... Y cien a?os despu¨¦s
En las elecciones de Per¨² hay una candidata que carga un cuestionado pasado y graves acusaciones penales ante la justicia: Keiko Fujimori. Por el otro, Pedro Castillo, que puede portar un ideario o plan de acci¨®n, que genera temores
El clima de tensi¨®n es alto hoy en Per¨². Una aguerrida y bien financiada campa?a viene cre¨¢ndolo, de cara al balotaje del pr¨®ximo 6 de junio entre Pedro Castillo y Keiko Fujimori, en una de las elecciones presidenciales de perspectivas m¨¢s sombr¨ªas en la regi¨®n.
?Hay una agresi¨®n ¡°comunista¡± en Per¨² o riesgo de que ¡°el comunismo¡± gane la elecci¨®n como se pretende en esa campa?a? No. Hay un proceso...
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El clima de tensi¨®n es alto hoy en Per¨². Una aguerrida y bien financiada campa?a viene cre¨¢ndolo, de cara al balotaje del pr¨®ximo 6 de junio entre Pedro Castillo y Keiko Fujimori, en una de las elecciones presidenciales de perspectivas m¨¢s sombr¨ªas en la regi¨®n.
?Hay una agresi¨®n ¡°comunista¡± en Per¨² o riesgo de que ¡°el comunismo¡± gane la elecci¨®n como se pretende en esa campa?a? No. Hay un proceso electoral complicado, s¨ª, pero eso no es lo mismo que condiciones de cataclismo o de una ¡°corea-del-norte-sudamericana¡± ad portas. Tres factores, que se alimentan rec¨ªprocamente, marcan las grandes tendencias sociales y pol¨ªticas contempor¨¢neas en el Per¨² y buena parte de Am¨¦rica Latina. Ellos guardan enormes analog¨ªas con lo que ocurri¨® hace casi 100 a?os, con el crack de 1929 y sus efectos en el mundo y la regi¨®n con los grandes cambios pol¨ªticos y sociales que produjeron.
Primero, el agotamiento del llamado ¡°modelo econ¨®mico¡± y la generalizaci¨®n de la exigencia de cambio. Modelo que produjo crecimiento durante unos a?os, pero que se qued¨® corto en redistribuci¨®n y atenci¨®n a los derechos de la poblaci¨®n a una salud y educaci¨®n p¨²blica de calidad.
El campanazo con el grito de ¡°?Cambio!¡± son¨® desde octubre del 2019 en Chile con las protestas que abrieron el curso a cambios pol¨ªticos que ya est¨¢n en marcha en ese pa¨ªs; nuevos rostros en la pol¨ªtica y la perspectiva de una izquierda fortalecida luego de lo cual el mundo no se ha venido abajo. Las recientes protestas en Colombia marcan, por su lado, el aparente agotamiento de los partidos pol¨ªticos prevalecientes y el posible ascenso de una fuerza de izquierda.
Con caracter¨ªsticas diferentes, la carta de Castillo en el proceso electoral encarna, para el grueso de sus posibles votantes, el cambio; al otro lado, su adversaria Fujimori que no ha levantado esa bandera sino mensajes que la gente ve como continuismo.
En segundo lugar, en el Per¨², la crisis pol¨ªtica permanente y sostenida desde el 2016, bajo el impulso crucial de la mayor¨ªa parlamentaria dirigida por la hoy candidata presidencial Keiko Fujimori: cuatro presidentes, dos congresos, ministros censurados sin motivos fundados, etc. En ese contexto de convulsi¨®n, cay¨® la pandemia.
La votaci¨®n en la primera vuelta (11 de abril) expres¨® una desafecci¨®n general, por todos los sectores pol¨ªticos. Los dos primeros (Castillo y Fujimori) alcanzaron -juntos- apenas el 30% de los votos emitidos. Planteadas as¨ª las cosas, la sociedad tiene que optar entre estas dos opciones. En ello Fujimori tiene un gigantesco ¡°anti voto¡± de m¨¢s de 50% tanto resultado de encarnar el continuismo, pero principalmente tanto por lo que fue la corrupci¨®n y los atropellos durante el gobierno de su padre (cuya gesti¨®n ella reivindica como ejemplar) como por su desempe?o pol¨ªtico desde que desconoci¨® el triunfo de Kuczynski el 2016.
Tercero, la pandemia y sus tremendos efectos sociales y econ¨®micos. Factor clave en la generalizaci¨®n del descontento y en la movilizaci¨®n social no solo en el Per¨². La regi¨®n carga con el 35% de los fallecidos en el planeta, con solo 8% de su poblaci¨®n. Se ha retrocedido a niveles de pobreza que se esperaba idos: aumento agudo del desempleo, la pobreza y la r¨¢pida pauperizaci¨®n de precarios sectores de clase media.
Varias semejanzas con los efectos de la Gran Depresi¨®n 1929-31. Si en la Europa de ese entonces se abri¨® el ascenso imparable del fascismo y el nazismo en varios pa¨ªses, en otros pocos pa¨ªses que no cayeron (Gran Breta?a), se desterr¨® el liberalismo econ¨®mico, se impuso el proteccionismo y se dio prioridad a las consideraciones sociales.
Fue grande la inestabilidad en nuestra regi¨®n. En doce pa¨ªses latinoamericanos cambi¨® imprevistamente el gobierno en 1930-31. Muchos gobiernos tomaron distancia de una opci¨®n ¡°de derechas¡± y apuntaron por cambiar algunas cosas atendiendo las urgencias de la sociedad. Empezando, entre otros ejemplos, con Roosevelt y el ¡°New Deal¡±, L¨¢zaro C¨¢rdenas en M¨¦xico, la fugaz ¡°rep¨²blica socialista¡± de Marmaduke Grove (Chile), el fin de la rep¨²blica olig¨¢rquica con Getulio Vargas (Brasil) y la asunci¨®n por los liberales en Colombia luego de 30 a?os de dominio conservador. En el Per¨² se expres¨® en grandes movimientos sociales y obreros y en la irrupci¨®n aluvional del APRA, convertido en el m¨¢s s¨®lido de los partidos reformadores en ese entonces.
De manera que cuando en la inopia electoral del Per¨² actual, ocurre lo que ocurre, est¨¢ el tel¨®n de fondo de lo que aqu¨ª se resume. En un proceso que no es aislado y en el que la noci¨®n de ¡°cambio¡± juega un papel fundamental.
Dos conclusiones, por todo lo anterior:
Uno: no estamos en este balotaje ante la confrontaci¨®n entre dos grandes cauces o corrientes partidarias o de acci¨®n pol¨ªtica. Se disputan, de un lado, una candidata con un enorme anti voto y que carga un largo y cuestionado pasado y graves acusaciones penales ante la justicia. Por el otro, Castillo, pr¨¢cticamente desconocido para muchos hasta hace pocas semanas, que puede portar un ideario o plan de acci¨®n, que genera temores en algunos, no muy perfilado y con ciertas contradicciones e imprecisiones importantes. Es de ¡°izquierda¡±, pero tambi¨¦n de signo contrario en asuntos como los derechos de la mujer, minor¨ªas sexuales o el aborto. Pero por encima de todo esto, es ¨¦l quien indiscutiblemente encarna la creciente exigencia -mayoritario- de cambio.
Dos: est¨¢ fuera de l¨®gica y de correspondencia con la realidad ver en la elecci¨®n del 6 de junio el ¡°d¨ªa decisivo¡± en una supuesta disyuntiva ¡°comunismo¡± /democracia. Eso es una tonter¨ªa. Si ganase Castillo, no solo la gente no estar¨ªa votando por una opci¨®n de ese tipo, sino que, aunque el nuevo presidente lo quisiera, no tendr¨ªa mayor¨ªa en el Congreso para dar un salto as¨ª. Frente a un legislativo que le ser¨ªa esquivo, su principal preocupaci¨®n, acaso, ser¨ªa en esa hipot¨¦tica situaci¨®n c¨®mo sobrevivir y c¨®mo administrar la pandemia.
En el escenario de un eventual triunfo de Castillo, como se desprende hasta el momento de las encuestas, preocupa ya a los observadores internacionales las actuales presiones y agravios desde el sector ¡°keikista¡± contra los ¨®rganos electorales. Muy grave y sin fundamento trat¨¢ndose de instituciones y profesionales respetados, pero, curiosamente, se les quiere deslegitimar en esta hora con argumentos poco serios. ?Se?al de que se desconocer¨ªa el resultado si gana Castillo? Eso s¨ª que abrir¨ªa un cauce cr¨ªtico de caos y confrontaci¨®n.
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