La audacia de Joe Biden

Los cien primeros d¨ªas del primer mandato en el cargo de un presidente se han convertido en un importante hito simb¨®lico seg¨²n el cual se juzga el ¨¦xito. En el caso de Joe Biden, los progresistas de todo el mundo no solo analizan sus ¨¦xitos iniciales, sino que se cuestionan si ha empezado a cambiar las convenciones pol¨ªticas de la pol¨ªtica progresista y ha puesto fin al paradigma establecido por la Tercera V¨ªa y sus predecesores.

En primer lugar, en lo que se refiere a la estrategia pol¨ªtica y al uso del ¡°capital pol¨ªtico¡±, parece que, para Biden, el contexto, y tambi¨¦n la estrategia, han cambiado radicalmente. Recuerdo a principios de la d¨¦cada de 2000 una conversaci¨®n en paralelo a una Cumbre de Gobernanza Progresista. Los asesores de Tony Blair intentaban convencer a los de Gerhard Schr?der para que llevasen a cabo unas reformas en el mercado laboral en Alemania. La clave de la discusi¨®n era si intervenir pronto para ¡°hacer las cosas dif¨ªciles mientras dispones de capital pol¨ªtico¡±, con la esperanza de que diese r¨¦ditos pol¨ªticos m¨¢s adelante. Schr?der esper¨®, y muchos sostienen que Merkel fue la que m¨¢s se benefici¨® pol¨ªticamente.

Aunque Biden no ha malgastado el tiempo a la hora de sacar adelante su programa pol¨ªtico, su impacto sobre su capital pol¨ªtico es diferente. Cuando jur¨® el cargo, la capacidad de Biden para distribuir r¨¢pidamente las vacunas e impulsar una importante respuesta fiscal ante la recesi¨®n econ¨®mica parec¨ªa escasa. Sin embargo, ha resultado que no ha sido as¨ª en absoluto. Las pol¨ªticas de Biden son muy populares entre la gente aunque no entre el Partido Republicano. Adem¨¢s, su intenci¨®n de financiar inversiones en el futuro para infraestructuras de transporte, energ¨ªas renovables y educaci¨®n y atenci¨®n infantil gravando a los ricos y a las empresas lucrativas tambi¨¦n es bien recibida. Al actuar con audacia y rapidez, Biden no ha consumido su capital pol¨ªtico al principio con la esperanza de recoger los frutos m¨¢s tarde, y ha impulsado un programa pol¨ªtico que le ha proporcionado beneficios a corto plazo.

En segundo lugar, el programa de recuperaci¨®n nacional de Biden se basa en una filosof¨ªa econ¨®mica diferente de la que defend¨ªa la Tercera V¨ªa. Su decisi¨®n de prestar una ayuda incondicional a los necesitados o la de proponer la idea de una atenci¨®n infantil universal, que contrasta enormemente con el enfoque de las d¨¦cadas de 1990 y de 2000 cuando las ayudas sociales siempre estaban vinculadas a unos incentivos condicionales para trabajar. Asimismo, mientras que la Tercera V¨ªa trataba de incentivar a las empresas con bajadas de impuestos para ayudar a aumentar la tarta de la econom¨ªa, el Plan para las Familias Estadounidenses de Biden se financiar¨¢ mediante impuestos a los ricos y a las empresas lucrativas. Esta visi¨®n de la econom¨ªa se parece m¨¢s a un pastel con capas que a una tarta, y se basa en la creencia de que la ¡°capa de abajo¡± sobre la que se asienta la econom¨ªa es fundamental para el crecimiento econ¨®mico, y se debe invertir en ella a priori, aunque eso signifique eliminar una parte del glaseado y de las guindas de los que est¨¢n arriba.

En tercer lugar, Biden ha adoptado una postura mucho m¨¢s agresiva con respecto a la globalizaci¨®n que Obama o Clinton. Los pol¨ªticos de la Tercera V¨ªa cre¨ªan que poco se pod¨ªa hacer para atenuar algunos de los efectos m¨¢s negativos de la globalizaci¨®n. En cambio, Biden y su secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ya han propuesto un tipo impositivo b¨¢sico mundial para el impuesto de sociedades y eliminar las lagunas fiscales que hasta ahora han permitido a las empresas multinacionales adaptar c¨®mo y cu¨¢ndo comunican sus beneficios para minimizar los pagos tributarios. Biden tambi¨¦n ha mostrado su voluntad de ejercer el liderazgo en cuanto al clima acogiendo una cumbre de l¨ªderes mundiales el D¨ªa de la Tierra. Y, con vistas al futuro, parece que el presidente pretende complementar tambi¨¦n este internacionalismo econ¨®mico y clim¨¢tico con una mayor defensa de los valores democr¨¢ticos en el mundo. Aunque la pandemia puede impedir que celebre una Cumbre para la Democracia durante su primer a?o de mandato, parece evidente que su voluntad de enfrentarse a los enemigos de la democracia en casa y en el extranjero es mucho mayor que la de sus predecesores.

Por tanto, la voluntad de Biden de ser atrevido para impulsar una recuperaci¨®n mejor, m¨¢s justa y m¨¢s ecol¨®gica viene respaldada por una nueva visi¨®n econ¨®mica, y su mayor conocimiento de la importancia de abordar el contexto global de la pol¨ªtica nacional. En este sentido, supone un giro significativo con respecto a la pol¨ªtica progresista de sus antecesores, y parece que tiene m¨¢s en com¨²n con la pol¨ªtica de la posguerra de Roosevelt. Falta por ver si esto servir¨¢ de modelo para que lo sigan otros progresistas. El capital pol¨ªtico de Biden aumenta, pero todav¨ªa tiene que afrontar los retos m¨¢s dif¨ªciles. Y, aunque su programa pol¨ªtico sea popular ahora, muchos de los que le votaron para que fuese presidente esperaban que fuese mucho m¨¢s precavido de lo que ha resultado ser. Ya veremos si dicha audacia le hace ganar votos en el futuro. No obstante, no hay duda de que Biden ha empezado con atrevimiento.

Matt Browne es investigador principal de American Progress y fundador de Global Progress Summit.

Traducci¨®n de News Clips.