Volver
No necesitamos otra Asamblea de Podemos, sino una verdadera asamblea ciudadana
Las fechas son individuales, el compromiso es compartido. El compromiso m¨¢s all¨¢ de las siglas, de las t¨¢cticas, de los c¨¢lculos, de los nombres¡ Las fechas, sin embargo, nos pertenecen. Son ya un bien com¨²n, una parte de nosotros en la que reconocernos, una parte de todas y todos de la que nadie puede apropiarse.
Yo traigo aquella madrugada del 21 de mayo en la Puerta del Sol, con su grito mudo que dec¨ªa que otra jornada de reflexi¨®n era posible. Traigo tambi¨¦n aquella ma?ana del 26 de mayo, apenas tres a?os despu¨¦s, llorando de alegr¨ªa al tel¨¦fono con aquel lejano representante electoral que se hab¨ªa gastado los ¨²ltimos ahorros de su subsidio en mandar cinco diputados a Europa.
El compromiso es compartido. De todos y de nadie. Como la esperanza: a partir de ese momento, ya solo se trataba de atreverse. Atreverse a cometer errores, a aprender de tantas fechas, de tantos compromisos, de tantas y tantas personas que exig¨ªan dignidad y futuro.
Y bien que cometimos errores. Y bien que aprendimos a encajar los golpes y a regatear en corto, a admirar hero¨ªsmos y a convivir con miserias; a discutir con nuestros adversarios y a construirlos, a defender nuestras ideas y a ocultar nuestros fallos. Y s¨ª, en alg¨²n momento lleg¨® el oto?o, la rutina, los reglamentos, los calendarios empezaron a tener due?o y los compromisos personales, destino.
Yo s¨ª creo en las personas, ?c¨®mo vivir sin eso! Creo, como tantos, que la gente lucha por sus ideas, por sus compromisos. M¨¢s all¨¢ incluso de las vinculaciones ideol¨®gicas, creo en la honestidad que flota sobre el mar de miserias de eso que llaman coyuntura. Creo en la construcci¨®n compartida de un mundo mejor. Creo, como tantos, en el futuro, en la fuerza republicana, en las diferencias pol¨ªticas dentro y fuera de las instituciones democr¨¢ticas. Creo en la justicia como refugio ¨²ltimo de los que solo poseen raz¨®n, en la pol¨ªtica como ¨²nico puente hacia el progreso en libertad, en la revoluci¨®n como fuerza de los muchos frente al ego¨ªsmo y en los derechos como refugio ¨²ltimo de los pocos frente a la incomprensi¨®n y la desigualdad. Y creo, como tantos, firmemente en la honestidad de las personas que dirigen mi partido. Creo que no les gu¨ªa otra idea que la conquista y ampliaci¨®n de los derechos sociales y las libertades p¨²blicas, y creo tambi¨¦n de una manera dolorosamente cr¨ªtica que est¨¢n fatalmente equivocados.
Han sido siete a?os largu¨ªsimos, repletos de audacia, sacrificio y ¨¦xitos. Siete a?os que han revolucionado la clase pol¨ªtica de este pa¨ªs, que han impugnado los silentes consensos que atrapaban las viejas formas de hacer pol¨ªtica en Espa?a. Creo en el sacrificio individual que hemos compartido; y tambi¨¦n creo firmemente que la estrategia centrada en empeque?ecer lo que naci¨® para ser grande, en cerrar lo que naci¨® para estar abierto, en separar lo que naci¨® para unirnos, solo nos conduce a la casilla de salida de la impotencia y la resignaci¨®n, al callej¨®n oscuro de la rabia y la frustraci¨®n.
Creo que cuanta m¨¢s velocidad, menos transparencia; cuanta m¨¢s acumulaci¨®n de cargos, menos organicidad; cuantos m¨¢s esl¨®ganes, menos debate; cuantos m¨¢s enemigos internos, m¨¢s oportunismo; cu¨¢ntos m¨¢s marcos, menos ventanas. No, no se trata de acusar a nadie de nada, se trata de no seguir jugando a un proceso pol¨ªtico en el que todo el mundo acaba march¨¢ndose porque las cartas est¨¢n marcadas. Se trata de no seguir cometiendo los errores de los que todos somos v¨ªctimas y culpables, pero que a fin de cuentas nos han hecho perder pr¨¢cticamente todas las fechas y todos los compromisos colectivos por el camino.
No, no se trata de ser o no cr¨ªticos. Cr¨ªtico fue el momento en el que dejamos de reconocernos, cuando se perdi¨® el objetivo compartido; el compromiso que era con todos y con nadie. El compromiso colectivo.
Y cr¨ªtico es el momento ahora: si alguien cree que basta una lista oficial, media docena de cargos p¨²blicos y un eslogan en una web para recuperar ese compromiso es que jam¨¢s ha sentido lo que significa compartirlo.
Y si alguien cree que basta otro proceso interno, otra patada a seguir, para levantarse una ma?ana m¨¢s en el camino que va desde la decadencia hacia la irrelevancia ¡ª con las variadas excusas del victimismo como ¨²nico alimento ¡ª habr¨¢ que recordarle que quedarse solo es, desde luego, la m¨¢s triste de las victorias.
No necesitamos otra Asamblea de Podemos. Necesitamos una verdadera asamblea ciudadana. Una asamblea abierta, incluso sin plazos, en la que discutir hasta el ¨²ltimo de los procedimientos. Necesitamos volver a vernos como nos vimos por primera vez en Vistalegre hace ya casi siete a?os. Volvernos a ver. Todas y todos. Con lo que hemos aprendido. Volvernos a ver con los que se cansaron, los que se decepcionaron, los que se marcharon, los que vinieron luego. Volvernos a ver con los que se convirtieron en nuestra familia y a los que no volvimos a ver, a los que acertaron y a los que se equivocaron, a los que se fueron y a los que echamos, a los que ganaron y a los que perdieron.
Necesitamos volver a vernos y barajar todas las cartas; abrir las puertas a los liderazgos y a los amigos perdidos; abrir las ventanas a los importantes y a los an¨®nimos; mandar un mensaje a los mandarines y a los resentidos; recibir a los individuales y a los colectivos, a los que vienen con siglas y a los que solo traen preguntas. De fuera adentro, acogiendo. De abajo arriba, empoderados. Sin m¨¢s afiliaci¨®n que una sonrisa. Sin m¨¢s programa de partida que la raz¨®n, la honestidad, la justicia y los Derechos Humanos. Sin m¨¢s representaci¨®n que ofrecer una alternativa a los que creen que en este pa¨ªs no siempre se gobierna para la mayor¨ªa, con la clara transparencia de que, otra vez, o luchamos juntos o nos ignorar¨¢n por separado.
Nuestra historia es colectiva cuando el compromiso es compartido. Y el compromiso significa ahora ponernos de verdad, con todas y todos, a trabajar m¨¢s all¨¢ de Podemos. A trabajar en el d¨ªa a d¨ªa, conscientes de que la confianza es una actitud, no una identidad. A trabajar en asaltar la tierra. Con respeto, cuidado y dedicaci¨®n. Porque es ah¨ª donde vivimos. Porque es ah¨ª donde queremos vivir. Con derechos, con justicia y con dignidad.
Gloria Elizo es vicepresidenta tercera del Congreso de Diputados por Unidas Podemos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.