n entre administraciones para garantizar una atenci¨®n ¨²nica en todo el territorio nacional, con los mismos criterios y los mismos derechos y oportunidades para todos los pacientes, preserv¨¢ndose en todo momento el principio de equidad en el acceso a los recursos sanitarios para la prevenci¨®n, diagn¨®stico y tratamiento de las enfermedades.
5. Multidisciplinariedad. La flexibilidad no puede ser un mero desider¨¢tum. Esta crisis ha tra¨ªdo mucho m¨¢s trabajo colaborativo y es estimulante comprobar c¨®mo el conocimiento cient¨ªfico ha surgido de equipos multidisciplinares. Como ha ocurrido con la pandemia, solo podremos dar respuesta a los grandes retos y desaf¨ªos del futuro desde el trabajo en equipo, el conocimiento compartido y la colaboraci¨®n de todas las especialidades y sociedades cient¨ªficas.
6. Telemedicina. La pandemia ha demostrado que es posible otra forma de pasar consulta, y que en muchas ocasiones la atenci¨®n telem¨¢tica deviene en un beneficio para el propio paciente, al que se le evitan desplazamientos, incomodidades, permisos de trabajo y posibilidades de contagio. Esta crisis nos ha mostrado que es oportuno y necesario avanzar en la telemedicina y el uso de otros canales digitales de atenci¨®n y consulta para actos m¨¦dicos que no exijan la exploraci¨®n f¨ªsica, incorporando incluso el uso de la inteligencia artificial y los sistemas conversacionales inteligentes para todas aquellas funciones en que el componente humano no aporte ning¨²n valor adicional. La telemedicina nos permitir¨¢ liberar espacios para una atenci¨®n m¨¢s personalizada y de mayor calidad para aquellos pacientes que requieren una valoraci¨®n m¨¢s f¨ªsica y unos cuidados m¨¢s estrechos.
7. Empat¨ªa. Hemos vivido situaciones dram¨¢ticas en las que los pacientes no han podido siquiera despedirse de sus seres queridos y en las que hemos comprendido o recordado que el humanismo y valores como la empat¨ªa o la compasi¨®n no pueden desaparecer del equipaje de los profesionales sanitarios. Antes bien, los tiempos demandan de nosotros una mayor preparaci¨®n en estas nuevas habilidades emocionales que no solo son necesarias de cara a los pacientes, sino a la propia motivaci¨®n, direcci¨®n y liderazgo de los equipos.
8. Empoderamiento y responsabilidad individual. Esta crisis tambi¨¦n ha hecho m¨¢s fuertes y aut¨®nomos a los pacientes, a todos los usuarios del sistema, y en esa direcci¨®n tendr¨ªa tambi¨¦n que seguir avanz¨¢ndose. El empoderamiento pasa por informar y otorgar responsabilidades, haciendo al enfermo m¨¢s consciente de la importancia de su compromiso individual, no solo para su propia salud sino para la de todos.
9. Informaci¨®n veraz. Esta pandemia ha sido tambi¨¦n infodemia, resultando evidente que debemos adaptarnos a un escenario en el que el criterio de autoridad del cient¨ªfico o profesional no siempre ejerce la misma influencia y relevancia p¨²blica que los mensajes de fuentes poco solventes. No podemos aspirar a estar en todos sitios, pero tampoco podemos desaparecer de esos espacios p¨²blicos en los que sabemos que se genera y se crea informaci¨®n o desinformaci¨®n. Tenemos que dar a los ciudadanos, y especialmente a los j¨®venes, la oportunidad de contrastar las informaciones que les llegan con fuentes acreditadas, para que ellos mismos comprendan los riesgos de no hacerlo.
10. Ciencia y m¨¢s ciencia. Y por ¨²ltimo, pero no por ello lo menos importante, sino quiz¨¢s lo primero, la ciencia. Desde el primer momento, supimos que solo la ciencia podr¨ªa ayudarnos en esta pandemia y solo la ciencia nos est¨¢ ayudando. Si tras esta situaci¨®n no dotamos adecuadamente de recursos humanos y materiales nuestras estructuras de investigaci¨®n, es que no hemos aprendido nada. Espa?a debe ponerse a la altura de los pa¨ªses de su entorno en apuesta por la investigaci¨®n.
Dr. Juan Antonio Riesco
Presidente del Comit¨¦ Organizador del II Congreso Nacional COVID-19
Dr. David de la Rosa
Presidente del Comit¨¦ Cient¨ªfico del II Congreso Nacional COVID-1