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Ahora suelen aburrirme los libros puramente te¨®ricos y cada vez me interesan m¨¢s las autobiograf¨ªas y los diarios. Ser¨¢ cosa de la edad, como casi todo. De modo que estoy disfrutando con Mil d¨ªas en Bruselas (ed. Funambulista), de Teresa Gim¨¦nez Barbat. Es la cr¨®nica de su empleo como eurodiputada de Cs, contada con desenfado, humor, irreverencia y un cierto poso de amargura. Teresa es una racionalista militante pero adem¨¢s tiene la capacidad femenina ¨Dfemenina, no feminista¨D de la observaci¨®n detallista que no pasa nada por alto. Su libro es la cr¨®nica de la lucha por introducir en la pol¨ªtica europea criterios cient¨ªficos en temas de g¨¦nero, ecol¨®gicos, identitarios, transg¨¦nicos, etc... O sea, cuestiones donde campan a sus anchas las supersticiones piadosas. Naturalmente encontr¨® resistencias gran¨ªticas. Sobre todo entre los suyos, es decir quienes supuestamente compart¨ªan su ideolog¨ªa liberal. Si quieren saber cu¨¢ndo y c¨®mo empez¨® a joderse Cs, lean este libro. De paso les ayudar¨¢ a perder la ilusi¨®n de que en Europa los parlamentarios tienen las virtudes morales e intelectuales que echamos de menos aqu¨ª. La proporci¨®n de cretinos y oportunistas que hablan de lo que no saben es estable en toda asamblea humana.

Es chocante que haya tantos ¨Dy tontos¨D para deplorar que uno deje de reconocerse en su partido y pocos se?alen que el partido se ha vuelto irreconocible. Cuando le reprochaban su salto de militancia, Churchill respond¨ªa: ¡°cambio de partido para no tener que cambiar de ideas¡±. Creo que afortunadamente hoy muchos j¨®venes ya no sienten el yugo pol¨ªtico como compromiso con mitos ¨Dizquierda, derecha, ?ar!...¨Dsino como ventana de oportunidad hist¨®rica. Por eso ha arrasado D¨ªaz Ayuso, no por las ca?as ni los berberechos. Tabarnia en Catalu?a, Tabernaria en Madrid y por ah¨ª todo seguido hasta salir del hoyo sanchista.