El terrorismo m¨¢s letal
La ¨²ltima fecha de la infamia es la del asalto al Capitolio, el 6 de enero, 20 a?os despu¨¦s del 11-S y 10 de la muerte de Bin Laden
Concluyen al alim¨®n dos eras, la de Ronald Reagan y la de George W. Bush. Una es la del Gobierno m¨ªnimo en la econom¨ªa, y la otra, la del Gobierno que desborda el Estado de derecho en la guerra global contra el terror, legaliza la tortura y la detenci¨®n sin juicio y vulnera la legalidad de Naciones Unidas con sus guerras preventivas.
El pr¨®ximo 11 de septiembre, cuando se cumplan 20 a?os del ataque a las Torres Gemelas y al Pent¨¢gono, no quedar¨¢n en Afganist¨¢n soldados de Estados Unidos ni de sus aliados. Joe Biden ha declarado cumplida la misi¨®n encomendada entonces al Pent¨¢gono. Perdieron el poder los talibanes y la vida Osama Bin Laden, el jefe de los atacantes de Washington y Nueva York, acribillado justo hace 10 a?os por los marines estadounidenses.
Al Qaeda y el Estado Isl¨¢mico siguen vivos y activos en numerosos puntos de ?frica, Oriente Pr¨®ximo y Asia. Sabemos de su letalidad por el infame asesinato de los periodistas espa?oles David Beriain y Roberto Fraile. Son numerosos los territorios perdidos como la provincia de Cabo Delgado (Mozambique) donde estos grupos asesinan y controlan a las poblaciones.
Pero el presidente Biden acaba de reconocer que ya no son una amenaza interior para Estados Unidos: ¡°La amenaza m¨¢s letal para la seguridad interior es el terrorismo supremacista blanco¡±, dijo en su discurso antes las dos c¨¢maras del Congreso. No ha desaparecido la amenaza global, localizada en regiones desgobernadas, y ha surgido un nuevo yihadismo de atm¨®sfera, expresi¨®n del islam¨®logo franc¨¦s Gilles Kepel para designar a los terroristas que act¨²an individualmente en Europa.
Es un triste cap¨ªtulo de la historia contempor¨¢nea. El antiterrorismo de Washington alcanz¨® a organizaciones que no eran terroristas, incluidas en las listas internacionales a instancias de aliados circunstanciales como Rusia y China. Ambas potencias lo aprovecharon para ahogar a sus minor¨ªas ¨¦tnicas y religiosas en el C¨¢ucaso, T¨ªbet y Xinjiang, pero tambi¨¦n para avanzar sus peones en la larga partida por la hegemon¨ªa global.
Ahora, la amenaza, seg¨²n las agencias de inteligencia, afecta a la democracia de Estados Unidos directamente y viene representada por extremistas que promueven la superioridad de la raza blanca, se organizan a trav¨¦s de las redes sociales y cuentan con acceso a abundantes arsenales de armas.
Queda lejos el 11-S. La ¨²ltima fecha de la infamia es el 6 de enero, cuando las huestes trumpistas asaltaron el Capitolio para evitar el relevo presidencial.
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