La UE frente al ¡®apartheid¡¯ en Israel
No hay nada en las reivindicaciones de los ¨¢rabes israel¨ªes que la Uni¨®n no pueda apoyar: fin de la ocupaci¨®n y plena igualdad de derechos sin discriminaci¨®n por religi¨®n
La provocaci¨®n comenz¨® en Jerusal¨¦n, aunque se tratara solo de los s¨ªntomas de causas m¨¢s profundas. Intentos de desalojar por la fuerza a familias de Sheikh Jarrah, ataques contra fieles palestinos en el recinto de la mezquita de Al Aqsa, e incluso contra palestinos cristianos impidi¨¦ndoles celebrar la Pascua en el Santo Sepulcro, sumado todo ello a una manifestaci¨®n cargada de odio, en coordinaci¨®n con la polic¨ªa y apoyada por varios pol¨ªticos israel¨ªes, de centenares de sionistas religiosos cantando ¡°muerte a los ¨¢rabes¡±, crearon el contexto del que hoy somos testigos, incluso en lo que concierne a Gaza.
Pero, una vez m¨¢s, no se equivoquen. No se trata solo de un alto el fuego en Gaza o de impedir el desalojo de familias palestinas. Se trata del pueblo palestino, de todo el pueblo palestino, de que finalmente sea capaz de satisfacer sus inalienables derechos: desde el de acabar con la ocupaci¨®n que comenz¨® en 1967 hasta el de la igualdad de derechos para todos los ciudadanos del Estado de Israel, incluidos los ciudadanos palestinos que constituyen en torno al 20% de su poblaci¨®n.
Hace unas pocas semanas, Human Rights Watch public¨® un importante informe en el que se documentaba c¨®mo Israel est¨¢ implicado en el crimen contra la humanidad que es el apartheid. Esto hab¨ªa sido previamente denunciado por la organizaci¨®n B¡¯Tselem, l¨ªder de Israel en derechos humanos, as¨ª como por varias organizaciones palestinas de derechos humanos. Lo m¨¢s relevante es que se est¨¢n refiriendo no solo al territorio palestino ocupado sino tambi¨¦n al sistema de discriminaci¨®n institucionalizada impuesta a los ciudadanos palestinos de Israel.
Durante las pasadas semanas los ciudadanos palestinos de Israel han padecido duros ataques de bandas de extrema derecha que, protegidos por la polic¨ªa israel¨ª, han entrado en barrios palestinos de ciudades como Jaffa, Haifa, Acre y Lydda, provocando y atacando violentamente a palestinos. Fue su respuesta a la hermosa participaci¨®n de miles de ciudadanos palestinos en pac¨ªficas manifestaciones de apoyo a nuestra gente de Jerusal¨¦n. La incitaci¨®n al odio contra nosotros, tanto desde el Estado como incluso por parte de algunas personalidades medi¨¢ticas, ha contribuido a crear una situaci¨®n en la que han tenido lugar ataques contra ciudadanos palestinos en lugares de trabajo, transportes p¨²blicos y universidades.
Mientras que la Alta Comisionada de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, puso de manifiesto una clara postura con respecto a las obligaciones de Israel de tratar como iguales a los ciudadanos palestinos y de proteger a todos los ciudadanos y residentes en Israel con independencia de su origen religioso o nacional, la Uni¨®n Europea y sus estados miembros se han mantenido en gran medida silenciosos acerca de esta situaci¨®n. Parece como si Israel fuera para los europeos un pa¨ªs democr¨¢tico como los de ellos, cuyo ¨²nico problema es el de la ocupaci¨®n colonial de Palestina. Pero es que no se trata solamente de eso. Deber¨ªamos ser tratados como ciudadanos de pleno derecho, en lugar de esta realidad actual en la que Israel es democr¨¢tica para los jud¨ªos y jud¨ªa para los ¨¢rabes. Docenas de leyes israel¨ªes solamente discriminan a los ciudadanos ¨¢rabes, desde el derecho a la nacionalidad hasta la adquisici¨®n de propiedades. Cualquier intento por justificar esta realidad de la supremac¨ªa jud¨ªa solo nos habla del profundo racismo que los abogados del Estado de Israel utilizan contra nuestro pueblo.
Hace ya mucho tiempo que Europa tiene que tomarse el asunto de los ciudadanos palestinos de Israel como una prioridad. El 18 de mayo emprendimos una exitosa huelga nacional con el nombre de ¡°la dignidad¡±, y es eso lo que estamos buscando. La huelga comenz¨® con un mitin en Jaffa y pronto se extendi¨® por todo el pa¨ªs. Ten¨ªamos a una sola naci¨®n, desde el r¨ªo Jord¨¢n hasta el mar Mediterr¨¢neo, reclamando sus derechos.
No hay nada en ello que Europa no pueda apoyar: se trata de poner en marcha los principios b¨¢sicos de justicia, libertad e igualdad, que se traducen en finalizar la ocupaci¨®n que comenz¨® en 1967 y en lograr la plena igualdad de derechos para todos los ciudadanos de Israel con independencia de su religi¨®n. Esa es la ¨²nica base s¨®lida para una paz justa y duradera. Aceptar el trato de Israel a sus ciudadanos palestinos es simplemente la aceptaci¨®n de la discriminaci¨®n racial.
Ahmad Tibi es miembro del parlamento israel¨ª (Knesset) por la Lista Conjunta.
Traducci¨®n de Juan Ram¨®n Azaola
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