El monje y el ¡®yuppy¡¯
Dos partidos con valores diametralmente opuestos, ERC y Junts, llegando a un pacto. Quiz¨¢s consigan materializarlo, pero el resultado puede ser un chiste
?Saben aquel que diu que un monje y un yuppy se encuentran en un parlamento para negociar un acuerdo de Gobierno? Pues es lo que ha pasado estos meses en Catalu?a. Dos partidos con valores diametralmente opuestos, ERC y Junts, llegando a un pacto. Quiz¨¢s consigan materializarlo, pero el resultado puede ser un chiste.
El monje es ERC: parece el negociador d¨¦bil, pero es el fuerte porque tiene convicciones arraigadas. M¨¢s que un partido, ERC es una congregaci¨®n religiosa, cuyos miembros siguen escrupulosamente el voto de pobreza (es una de las formaciones con menos esc¨¢ndalos de corrupci¨®n y con una cultura organizativa m¨¢s cooperativa) y obediencia (a la sacrosanta misi¨®n de la independencia; eso s¨ª, con la secular cintura y pragmatismo del clero). Del voto de abstinencia me abstengo de opinar por falta de datos.
En el extremo opuesto a la probidad y devota paciencia, se encuentra Junts, una amalgama de inversores de riesgo: especuladores buscando el ¨¦xito f¨¢cil y adictos a las apuestas fuertes. Junts no atesora un siglo de historia como ERC, sino apenas un segundo. No es una organizaci¨®n nacida al margen del poder, sino de sus entra?as. No importa el nombre (Convergencia o Junts) ni la ideolog¨ªa (derecha tradicional o izquierda posmoderna), sino tener acceso al vasto conglomerado de cargos que orbitan alrededor de la Generalitat.
Y a fe que les ha ido bien durante 40 a?os. A veces, jugando las cartas con prudencia, como en las pl¨¢cidas d¨¦cadas de mayor¨ªa absoluta de CIU con una estrategia del peix al cove que firmar¨ªa el mism¨ªsimo Warren Buffet. Y, a veces, arriesg¨¢ndolo todo, como en la deriva del proc¨¦s, m¨¢s propia de jugadores de p¨®ker desesperados. Iban, y siguen yendo, de farol con la independencia, sabedores de que en la actualidad no pueden alcanzarla, pero poseen cartas suficientes para seguir la partida desde los despachos oficiales de Barcelona y los oficiosos de Waterloo. Mientras haya dinero (p¨²blico) en la mesa, que siga el juego.
La diferencia es que ahora ERC domina la situaci¨®n. Cuando quiera, puede romper el preacuerdo de ayer con Junts, porque dispone de otras alternativas y, sobre todo, porque tiene menos que perder. ERC no necesita el ox¨ªgeno de la Generalitat para respirar. Junts se ahogar¨ªa muy pronto fuera de la administraci¨®n. Para vivir, un monje asceta necesita menos que un yuppy acomodado. @VictorLapuente
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