3.800 almas

No se sabe, cuando escribo esto, c¨®mo va el voto en Madrid, pero en el resto de Espa?a otras sumas est¨¢n por resolver; seg¨²n las ¨²ltimas noticias, tal vez no lleguen a 3.800 las almas afectadas por el tremendo ERE del BBVA, que cerrar¨ªa m¨¢s de un 20% de sus oficinas. Con la Banca yo me acuesto y me levanto, como todos ustedes, pues nuestra vida es bancaria en dos modalidades, la resignada y la refunfu?ona, seg¨²n nos haya ido en los engranajes de la m¨¢quina financiera. He cambiado de pareja varias veces en todos mis a?os, y nunca de banco, al que tengo, m¨¢s que un cuelgue, la costumbre de serle fiel; la entidad es abstracta y no siempre me corresponde, pero el rostro concreto de muchos de sus empleados todav¨ªa lo recuerdo desde que abr¨ª una cuenta siendo estudiante en el entonces llamado Banco de Bilbao. El siglo XXI, mientras uno trataba de ahorrar para la vejez, tambi¨¦n hizo ahorrativo, desde el propio nombre, al BBVA, y mi sucursal, que daba gusto verla de espaciosa que era y bien nutrida, se adelgaz¨® o contrajo: las esperas se hac¨ªan largas, el personal cambiaba vertiginosamente, aunque debo decir que la infidelidad sist¨¦mica ha quedado en mi caso salvada, hasta la fecha, por el factor humano, hoy reducido a dos personas que atienden con una eficacia extraordinaria. Las aplicaciones, eso s¨ª, aumentan; robots a¨²n no he visto.

No quiero ser truculento al modo del novelista Jim Thompson en su excelente thriller 1.280 almas; en mi oficina no ha habido derramamiento l¨ªquido. Pero el BBVA, leo en la prensa, ha ganado 1.210 millones en lo que llevamos de a?o, y su consejero delegado responde a las reprimendas del Gobierno por los elevad¨ªsimos salarios de sus m¨¢s altos ejecutivos que, si no les pagan millonariamente, se les van a otra empresa. ?Ad¨®nde ir¨¢n los ERES redundantes, con sus cuerpos? ?Nos iremos nosotros alg¨²n d¨ªa? ?A la porra?