La reforma, el paro y el pico
La coalici¨®n de Gobierno de Iv¨¢n Duque est¨¢ haciendo agua por cuenta de la propuesta de reforma tributaria
En Colombia confluyeron en pocos d¨ªas varios hechos que han puesto patas arriba el debate pol¨ªtico nacional. Por un lado, una reforma tributar¨ªa presentada por el Gobierno nacional y respaldada por la mayor parte de la coalici¨®n de derecha radical que gobierna Colombia, aunque no por todos los sectores. La puesta en escena de la propuesta de reforma fue de las peores, ya que se filtr¨® de a pocos. Luego, el Gobierno sin explicar muy bien utiliz¨® una estrategia de chantaje, diciendo que si no se aprobaba no habr¨ªa plata para programas sociales. Al final, la reforma segu¨ªa favoreciendo a los m¨¢s ricos y el recaudo se har¨¢, en lo fundamental, sobre el sector medio y asalariado.
Lo segundo que sucedi¨® es que Colombia ha entrado en lo peor del tercer pico de la pandemia, tal vez el m¨¢s largo y mort¨ªfero. Por varios d¨ªas, los reportes de personas muertas han superado los 420 registros diarios. Nuevamente hay cierres parciales, miedos e im¨¢genes dolorosas sobre la saturaci¨®n del sistema sanitario. Esos han sido los titulares de prensa.
En tercer lugar, surgieron dos encuestas en las que el balance es sencillo: las fuerzas alternativas suben bastante y la coalici¨®n de derecha parece tener muchos problemas. Obviamente, para algunos analistas esto causar¨¢ un impacto de p¨¢nico en los sectores ricos y la clase pol¨ªtica tradicional frente a los n¨²meros tan altos del precandidato de izquierda Gustavo Petro. Lo que a su vez llevar¨ªa a una situaci¨®n de una gran coalici¨®n de todos contra Petro. Para otro sector de analistas, en las encuestas se muestra el descontento hacia el Gobierno de Duque y el propio uribismo es el mejor jefe de campa?a de Petro.
El ¨²ltimo de los hechos es que la coalici¨®n de Gobierno en el Congreso de la Rep¨²blica, por cuenta de la propuesta de reforma tributaria, est¨¢ haciendo agua. Literalmente, estall¨®. Todo esto en medio de acusaciones sobre clientelismo por parte del Ejecutivo para ganarse el voto de algunos senadores y el c¨¢lculo de los directores de partido del costo electoral que tendr¨ªa el aprobar dicha reforma.
Con un Gobierno con la imagen por el suelo, un deterioro de su gobernabilidad y una coalici¨®n que hace agua, los sectores de la oposici¨®n elevaron mucho la apuesta en el juego pol¨ªtico: Convocaron un paro nacional. Una gran movilizaci¨®n para, en teor¨ªa, demostrar fuerza en la calle y con ello terminar de erosionar el apoyo al presidente Iv¨¢n Duque. La convocatoria fue hecha para este 28 de abril, la misma semana en que se calcula que Bogot¨¢ llegar¨¢ a su nivel m¨¢s alto de estr¨¦s en su sistema sanitario.
El tema de fondo es que las manifestaciones ser¨¢n, como se dice popularmente, una medida de fuerzas. Es decir, el Gobierno nacional planea establecer cu¨¢l es la fuerza de la convocatoria de los sectores de oposici¨®n, y tambi¨¦n del descontento social. Por ende, debido al miedo por la pandemia, la convocatoria podr¨ªa ser un verdadero fracaso y, al final, eso terminar¨ªa d¨¢ndole aire al Ejecutivo. En medio de esto, hay otras formas de protestar adem¨¢s de las marchas. Por ejemplo, se proponen cacerolazos como mecanismo alternativo. Sin embargo, los sectores de oposici¨®n no se ponen de acuerdo en acordar esas otras formas alternativas de protesta.
El Gobierno, por su parte, le apuesta al fracaso de la protesta y lograr con ello ciertos apoyos dentro del Congreso con alg¨²n impulso burocr¨¢tico, lo que se conoce popularmente como ¡®mermelada¡¯. Obviamente, el Gobierno no quiere salir derrotado de la reforma, ya se convirti¨® en un punto de honor. Har¨¢ lo posible por aprobarla, adem¨¢s, por las calificadoras de riesgo. As¨ª las cosas, tambi¨¦n es una apuesta arriesgada por parte del Ejecutivo aprobar una reforma de esta forma, ya que el impacto electoral sobre su partido y los congresistas que la apoyen ser¨¢ demoledor. Pero tambi¨¦n es arriesgado por el tema de la protesta social, hay mucho descontento y pasando el tercer pico, la calle podr¨ªa ser el nuevo escenario democr¨¢tico. Todos tiene apuestas muy altas.
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